La localización de los ODS

Fecha de publicación: 06/2017

LA LOCALIZACIÓN DE LOS ODS 

Importancia de la localización 

La Agenda 2030 es universal, pero los retos de desarrollo no se expresan de la misma forma en cada lugar del mundo, por ello hay que hacer una traducción de los compromisos globales a metas nacionales y locales adaptadas a realidades muy diversas. El debate sobre la localización de la Agenda de Desarrollo ya estuvo presente durante la elaboración de los ODS. La presión de las autoridades locales se tradujo en la incorporación de un ODS específico, el número 11 sobre «Ciudades y comunidades sostenibles», relativo a la necesidad de garantizar: que los asentamientos urbanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles; la necesidad de poner atención a los vínculos entre las zonas urbanas, periurbanas y rurales; reducir los desastres y la vulnerabilidad de población; y reducir el impacto ambiental de las ciudades. Además, con la meta 11.3, se enfatiza que, para lograr comunidades inclusivas y sostenibles, es necesario establecer procesos participativos e integrados donde la ciudadanía pueda influir en cómo se planifica y se gestionan los asentamientos humanos de forma sostenible. 

En un contexto marcado por transformaciones profundas en la fragmentación del orden liberal, la cooperación multilateral y la emergencia de nuevas dinámicas de poder, la necesidad de localizar los ODS se ve reforzada. Tal como señala el Informe técnico del Observatorio de Cooperación Descentralizada UE-AL de 2023, en un momento de crisis múltiples, sumado a las dinámicas autoritarias y centralizadoras presentes en muchas partes del sistema internacional, la urgencia de reivindicar la cooperación descentralizada como factor democratizador es central. Desde muchos ámbitos se reclama que no se puede entender el ámbito local, donde se manifiesta el desarrollo, sin que también se considere y capacite como un espacio de decisión.  

La localización de los ODS se interpreta como una respuesta al imperativo urgente de actuar de forma decidida a la superposición simultánea de las diferentes crisis interrelacionadas –económicas, políticas, ambientales, sanitarias, sociales, y otras más-. Por ejemplo, como destacó la Estrategia de Adaptación al cámbio climático de la UE de 2021 las medidas más eficaces de adaptación al cambio climático se adoptan a nivel local. En tiempos de multicrisis, los gobiernos locales han mostrado una notable capacidad para adaptarse a cambios rápidos en las necesidades, adoptando soluciones innovadoras y sostenibles que influyen significativamente en la manera en que la comunidad internacional abordará retos similares en el futuro.  

 Participación y poder de decisión local 

El concepto de localización de la agenda de desarrollo, entendido como proceso de adaptación de la agenda global a las características y circunstancias de cada territorio, es consustancial con la necesidad de participación de los diferentes actores que componen una comunidad. Sin embargo, la forma en que se interrelacionan está muy determinada por las instituciones y cultura política de cada lugar. Por ello, la articulación de la forma en cómo se definen las políticas estará condicionada por la estructura económica y social de los distintos territorios. Para que los actores territoriales se apropien de la agenda, es necesario establecer un diálogo entre las diversas partes interesadas que conduzca a acuerdos sobre prioridades y a la elaboración de un plan de acción. Se necesita una amplia participación multinivel y multiactor para una planificación más sólida y mejor alineada con los distintos caminos al desarrollo.  

Tal como lo enfatiza el informe Delivering the Sustainable Development Goals at Local and Regional Level, de la Comissión Europea, la elaboración e implementación de los ODS debe ser conducida por una cooperación horizontal y vertical. Para ello, es necesaria una ampliación y profundización. Ampliación horizontal con la involucración de distintos actores que representan la ciudadanía, sociedad civil, partes interesadas, empresas e industrias, universidades y ciencia. Y, profundización vertical con una gobernanza multinivel que funcione como acelerador de la localización de los ODS, fortaleciendo el liderazgo cohesivo, la coherencia vertical de las políticas y la coordinación entre todas las esferas de gobierno para una mejor prestación de servicios. 

 Como subraya la guía técnica Getting Started with SDGs in Cities: A Guide for Stakeholders de julio de 2016, los gobiernos urbanos y locales son directamente responsables de implementar hasta un 65% de la agenda de los ODS. Los gobiernos locales no pueden limitarse a ejecutar las agendas globales o nacionales de los ODS, también deben participar activamente como socios en la formulación y diseños de políticas, en la definición de programas, y en los procesos de implementación y seguimiento de los avances hacia las metas establecidas. 

Al principio -No dejar a nadie atrás- se suma el -No dejar ningún lugar atrás-. Se establece que el compromiso global supone llegar hasta el último rincón del planeta y ofrece un legítimo reconocimiento a las ciudades como referentes globales de las políticas a favor de la sostenibilidad humana, resultado de una intensa labor de incidencia de los gobiernos locales y de las asociaciones que les representan, para lograr que la voz de los poderes locales cuente.  

Estos principios suponen dar prioridad a la dignidad de todos los seres humanos y situar en primer lugar el progreso de las comunidades más marginadas. Implicando que el desarrollo sostenible debe alcanzar no solo a todas las personas, sino también a todos los territorios. Desde las grandes ciudades hasta los asentamientos informales, zonas rurales y comunidades marginadas, se debería asegurar una distribución equitativa de recursos, oportunidades y servicios para que ningún lugar ni persona quede excluida del progreso hacia los ODS. Además, de la necesidad de políticas participativas e inclusivas para una profundización de la democracia. Localización para que las necesidades locales informen la agenda internacional, algo que no se puede perder en un contexto donde la descentralización y la cooperación multilateral está en retroceso. 

 Como agenda política de transformación territorial 

Tras la adopción de los ODS, en la celebración un año después de la III Conferencia del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, en octubre de 2016, se aprobó la  Nueva Agenda Urbana . Esta, reforzó la importancia de incorporar plenamente a las autoridades locales en la agenda de desarrollo en un mundo crecientemente urbanizado. Seis años después de su adopción, el 28 de abril de 2022, los Estados se reunieron en Nueva York para la Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General y revisar los avances en la implementación de la Nueva Agenda Urbana. Como reflejó el informe cuatrienal del Secretario General, de 2022 se abordaron cuatro áreas prioritarias identificadas a partir de los informes presentados por los Estados y diversas partes interesadas: la erradicación de la pobreza y la reducción de desigualdades mediante el acceso a vivienda y servicios básicos, el fortalecimiento de economías urbanas sostenibles a través de financiamiento innovador, la desvinculación de la urbanización de la contaminación ambiental junto con el refuerzo de la resiliencia climática y la promoción de una planificación urbana participativa para prevenir y responder eficazmente a crisis urbanas. 

La efectiva implementación de los ODS obliga a cambios en los actuales modelos que son imposibles de implantar si no hay una conciencia ciudadana de la necesidad de llevarlos a la práctica por el bien común y propio. La apropiación democrática de la agenda del desarrollo exige que las políticas respondan a las diversas necesidades de los distintos actores de un territorio, con especial atención a los sectores más excluidos e incorporando la perspectiva de género y la diversidad cultural. Esto supone la necesidad de identificar la representatividad de los diferentes agentes que participan en los distintos niveles de deliberación y negociación, clarificar los mecanismos de toma de decisiones, establecer las dosis de responsabilidad de los actores participantes y distribuir las obligaciones en función de los objetivos relacionados con las políticas públicas. En este sentido, y como destaca el Inter-Agency Policy Brief: Accelerating SDG to deliver on the promise of the 2030 Agenda for Sustainable Development, la participación multinivel se percibe como co-beneficiosa al permitir que los gobiernos nacionales se benefician del acceso a datos e información granulares sobre las necesidades de las comunidades, mientras que los gobiernos subnacionales se benefician de un mayor acceso a los recursos y herramientas a nivel nacional. Se fortalece la cooperación vertical y el aprendizaje entre pares dentro de cada nivel de gobernanza, incluidos los niveles local, regional y nacional.  

Paralelamente, la ampliación de la participación también requiere la vinculación del sector privado en los procesos de elaboración y aplicación de los ODS. De acuerdo con la declaración política del foro político de alto nivel sobre el desarrollo sostenible celebrado en 2023, el sector privado es ahora un socio clave en la contribución necesaria para cumplir la Agenda 2030 y adaptar los ODS al contexto local. Es decir, no solo como un grupo social al que consultar sobre políticas, sino un socio en la implementación, como parte de alianzas público-privadas y de la sociedad civil. Se debe generar una visión conjunta de la realidad local. La participación integral de las partes interesadas del sector privado y la gobernanza participativa pueden ayudar a fomentar una mejor comprensión de las necesidades y prioridades locales, así como cultivar un sentido de compromiso compartido hacia el logro del desarrollo sostenible para todos.  

Se considera necesario establecer mecanismos de escucha y participación a nivel comunitario, creando un entorno propicio para la participación en la identificación de problemas, la formulación de políticas, la implementación, el monitoreo y la evaluación. Mapear y movilizar representantes de partes interesadas de distintos sectores, aprovechando perspectivas diversas y el conocimiento local para identificar prioridades y diseñar soluciones sostenibles eficaces; facilitar el intercambio de información y datos; aumentar la concienciación sobre los ODS y su implementación a nivel local; y establecer o fortalecer plataformas existentes para el seguimiento y la revisión. De este modo, se permite que los líderes locales y las comunidades se apropien de los esfuerzos de desarrollo local, fomenten alianzas y un diálogo estructurado que respalde la implementación de los ODS. 

La administración local, al ser el nivel de gobierno más cerca de las comunidades, ofrece un espacio privilegiado para establecer procesos participativos. Mecanismos muy difíciles de gestionar en el ámbito nacional, aún más en el plano internacional, que deben estimular la creación de asociaciones de colectivos para establecer las alianzas a las que hace referencia el ODS 17 “Alianzas para lograr los objetivos”. Debido a su cercanía con la ciudadanía, se debe aprovechar su mayor conocimiento del territorio, su mejor posicionamiento para reconocer y decidir cuáles son las necesidades y prioridades de cada sitio y generar políticas centradas en las personas. 

Además, es a nivel local dónde se ve la adaptación y avance real de los ODS. Como destaca UN-HABITAT en Localizing the SDGs, son los mejor posicionados y los responsables de reconocer, coordinar y proporcionar los servicios públicos esenciales necesarios.  En este sentido, es imprescindible avanzar en la apropiación local de los datos y promover tanto la colaboración y armonización de datos de abajo arriba, tanto como de arriba a abajo.  

Son los gobiernos locales los que pueden actuar como catalizadores para soluciones innovadoras y cambios transformativos. La mayoría de las veces son los primeros en actuar ante conflictos, desplazamientos y desastres naturales. La pandemia del COVID fue un claro ejemplo -los entes locales fueron los que actuaron en primera línea, limitando la propagación y lidiando con los impactos sociales y económicos-. 

 Conciencia y compromiso colectivo con los ODS 

Un primer paso para conseguir aglutinar de forma efectiva el interés de los ciudadanos en la Agenda 2030 es sensibilizar y difundir de los contenidos de los ODS, explicando la situación actual en cada uno de los países y regiones, y cuáles son las consecuencias de no actuar para resolver los problemas existentes. Los gobiernos locales, por su cercanía a los ciudadanos, son los que más capacidad tienen de impulsar los procesos participativos para construir consensos sobre las prioridades políticas. Las instituciones deben poner los canales para asegurar que ninguna persona y ningún territorio queden fuera de la agenda y para garantizar que, en el caso de conflicto de intereses, se tenga en cuenta el interés común y el de los más desfavorecidos. Esto implica un análisis de cada uno de los actores y de cuáles son sus necesidades en relación con cada uno de los ODS y respecto a cada una de las metas. No todos los actores locales tienen las capacidades necesarias para realizar este proceso, por ello una tarea fundamental de la cooperación internacional debe ir orientada al fortalecimiento de las capacidades que promuevan la participación y la recogida de la información necesaria para elaboración de una buena diagnosis. Esas mismas capacidades son necesarias después de cara a una buena planificación, implementación y seguimiento. 

Para asegurar la implicación y el seguimiento efectivo, existen mecanismos como los Informes Nacionales Voluntarios -Voluntary National Reviews (VNR)- y los Informes Locales Voluntarios -Voluntary Local Reviews (VLR)-.  

Los VNR consisten en revisiones periódicas e inclusivas del progreso a nivel nacional y subnacional, lideradas y organizadas por los propios Estados. Estas Revisiones Nacionales Voluntarias se presentan cada julio durante el Foro Político de Alto Nivel (HLPF) celebrado en Nueva York. Las VNR son voluntarias, están conducidas por los gobiernos, se llevan a cabo tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, y promueven la participación de una variedad de actores interesados. Los VNR permiten compartir experiencias —como casos exitosos, dificultades y aprendizajes adquiridos— para impulsar el avance de la Agenda 2030. Asimismo, tienen como objetivo reforzar las políticas públicas y las instituciones gubernamentales, además de fomentar el respaldo de diversos actores y alianzas para la implementación de los ODS. 

Los VLR, son la forma en que los gobiernos locales y regionales participan cada vez más en estos exámenes de la implementación de los ODS. Si bien carecen de carácter oficial, el proceso de realización de estas evaluaciones está aportando múltiples beneficios a las entidades que participan en ellos y a la implementación de los ODS en general. También ayudan a reforzar la coherencia vertical y complementar y contribuir a los VNR. 

Como destaca el Swedish International Centre for Local Democracy, además de presentar el progreso, los VLR también sirven como herramienta práctica para mejorar la participación, fomentar la apropiación, aumentar la visibilidad del progreso local y movilizar a los actores locales en torno a los ODS. Se están realizando cada vez más esfuerzos para vincular estos informes con los VNR. 

Según señala United Cities and Local Governments, desde 2016 se han publicado más de 240 VLRs, que involucran regiones y ciudades grandes, medianas y pequeñas de 45 países. En conjunto, estas localidades representan a más de 600 millones de habitantes. Aparte, desde 2018, se han producido 37 Revisiones Subnacionales Voluntarias (VSR) -por sus siglas en inglés- en 34 países cubriendo más de 170.000 gobiernos locales y regionales y alrededor de 1.400 millones de personas. Los VSR son similares a los VLR, pero se orientan a unidades administrativas más grandes como provincias o regiones. 

 Planificación y financiación 

 Para una planificación adaptada a las condiciones específicas es necesario priorizar y seleccionar los objetivos de acuerdo con determinados criterios.  La guía Guetting Started with he SDGs in Cities, elaborada en 2016, se proponía: metas que sean relevantes para el territorio y factibles teniendo en cuenta las capacidades locales; objetivos y metas que estén alineados con las responsabilidades del Gobierno local; y priorización de las metas en función de la urgencia de las brechas identificadas mediante un análisis basado en la evidencia empírica. 

La Agenda 2030 debe insertarse en el conjunto de las políticas públicas, por ello, se deben revisar todas las políticas preexistentes y adaptar los objetivos a las prioridades de los ODS. Esto implica identificar qué puede continuar haciéndose y ser mejorado y qué es lo que se debe modificar o abandonar. De esta manera, la agenda ODS no debe superponerse a las agendas previas, sino que ha de ser una continuidad transformadora de estas. De nuevo, la participación de todos los implicados es imprescindible para que no sea vista como una imposición o una descalificación de las acciones previas.  

Todo este proceso presenta una complejidad en la que países desarrollados y en desarrollo enfrentan diferentes retos. Mientras que estos últimos afrontan sobre todo limitaciones de carácter técnico, financiero e institucional, los países con un mayor desarrollo económico e institucional se enfrentan al reto de construir una agenda transformadora que muchas veces choca con burocracias y modus operandi establecidos difíciles de modificar. La capacidad de movilización de los diversos actores públicos y privados en procesos de creación conjunta de políticas innovadoras es crucial para una efectiva implementación de la Agenda 2030.  

Paralelamente, es especialmente relevante reestructurar y mejorar la financiación para que fluya hacia la localización y poder permitir una buena planificación y aumentar su impacto local. Esto se puede hacer a través de cuatro formas o fuentes.  

En primer lugar, fortaleciendo las transferencias fiscales del nivel nacional al nivel subnacional y local. Quienes trabajan en el ámbito local conocen de primera mano las necesidades y prioridades de sus comunidades, y cuentan con mayor confianza de la ciudadanía. Por eso, invertir en este nivel de gobierno —el más cercano a la gente— es fundamental para avanzar hacia un desarrollo sostenible y asegurar que nadie se quede atrás. 

En segundo lugar, a través de los ingresos de los propios gobiernos locales. Aquí se debe poner un énfasis especial en reforzar las propias fuentes de generación de ingresos de los gobiernos locales y regionales (que suelen ser mucho más pequeñas que las transferencias fiscales de los gobiernos centrales en los países en desarrollo). Descentralizar la financiación mediante impuestos locales efectivos, instrumentos de financiación innovadores y otras fuentes de ingresos locales, como tarifas por servicios o licencias comerciales.  

En tercer lugar, con la capacidad de los gobiernos subnacionales de pedir préstamos. En este punto existe un creciente debate sobre cómo de cómo hacerlo. Los mecanismos para subsidiar préstamos incluyen préstamos públicos concesionales y herramientas de mitigación de riesgos financiadas públicamente, como garantías parciales de crédito y crédito agrupado, que permiten a los gobiernos locales acceder a financiamiento privado.   

Para acabar, la buena gestión de activos en infraestructura es otra forma de aprovechar el financiamiento adicional para la localización de los ODS. Una infraestructura bien mantenida puede aumentar los fondos disponibles para la implementación local de los ODS al reducir los costos a largo plazo del mantenimiento de activos, liberando así fondos y aumentando el potencial de ingresos de muchos activos, a través de una base más amplia de usuarios y contribuyentes. Como indica el informe del Institute of Public Works Engineering Australasia (IPWEA), entre el 70 y el 85 por ciento de los costos de infraestructura típicamente ocurren después de la fase de construcción, una gestión resiliente y previsora reduce esos costos significativamente.  

 Organizaciones de gobiernos locales y regionales  

United cities and Local Governments (UCLG) 

La Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos es la mayor organización de gobiernos locales y regionales del mundo.  Trabaja bajo el compromiso de representar, defender y amplificar las voces de los gobiernos locales y regionales bajo los principios de no dejar a nadie ni a ningún lugar atrás. 

Desarrolla su labor promoviendo la respuesta y la acción a nivel mundial por medio de compromisos y acuerdos innovadores para convertirlos en caminos comunes que trascienden fronteras y comunidades para desarrollar y dar poder al ámbito local. Todo esto, por medio de la colaboración, el diálogo, la cooperación y el intercambio de conocimientos. 

Una de sus labores es la de amplificar las voces de los gobiernos locales, fortaleciendo la red de UCLG a través de la promoción de la participación política, la creación de los partenariados con los diferentes actores y asegurando una apropiación compartida con diferentes partes de la membresía, así como fomentando la transparencia, la participación democrática y la responsabilidad. 

También, eleva las voces de los territorios a escala internacional con la elaboración de propuestas relacionadas con el reconocimiento de la importancia del papel y la perspectiva de los gobiernos locales y regionales en la definición e implementación de las agendas globales de desarrollo.  

Asimismo, a través de la implementación, identifica y fomenta los esfuerzos de sus miembros para la aplicación de las agendas globales en el ámbito local. 

Por otro lado, desarrolla su labor mediante el aprendizaje, con la formación y creación de una cultura de aprendizaje en la organización y fomentando la cooperación descentralizada como elemento esencial para los programas de cooperación y desarrollo internacional. 

Finalmente, a través del seguimiento y la formación con el objetivo, garantiza que la experiencia local y regional influya en la implementación y evaluación de las agendas globales, sumando a la narrativa de los gobiernos locales y regionales y colaborando en los informes elaborados por gobiernos nacionales. 

Comisión de Desarrollo Económico y Social Local 

La Comisión de Desarrollo Económico y Social Local es la comunidad voluntaria de autoridades locales y asociaciones de gobiernos locales y regionales, miembros de UCLG. Esta red, propone e impulsa políticas en materia de desarrollo social y económico, en colaboración con otros actores y bajo un enfoque territorial. 

Se compone de dos grupos y cuenta con una Secretaría Técnica especializada. Uno grupo organizado de gobiernos locales, y otro, de miembros procedentes de las distintas secciones dentro de UCLG.  

Funciona como un instrumento para fomentar la corresponsabilidad de actores locales para una acción global sostenible. En este sentido, refuerza la cooperación entre gobiernos locales e impulsa su reconocimiento en la construcción de nuevos modelos de desarrollo económico y social. 

Está copresidida por la Federación Canadiense de Municipios (FCM) y el Fondo Andaluz de Municipios para la Solidaridad Internacional (FAMSI)

 VI Foro Mundial de Desarrollo Económico Local 

La sexta edición del Foro Mundial de Desarrollo Económico Local se celebró del 1 al 4 de abril de 2025 en Sevilla, España, con el objetivo de a atender las prioridades globales relacionadas con la transición justa, la gestión pública territorial, el fortalecimiento de alianzas público-privadas, el papel del sector privado en la economía social y solidaria, la promoción del trabajo decente y el impulso de una nueva economía del cuidado desde el territorio. A la vez que se abordaron las alianzas multinivel, las políticas globales, nacionales y descentralizadas (regionales-locales). 

Igual que el conjunto de foros mundiales que le precedieron, se llevó a cabo como: una oportunidad de activación de agentes del desarrollo territorial, de apuesta por una renovación de instrumentos y políticas de desarrollo, de miradas y alianzas multinivel, de innovación y ciencia junto a universidades y otros centros de gestión de conocimiento, de promoción del diálogo social territorial con sindicatos y sector empresarial, de promoción de instrumentos de economía social y partenariados público-privados, y de alianzas multiactor en torno al territorio y a la agenda común de desarrollo. 

Sus objetivos principales fueron:  

  1. Facilitar el diálogo y el intercambio de conocimientos. 

  2. Construir modelos de desarrollo desde los territorios. 

  3. Fortalecer una alianza global para acciones específicas. 

  4. Contribuir a la localización de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. 

  5. Promover la eficacia e impacto del desarrollo económico local. 

  6. Contribuir a la alianza de actores e instrumentos del desarrollo económico local a nivel global. 

En su declaración final, se pone de manifiesto que, en un contexto de polarización, crisis múltiples, discriminaciones internacionales y conflictos locales e internacionales, se debe reivindicar de nuevo el impacto transformador del desarrollo económico local en cumplimiento con los ODS. A pocos meses de la 4.ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4), esta se ve como una oportunidad para evidenciar y reclamar una vez más el rol del territorio y sus actores en las soluciones de los retos globales.  

A propuesta del Comité Internacional, las delegaciones del VI Foro reconocieron: 

  1. La importancia del papel del Foro Mundial de Desarrollo Económico Local como plataforma clave para avanzar en medidas concretas ante los desafíos que plantea la triple transición ecológica, digital y social, y para promover los sectores económicos clave para una transición justa y sostenible como la economía social y solidaria, la economía verde y azul, las prácticas de contratación, la economía nocturna, la economía de la ciudad y sus interrelaciones.  

  2. La necesidad de una arquitectura financiera de localización del financiamiento justa, descentralizada y progresiva, que garantice recursos suficientes para el desarrollo económico local y la prestación de servicios públicos a todas las poblaciones, bajo una estrategia basada en la subsidiariedad, la cooperación multinivel y multiactor, la corresponsabilidad y la justicia fiscal. Y, de esta manera, lograr que se construyan soluciones adaptadas a cada territorio. 

  3. La necesidad de defender los modelos económicos basados en el desarrollo territorial, con políticas que fortalezcan la producción local, la cohesión social y el equilibrio medioambiental y el urbano-rural. A la vez que se potencian las infraestructuras, servicios públicos y marcos institucionales que garanticen oportunidades equitativas, con un rol clave para las ciudades intermedias. 

Para acabar, el Foro  las siguientes conclusiones y propuestas para la financiación al desarrollo:  

  1. Reconocer explícitamente el papel estratégico de los gobiernos locales y regionales como socios clave y primeros aliados de los Estados nacionales en la movilización de los financiamientos complementarios a los recursos nacionales y la dinamización concreta de la implementación. 

  2. Establecer a través del FfD un espacio intergubernamental formal de seguimiento e intercambio para la localización del financiamiento. 

  3. Garantizar la autonomía fiscal y la descentralización para movilizar la riqueza local y generar un efecto de apalancamiento en la financiación de las inversiones sostenibles y resilientes necesarias. 

  4. Fomentar el intercambio horizontal de experiencias y soluciones innovadoras. 

  5. Promover soluciones transformadoras de género y centradas en el cuidado y en el tejido solidario en toda la agenda de financiación para el desarrollo. En este sentido, ampliar y contribuir al trabajo de la Alianza Global por los Cuidados, como plataforma global multiactor, promoviendo un cambio en la arquitectura financiera global que tenga como base la sociedad de los cuidados. 

 Otras Iniciativas 

LOCAL 2030 Localizing the SDG 

Es una red y plataforma que apoya la implementación de los ODS en el ámbito local. Es un punto de convergencia entre los distintos niveles de gobierno subnacionales y sus asociaciones, los gobiernos nacionales, las empresas, las organizaciones comunitarias y otros actores locales, así como el sistema de Naciones Unidas. Da apoyo a los líderes locales en la gestación e intercambio colaborativo de soluciones, la eliminación de obstáculos y la implementación de estrategias para impulsar los ODS en las localidades. 

A través de esta plataforma en línea, los socios de Local2030 comparten herramientas, experiencias, soluciones innovadoras y guías útiles para apoyar la implementación de los ODS a nivel local. Uno de los elementos más destacados es la caja de herramientas, un recurso clave que reúne mecanismos e instrumentos concretos, prácticos y adaptables.  

Global Taskforce of Local and Regional Governments 

La Fuerza de Tarea Gobal de Gobiernos Locales y Regionales se ha creado como mecanismo de coordinación y consulta que reúne las principales redes internacionales de gobiernos locales para llevar a cabo acciones de incidencia conjunta con las políticas globales. En este sentido, tiene el objetivo de incorporar las perspectivas de los gobiernos locales y regionales en los ODS, la agenda sobre el cambio climático y la Nueva Agenda Urbana. 

Los gobiernos locales y regionales representan el único grupo no estatal dentro del sistema de las Naciones Unidas que dispone de un mecanismo como la Fuerza de Tarea Global, el cual les permite articular y coordinar sus contribuciones en los distintos procesos de formulación de políticas internacionales. A través de esta plataforma, se ha logrado fortalecer su presencia y participación en los debates globales. 

Tras sus primeros tres años de funcionamiento exitoso, la Fuerza de Tarea Global recibió un mandato ampliado luego de la conferencia Hábitat III. Esto le permite colaborar en la formulación de recomendaciones sobre temas clave de política pública y apoyar el seguimiento de la implementación de las grandes agendas globales desde una perspectiva local. 

Posteriormente a Hábitat III, esta instancia también ha promovido espacios de diálogo entre los distintos niveles de gobierno, con el objetivo de fortalecer la representación de las autoridades locales y regionales. Iniciativas como el Foro de Gobiernos Locales y Regionales, en el contexto del Foro Político de Alto Nivel (HLPF), así como su participación en el proceso de renovación de ONU-Hábitat, reflejan su compromiso con el impulso de transformaciones sociales sostenibles. 

La Caja Herramientas de localización de los ODS 

La Caja de Herramientas se ha creado para brindar instrumentos que permitan la implementación efectiva de lo acordado y la incorporación de todos los agentes presentes en el nivel local. Esto se consigue mediante procesos participativos en diálogos regionales y globales diseñados para facilitar el desarrollo, la puesta en marcha, el seguimiento y la evaluación de acciones que respondan a las realidades locales. 

Se ha pensado con una finalidad práctica y suficientemente flexible para adaptar-se a las necesidades y particularidades de cada territorio. El objetivo es triple:  recopilar y analizar herramientas existentes basándose en experiencias previas como los ODM, y los que se vayan desarrollando; proporcionar instrumentos de comunicación que mejoren el conocimiento de los ODS entre funcionarios y ciudadanos; y contribuir a generar evidencias y argumentos que influyan en la formulación de políticas públicas efectivas. 

Uno de los elementos de la Caja de Herramientas ha sido la Guía para la localización de los ODS: implementación, y monitoreo a nivel subregional, donde se analizan diferentes experiencias de localización de los ODS por parte diversas entidades subestatales en varios aspectos, así como los principales retos a los que se debe dar respuesta. 

 La Red para Soluciones de Desarrollo Sostenible 

La Red de Soluciones para un Desarrollo Sostenible Global (SDSN por sus siglas en inglés) es una iniciativa global lanzada por el ex secretario general de Naciones Unidas Ban Ki-Moon en 2012. Actualmente está considerada la red de conocimiento más grande del mundo para los ODS. Desarrolla su labor bajo el amparo del secretario general para movilizar universidades, think tanks y laboratorios nacionales con el fin de identificar y desarrollar soluciones globales y locales frente a los desafíos del desarrollo sostenible. Operan como punto de encuentro entre la ciencia, la política y la práctica para la promoción de los ODS y el Acuerdo de París a través de la educación, la investigación, el análisis de políticas y la cooperación global.   

Elaboró la mencionada guía para practicantes Getting Started with SDGs in Cities con el fin de ayudar a adaptar, implementar y monitorear los ODS en el nivel local. 

En los últimos diez años, el SDSN ha puesto en marcha diversas iniciativas que abordan aspectos clave del desarrollo sostenible:  los Grupos Científicos para el Amazonasla, Cuenca del Congo y Borneo, ; el Centro de Transformación ODS; el Proyecto ASEAN Green Future; SDGs Today; Mission 4.7, Global Schools, y la Era de la Globalización; el Consejo de Ingenieros para la Transición Energética y Net Zero en los Campus; y el Consorcio FABLE y el programa FELD. El SDSN también ha producido varios productos de investigación influyentes, como el Informe sobre Desarrollo Sostenible y el Informe Mundial de la Felicidad