Reseña de libros | China y el orden internacional: ¿adversario, socio o aliado?

Beneyto, José María. ¿Guerra o Paz? China, Estados Unidos y Europa. Deusto, 2024, 293 págs.
Esteban Rodríguez, Mario y Martín Rodríguez, Rafael. Introducción a la China actual. Alianza, 2024, 253 págs.
Las dos obras que sirven de base para el siguiente ensayo bibliográfico nos ofrecen una visión de China basada en el rigor científico, con abundancia de fuentes primarias y secundarias, que refrendan el conocimiento del objeto de estudio por parte de sus autores. Tras la lectura, estaremos en condiciones de trazar hipótesis de presente y de futuro acerca del «gigante asiático», tanto en lo que alude al interior del país como en lo referente al escenario internacional.
Al respecto, sin incurrir ni en filias ni fobias, Esteban y Martín Rodríguez rechazan las abundantes imágenes estereotipadas que predominan cuando se analiza a China, en particular la de identificar su comportamiento en el ámbito de las relaciones internacionales con un «dragón agresivo». Nos hallamos ante un retrato que se desmarca de esa realidad, como también de la promocionada por Beijing, con su tendencia a describirse como un «oso panda benigno», interpretando su pasado imperial de manera ciertamente positiva. Al respecto, Beneyto complementa esta cuestión subrayando que China «silencia las guerras y conquistas de la expansión imperial, para reinventar un Imperio chino como benevolente centro planetario» (p. 94).
Con todo ello, lo que resulta tangible es el avance experimentado por China en las últimas décadas, amenazando la hegemonía global de Estados Unidos, aunque sin olvidar que el poderío tecnológico y militar de Washington se mantiene intacto. Esta premisa, que aparece explicada en ambas obras, da lugar al surgimiento de una serie de interrogantes que quedan satisfactoriamente respondidos. El primero de ellos alude a las causas de ese crecimiento chino. Para Esteban y Martín Rodríguez una de las razones principales obedece a que tanto la sociedad civil como las élites políticas estiman que la estabilidad es el requisito clave para el progreso del país. Esta percepción se traduce en conceder prioridad a la seguridad física y económica en detrimento de las libertades civiles: «en este marco las autoridades justifican la limitación de ciertas libertades y derechos para sostener un orden social armónico, pues la libertad individual completa se traduce en violencia social» (p. 27). Sobre esta cuestión, Beneyto explica que desde Deng Xiaoping hasta la actualidad, el Partido Comunista de China ha entendido el crecimiento económico como base de su legitimidad, lo que le ha llevado a descartar conductas escasamente eficaces propias del pasado, tales como la planificación y la autarquía que caracterizaron al maoísmo.
Un segundo interrogante es el relativo a los desafíos inmediatos que, para Beneyto, están directamente vinculados a la complejidad de la sociedad china, en la que se advierten diferencias de calado entre el mundo urbano y el rural, así como entre las generaciones de los más mayores y la de los más jóvenes, los cuales son cada vez menos ajenos a valores «posmodernos». En este ámbito, Esteban y Martín Rodríguez enumeran también retos domésticos que exigen respuestas eficaces por parte de las autoridades chinas: la situación laboral de los jóvenes graduados, la poca presencia de la mujer en puestos directivos, la brecha económica que hay entre diferentes regiones o los déficits de protección social.
Con todo ello, China se centró en el desarrollo interior tras la muerte de Mao, adoptando un perfil bajo en las relaciones internacionales, muy alejado de la teoría de los tres mundos formulada por el mencionado dirigente con la que buscó alterar el orden bipolar propio de la Guerra Fría. En este sentido, siguiendo a Esteban y Martín Rodríguez, los progresos han sido notables (reducción de la pobreza, mayor acceso a la educación e incremento de la esperanza de vida), pero siempre descartando establecer una serie de valores occidentales (derechos humanos, libertades fundamentales, pluralismo político, etc.), como subraya el doctor Beneyto.
En cuanto al panorama internacional, la actual China entiende que hay una serie de verdades que no admiten discusión. Al respecto, quizás la principal de todas ellas sea que «los dirigentes chinos y Xi, en particular, están convencidos de que nos hallamos en el umbral de un cambio de época, un acontecimiento similar a lo que supuso en la historia la caída del Imperio romano, el fin de Constantinopla, o la derrota de Napoleón en Waterloo» (Beneyto, 2024: 21). En esta percepción cobra particular relevancia Xi Jinping y su apuesta por un mayor liderazgo internacional, desplegando para tal finalidad una nueva diplomacia que ha permitido al país pasar «de un paria internacional tras el aplastamiento del movimiento estudiantil de Tiananmén y el desmoronamiento del bloque soviético al segundo país más poderoso del planeta, solo por detrás de Estados Unidos» (Esteban y Martín Rodríguez, 2024: 160).
En todo este entramado, China cuenta con algunas alianzas sólidas, como Rusia o Irán, es decir, naciones contrarias al orden liberal internacional, convirtiéndose Beijing en un referente para el heterogéneo grupo de países integrantes del «Sur Global» para los que resulta atractivo su modelo de organización política y económica basado, en opinión de José María Beneyto, en los siguientes elementos: fortalecimiento del Partido Comunista; nacionalismo y patriotismo; revolución económica para mantener intacto el crecimiento, y reconstrucción y reorganización del ejército.
En este sentido, por la actualidad que tiene, debemos detenernos en la relación bilateral con la Rusia de Putin, en la cual vemos una asimetría a favor de China, como se puede comprobar desde el inicio de la guerra de Ucrania. En palabras del profesor Beneyto: «no cedió en su apoyo hacia Moscú, comprando el petróleo ruso a precios de descuento, vendiéndole tecnología de doble uso e influyendo para que las sanciones occidentales no resultaran eficaces» (p. 233), sin olvidar que ha publicitado la retórica del Kremlin al interpretar la guerra como una «operación militar especial».
En definitiva, dos obras de obligada consulta de las que obtenemos una radiografía precisa del régimen chino y de su desempeño en el escenario doméstico e internacional. Esto supone una herramienta de valor incalculable a la hora de trazar hipótesis acerca del comportamiento que pueda mostrar China en el corto y medio plazo.
Revista CIDOB d’Afers Internacionals, nº 139. p. 224-226
Cuatrimestral (enero-abril 2025)
ISSN:1133-6595 | E-ISSN:2013-035X