Reseña de libros | Poder e islam: la construcción del nuevo enemigo en Europa

Revista CIDOB d'Afers Internacionals_115
Data de publicació: 05/2017
Autor:
Marta Alonso Cabré, Doctora en Antropologia Social, Grup de Recerca sobre Exclusió i Control Socials, Universitat de Barcelona (GRECS-UB)
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 Reseñas de libros

Hajjat, Abdallahi y Mohammed, Marwan. Islamophobie. Comment les élites françaises fabriquent le «problème musulman». La Découverte, 2013. 328 págs.

El concepto de islamofobia se ha afianzado en los últimos años en el imaginario colectivo español. Los crímenes islamófobos denunciados por las víctimas aumentan exponencialmente año tras año en España. Frente a estos fenómenos, la obra que nos concierne invita al lector a reflexionar sobre el significado de la islamofobia y sus implicaciones sociales. El objetivo de los autores es proponer pistas de reflexión para comprender la islamofobia en tanto que hecho social total, esto es, como fenómeno social que concierne a la sociedad así como a sus instituciones.

Abdallahi Hajjat es sociólogo y analista político, y Marwan Mohammed es sociólogo y director del Collectif Contre l’Islamophobie en France (CCIF), la única asociación que desde 2003 publica una lista anual de actos islamófobos en Francia. Ejemplo del repertorio es el caso de Sirine, alumna excluida definitivamente de un centro de educación pública secundaria en Francia en 2013 por llevar ropa supuestamente religiosa en clase: una falda larga y una especie de diadema. Con este caso, en el que además se vinculó arbitrariamente una vestimenta con el islam, los autores ilustran la deshumanización de las víctimas de la islamofobia. Se muestra también la presencia de la islamofobia tanto en los ámbitos mediático y político, como en la escuela pública, los servicios públicos, las empresas privadas, la calle, etc. Retomando el campo político, los autores razonan a partir del caso de Sirine que el posicionamiento de la derecha y de la izquierda frente a la islamofobia no es muy distante y suele estar bajo el paraguas de la laicidad, que cada vez es más restrictivo. Hajjat y Mohammed reclaman que los poderes públicos respondan de manera urgente al llamado «problema musulmán» que, en el caso francés, como en el español, está a menudo alimentado por las élites en tanto que mecanismo indisociable del clasismo asociado a los musulmanes, mayoritariamente de clase popular.

Tras la introducción, centrada sobre todo en el caso de Sirine, el libro contiene una primera parte dedicada a las realidades de la islamofobia, tanto en lo concerniente al culto en general como a los sujetos que lo practican, o que se supone que lo practican. Si bien existe la ya mencionada lista anual de actos islamófobos, los autores invitan al lector a reflexionar acerca de la fiabilidad de dichos datos, así como de otras fuentes estadísticas. Efectivamente, los actos islamófobos  aumentan, pero las víctimas tienden a no denunciar y a conformarse, así que no consta trazabilidad de un volumen importante de casos. En el libro se parte de una visión crítica de las encuestas de opinión, aunque los autores concluyen de dichas fuentes una disminución de la tolerancia en Francia frente a los musulmanes y los magrebíes, en contraposición a una tolerancia estable frente a los negros y a los judíos. Teniendo en cuenta que a menudo se equipara erróneamente a los magrebíes con los musulmanes, el rechazo de la opinión francesa frente al islam y a los musulmanes aumenta. Las víctimas, cuanto menos las que denuncian los casos, son en su mayoría mujeres y el velo es el símbolo musulmán más rechazado. 

La historia del concepto de islamofobia es el hilo conductor de la segunda parte del libro. La génesis de la palabra remonta a 1910 y fue creada por orientalistas franceses especializados en el análisis del islam del África Occidental. Así, no tiene sentido vincular las raíces del concepto con los mullah iranís, asociación que se realizó a principios del siglo xxi y que llevó a borrar la palabra de ciertos discursos públicos y, por ende, a no hablar del problema musulmán. Abdallahi Hajjat y Marwan Mohammed parten de la base de que la islamofobia es un proceso social de racialización/alterización basado en el signo de pertenencia, real o supuesta, a la religión musulmana. Se considera que la adscripción de un sujeto al islam condiciona sus palabras y sus actos.

En la tercera parte los autores exponen la construcción del problema musulmán en Francia, estrechamente vinculado al control de flujos migratorios desde la década de los setenta y que en 2003 dio lugar a una reformulación de la definición de laicidad, concepto emblema de la nación francesa. Así, mientras que la ley de 1905 que codificó los principios de la laicidad en Francia garantizaba la expresión religiosa en los centros de enseñanza públicos, en 2003 no solo se prohibió la expresión de aquellos signos religiosos supuestamente ostentosos en el espacio público, sino que además se legitimó la intromisión en la vida privada de los sujetos para mesurar el respeto de los valores republicanos. Lo sorprendente, como señalan los autores, es la hegemonía de discursos de la élite frente al problema musulmán.

En la cuarta parte de la obra se presenta una historia de la percepción del islam y de los musulmanes en Europa, desde la Edad Media hasta la época de los medios de comunicación de masas, pasando por el orientalismo. Se hace hincapié en el proceso de esencialización del islam y en la construcción de una tríada aparentemente inseparable: islam, islamismo y terrorismo. Ese triángulo parte del presupuesto de que el comportamiento individual y colectivo se fundamenta en gran medida en la pertenencia religiosa, postulado clave también en el caso del antisemitismo. La diferencia que los autores destacan entre islamofobia y antisemitismo es que en el segundo caso no se pone en duda la legitimidad de la presencia de judíos en Europa. 

Una vez analizado el concepto de islamofobia, los autores dedican la quinta y última parte a reflexionar acerca del diálogo entre la negación y el reconocimiento de la islamofobia, esto es, entre aquellos que legitiman la discriminación del islam y aquellos que se han asociado para luchar contra la islamofobia. Ejemplo del segundo posicionamiento es el CCIF, al que pertenece Marwan Mohammed. El libro reseñado puede también inscribirse claramente en esta línea comprometida ante la discriminación del islam y de sus practicantes, ya sean reales o tan solo percibidos como tales. El musulmán es mostrado en la actualidad como el enemigo a combatir en Europa, como queda suficientemente demostrado en la obra de Hajjat y Mohammed, de lectura obligatoria para aquellos que deseen adentrarse en los entresijos de la islamofobia tanto a nivel de la sociedad como a nivel institucional. Los autores cumplen con creces el objetivo que se proponen en el libro, invitar a la reflexión entorno del concepto de islamofobia. 

DOI: doi.org/10.24241/rcai.2017.115.1.192