La política exterior en la campaña electoral americana
Las relaciones exteriores de los Estados Unidos de América después de las elecciones del 4 de noviembre, a debate en la Fundación CIDOB.
Martí Anglada: “La esperanza que ofrece Obama tiene difícil definición política” Los Estados Unidos de América viven una de las campañas electorales más apasionantes de los últimos tiempos. Aunque la crisis económica ha desplazado las cuestiones de política exterior del debate de campaña, el nuevo inquilino de la Casa Blanca tendrá que afrontar decisiones importantes como la retirada de Irak, la contención de Irán o la estabilización de Afganistán y Pakistán mientras Europa se encuentra a la espera de que Estados Unidos asuma su liderazgo tras las presidenciales. Éstas fueron algunas de las conclusiones del taller de debate organizado por la Fundación CIDOB dedicado a la política exterior en las elecciones americanas en el que intervinieron Martí Anglada, responsable de Información Internacional de Televisió de Catalunya, Gabriel Colomé, director del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Catalunya; Nuria Ribó, corresponsal durante ocho años en Nueva York, y Esther Vera, delegada de Cuatro y CNN+ en Cataluña.
“¡Es la economía, estúpido!” La crisis económica ha relegado los temas de política exterior a un papel secundario durante la campaña. Sorprende, asegura Martí Anglada, que un tema tan polémico como el conflicto árabe-israelí no haya sido objeto de debate “como si McCain y Obama hubieran acordado una táctica para no abordarlo”. El hecho de que la política doméstica domine el debate no sólo se ha dado en esta campaña, sino que es una tradición política, sólo rota cuando los temas de seguridad invaden la agenda, como la guerra de Irak o la lucha contra el terrorismo. Según Esther Vera, Estados Unidos es un país muy “interiorizado” que sale al exterior en momentos donde la coyuntura internacional permite la proyección de sus valores e intereses o siente amenazas a su seguridad. De ahí que las guerras en Irak y en Afganistán o la contención de la proliferación nuclear de Irán han sido las “patatas calientes” sobre las que se han tenido que posicionar Obama y McCain y que han marcado sus diferentes visiones. Como lo muestra la atrevida oferta del candidato demócrata, matizada posteriormente por la expresión “ si se dan las condiciones”, de dialogar con el régimen iraní o su posición inicial durante las primarias de un repliegue acelerado en Irak. Nuria Ribó destacó el abismo entre las declaraciones de intenciones de Obama de “acabar la guerra” reduciendo la implicación americana, y la de McCain de “ganar la guerra” por el riesgo de caos en la zona tras la retirada.
El día despuésEntre las cuestiones de política exterior que el nuevo inquilino de la Casa Blanca se encontrará sobre su mesa habrá algunas con implicaciones para varias décadas como la reconstrucción de la alianza atlántica con Europa, y otras a corto plazo como la estabilización de Afganistán y Pakistán, una cuestión que el profesor Colomé considera de vital importancia geopolítica. Mientras la ideología conservadora dominante en la política y la economía durante las últimas tres décadas se repliega, quizás no definitivamente en la agenda social, se abre una ventana de oportunidad para instaurar un nuevo orden económico y político que Estados Unidos puede liderar con Europa a través de nuevos marcos multilaterales construidos ad hoc, que superan los heredados de la posguerra mundial (Bretton Woods, OCDE) y sin que conlleve un relanzamiento de Naciones Unidas, opina Martí Anglada, quien advierte del peligro de que Obama, en caso de vencer, no cumpla las expectativas generadas. “La esperanza tiene difícil definición en política”, apostilló. Esther Vera no cree en cambios demasiado profundos y asegura que “la tozudez de la realidad” hará que las decisiones políticas no se ajusten a las promesas electorales.Empieza la cuenta atrás Gabriel Colomé destaca que la singularidad del sistema americano, electoralmente distribuido por estados, no se entiende suficientemente en Europa.
Una diferencia de más de 10 puntos en las encuestas a nivel nacional no significa necesariamente la victoria. De ahí la importancia del cambio del rojo al azul que está sucediendo en algunos estados del sur, tradicional vivero de votos republicanos desde los setenta, y del valor simbólico de la victoria de un afroamericano en los antiguos estados segregacionistas. Colomé menciona tres estados de la antigua “Confederación” –Florida, Virginia y Carolina del Norte– donde los sondeos dan una leve ventaja a Obama aunque alerta de la incertidumbre de los sondeos en un país donde no todos los ciudadanos están registrados, y muchos de los registrados finalmente no van a votar. Quizás la diferencia menos incierta entre Obama y McCain es la que marca el dinero recaudado. Obama ha recaudado más de 600 millones de dólares mientras que McCain, con las arcas agotadas, ha tenido que recurrir a 85 millones de dólares de fondos públicos. Y en un país donde los dólares son los mejores asesores de campaña, esta diferencia puede decidir finalmente la victoria.