Reseña de libros | Analizando la violencia en América Latina y el Caribe: un enfoque integral y sistémico
Reseña de libro:
Gottsbacher, Markus y de Boer, John (coords.). Vulnerabilidad y violencia en América Latina y el Caribe. Siglo XXI Editores, Proyectos Estratégicos Consultoría, 2016. 432 págs.
Vulnerabilidad y violencia en América Latina y el Caribe representa el esfuerzo conjunto de diferentes investigadores cuyo empeño se ha focalizado en el tema de la violencia en América Latina y Caribe. No es casualidad que muchas miradas se dirijan a esta región del mundo, ya que, desde hace décadas, la realidad latinoamericana está inmersa en una imagen de pobreza, falta de oportunidades, crimen, violencia y vulnerabilidad.
Este libro, escrito exclusivamente por autores de América Latina y el Caribe, es parte de un proyecto visionario cuyo objetivo es (re)tratar las fragilidades y el potencial latinoamericanos bajo de una perspectiva innovadora. Siguiendo los caminos trazados para mejorar las investigaciones en la región, los autores se alejan de un enfoque mayormente negativo sobre la violencia y proponen que las informaciones obtenidas en terreno sean un instrumento indispensable para el desarrollo político, humano y social latinoamericano. Desde una perspectiva amplia y multidimensional, los autores del libro analizan los factores más recurrentes de la violencia en América Latina y el Caribe. Los artículos abordan una enorme gama de vulnerabilidades presentes en los contextos sociales permeados por 1) actividades económicas ilegales como, por ejemplo, tráfico de drogas, milicias y grupos paramilitares; 2) disputas entre pandillas; 3) violencia doméstica; 4) violencia por cuestiones de género, perpetradas contra mujeres y grupos LGTBI; 5) violencia contra grupos específicos, tales como niños, adolescentes, jóvenes, mujeres, indígenas, campesinos y afrodescendientes, y 6) violencias perpetradas por el Estado como, por ejemplo, el excesivo uso de la fuerza, mecanismos restrictivos de la libertad, negociación de derechos, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales. No obstante, los autores del libro realizan un esfuerzo para que el análisis de estos contextos sociales afectados por la violencia no se limite a una mera descripción, sino que destaque, sobre todo, las estrategias trazadas por las poblaciones vulnerables para la comprensión, el enfrentamiento y la modificación de las múltiples e interrelacionadas situaciones de violencia e inseguridad.
El libro se desarrolla a partir de cuatro ejes centrales: 1) una amplia discusión metodológica sobre la investigación académica en ambientes impregnados de violencia; 2) la necesidad de comprender y hacer público el entrelazamiento entre las múltiples vulnerabilidades que afectan a sectores crecientes de la población, desmitificando la inmovilidad social de los sujetos inmersos en la violencia; 3) el papel del Estado y las estrategias gubernamentales trazadas en respuesta a la violencia y para la promoción de la justicia, y 4) un análisis de los grupos más vulnerables a la violencia en América Latina y el Caribe y los factores de riesgo a los cuales esas poblaciones han sido sometidas.
El primer eje está centrado en una discusión metodológica que apunta a los desafíos de investigar en regiones violentas. Según los autores, una vez en el terreno, el investigador necesita disponer de estrategias que le permitan asegurar su autoprotección y, al mismo tiempo, resguardar la integridad, la seguridad y la identidad de sus informantes. La investigación en ciencias sociales surge como un artefacto importante en el análisis de la violencia a partir de su complejidad, interacciones y restricciones. El trabajo de campo permite al investigador poner en cuestión preconceptos, estigmas y obstáculos culturales comúnmente asociados a los grupos vulnerables. Según los autores, una coproducción, entre saberes académicos y populares, surge como alternativa para la investigación en contextos adversos de violencia e inseguridad, y construye un puente de conocimiento entre investigadores e investigados.
El segundo eje también puede ser entendido como un emprendimiento conjunto, a través del cual los autores tratan de visibilizar la condición de vulnerabilidad, la negación de los derechos y de los mecanismos restrictivos de libertad impuestos a los sectores más vulnerables de la población. Sin embargo, un esfuerzo semejante se centra en reconocer las iniciativas comunitarias de resistencia a la violencia, a la inseguridad y a los múltiples factores de vulnerabilidad a los que los individuos y/o grupos investigados están sometidos. Los autores del libro apuntan a la necesidad de entender y visibilizar las diferentes maneras en que los grupos vulnerables interpretan y lidian con las múltiples violencias que los rodean. Dar visibilidad a las estrategias locales es empoderar a esos sujetos, desplazándolos del papel de víctimas al de actores sociales que actúan en la reducción de la inseguridad y de la vulnerabilidad, así como dirigir este cambio hacia la ampliación del acceso a los derechos y a la ciudadanía plena.
El tercer eje hace referencia al papel central del Estado como pilar fundamental para la comprensión de la violencia latinoamericana. Dichos estados tienen como característica común las estrategias gubernamentales insuficientes y/o intensificadoras de la violencia y de la vulnerabilidad. Los autores del libro señalan la insuficiencia estatal en la promoción de un desarrollo integral para las poblaciones más vulnerables, más allá de los bajos presupuestos en políticas sociales. Por otra parte, el modelo estatal de gestión de la seguridad pública se ha mantenido bastante militarizado. Las respuestas estatales a la violencia son básicamente represivas y las políticas «de mano dura» no solo se han mostrado ineficaces, sino que también amplían las situaciones de excepción en la actuación del Estado en sus márgenes, lo que acaba por intensificar la ocurrencia de abusos y violaciones de los Derechos Humanos por parte de la fuerza policial. Finalmente, se apunta al Estado como un agente deficiente en la asistencia a las víctimas de violencia y en el acceso de estas al sistema de justicia.
El cuarto eje se desarrolla a través de un amplio y rico análisis de las narrativas de diferentes grupos vulnerables a la violencia en América Latina y Caribe. Es importante resaltar que, a pesar de las particularidades de cada uno de los grupos estudiados, el libro analiza de forma eficaz las características comunes a estas poblaciones vulnerables, siendo estas: 1) vivir en ambientes urbanos y/o fronterizos; 2) ser víctima de estigmatización y/o discriminación social; 3) convivir con la delincuencia organizada y/o armada; 4) padecer el crecimiento demográfico desordenado, expresado en la precariedad de trabajo y el acceso reducido a la seguridad social, y 5) contar con la actuación débil de instituciones como la Policía, el Ministerio Público y los juzgados. En suma, los grupos vulnerables están profundamente afectados por diferentes tipos de marginalización social, política, cultural y económica.
En definitiva, este libro discute las temáticas de la vulnerabilidad y la violencia a través de un nuevo prisma. Por medio de miradas singulares, los autores abordan diversos temas con un enfoque integral y sistémico. Por todo ello, es una herramienta indispensable para estudiosos que quieran conocer diferentes facetas de la violencia en ciudades latinoamericanas.
DOI: doi.org/10.24241/rcai.2017.116.2.235