Las treguas inútiles: por qué no hay un alto el fuego en Gaza ni tampoco servirá para parar el genocidio
Moussa Bourekba, investigador principal de CIDOB (Barcelona Centre for International Affairs) especializado en Oriente Medio, explica que la propia ciudadanía israelí no está en contra de la guerra y, en su mayoría, han comprado la narrativa de su Gobierno. “Muchas veces se confunden conceptos, la población israelí está en contra de Netanyahu, pero no de lo que está sucediendo en Gaza”, contesta el experto a la pregunta de cuál es el sentir de la opinión pública dentro del país. Así, el desgaste del primer ministro viene más por los casos de corrupción que lleva arrastrando a lo largo de su trayectoria política, por su incapacidad de liberar a los rehenes e, incluso, por su posible responsabilidad en los fallos de seguridad que condujeron al 7 de octubre, pero no tanto por sus acciones internacionales. “Todos estos años de deshumanización del pueblo palestino han tenido como consecuencia lo que estamos viendo ahora, que las encuestas muestran que los israelíes no están en contra de la limpieza étnica en Gaza”, zanja. De hecho, Bourekba no descarta que, si el momento es propicio, Netanyahu pueda plantearse adelantar las elecciones. “Su trayectoria política en las últimas 3 décadas nos hace ver que es un superviviente nato, que sabe renacer una y otra vez de sus cenizas. Su objetivo es convertirse indudablemente en el actor hegemónico en la región y de esa forma tener la fuerza suficiente para expandir los Acuerdos de Abraham para que más países árabes reconozcan a Israel.”