Sébastien Lecornu

Primer ministro (2025-)
Editado por: Roberto Ortiz de Zárate Arce
En el momento más delicado de su presidencia, cuando arrecia la que ya es la crisis política más prolongada y profunda en los 67 años de historia de la V República Francesa, Emmanuel Macron nombró el 9 de septiembre de 2025 nuevo primer ministro a uno de sus hombres más leales y de línea conservadora, Sébastien Lecornu, hasta la fecha ministro de Defensa. La alta temperatura política en Francia, con un bloque presidencial de centro-derecha débil y a merced de la oposición de las izquierdas (insumisos, socialistas, verdes, comunista) por un lado y de la extrema derecha (Reagrupamiento Nacional) por el otro, se solapa a una situación económica y financiera sombría, y a un clima social crispado, configurando un escenario de inestabilidad e incertidumbre.
Lecornu, de 39 años y miembro del partido Renacimiento (RE), es un macronista incondicional que ha servido de manera ininterrumpida en todos los gobiernos desde 2017 —de hecho, se trata del único veterano del primer Gabinete de Édouard Philippe—, a las órdenes de seis ministros sucesivos. El último de ellos, el centrista François Bayrou, sucumbió en la víspera, el 8 de septiembre, luego de nueve meses de ejercicio, en una moción de confianza convocada por él mismo ante el bloqueo parlamentario a su drástico plan de recortes fiscales para enderezar las cuentas públicas. Solo 194 diputados salieron a respaldarle, frente a 364 en contra.
El predecesor de Bayrou, el conservador Michel Barnier, cayó en diciembre de 2024, tras solo tres meses en el cargo, en una moción de censura provocada por su intento de aprobar la financiación de la Seguridad Social sin votación, recurriendo al polémico artículo 49.3 de la Constitución. A su vez, Barnier había relevado a Gabriel Attal, instalado en enero de 2024, cuya dimisión estaba pendiente de resolver desde el desastre sufrido en las elecciones legislativas anticipadas del verano por la coalición Ensemble, liderada por RE: entonces, Macron y sus aliados no solo se quedaron sin mayoría absoluta, ya evaporada en los comicios de 2022, sino que perdieron el mero primer puesto, arrebatado por el Nuevo Frente Popular (NFP) de las izquierdas. Aquella aguda minoría legislativa originó la crisis política que, pasado más de un año, atenaza Francia y pone a Macron contra las cuerdas, cuando todavía le faltan 20 meses para la conclusión de su segundo y definitivo mandato.
El nombramiento de Lecornu, con una imagen de gestor competente, reservado y apegado a la tradición gaullista, ha sido muy mal recibido por la oposición. Esta habla unánimemente de "provocación", ya que Macron, al promocionar a su lugarteniente, manda un mensaje de continuidad estricta, de resistencia y de blindaje de la coalición con Los Republicanos (LR), el partido liberal conservador del que en su día Lecornu fuera miembro y que accedió a entrar en el Gobierno en 2024 con Barnier, imprimiendo por tanto un giro a la derecha.
Sin embargo, los 49 diputados del grupo de Bruno Retailleau (no todos los cuales, por cierto, dieron su confianza a Bayrou en el voto del 8 de septiembre) solo elevan a 210 escaños la cuota de Ensemble y sus socios más cercanos en la Asamblea Nacional, donde la mayoría absoluta se sitúa en 289. La hostilidad desde el NFP es total y la reacción no ha sido más indulgente desde el RN de Jordan Bardella y la inhabilitada Marine Le Pen, no obstante sus anteriores observaciones de que Lecornu era el macronista más próximo a sus postulados.
Antes de la caída cantada de Bayrou, se especuló con que Macron, aprovechando la fractura abierta en el NFP, podría nombrar a un primer ministro del Partido Socialista (PS), liderado por Olivier Faure, con vistas a un Gobierno de más amplia base, que sacara de su parálisis a la Asamblea y de paso hiciera honor a los resultados electorales de 2024. Pero este escenario, de haberlo contemplado realmente Macron, quedó descartado al decidir los socialistas, poseedores de 66 escaños y enfadados por la reluctancia del oficialismo a revisar la reforma de las pensiones de 2023 a cambio de su apoyo presupuestario, no abstenerse en la moción de confianza y votar en contra de Bayrou, quien en su corto ejercicio sobrevivió a ocho mociones de censura. La última, en julio, la presentó, y precisamente por el fracaso de las negociaciones sobre la reforma de las pensiones, el propio PS, después de alinearse con el Gobierno en la derrota de otras seis censuras parlamentarias lanzadas por los demás miembros del NFP.
Titular de un puesto que tiene asegurado el desgaste abrasivo en un tiempo récord por la furiosa contestación política y social con que topan los paquetes legislativos y presupuestarios del Ejecutivo, Lecornu se ha estrenado avisando de la necesidad de acometer "cambios de fondo y no solo de forma", y anticipando que habrá "rupturas". "El presidente de la República me ha confiado la tarea de construir un gobierno con una dirección clara: la defensa de nuestra independencia y nuestro poder, el servicio al pueblo francés y la estabilidad política e institucional para la unidad del país", tuiteó tras recibir su nombramiento.
Al día siguiente, coincidiendo con el traspaso formal de poderes entre Bayrou y Lecornu en Matignon, el movimiento de protestas callejeras Bloqueemos todo, como años atrás los Chalecos amarillos, realizó una jornada de movilizaciones disruptivas con episodios de violencia. Fue la antesala de la huelga general y protesta nacional del 18 de septiembre, convocada por los sindicatos y la izquierda radical contra las políticas liberales del Gobierno y contra la misma permanencia en El Elíseo de Macron, quien quiere evitar otras elecciones legislativas anticipadas a toda costa.
El nuevo primer ministro enfrenta como misión más urgente dotar a Francia de unos presupuestos consistentes con el duro plan de ajuste fiscal, presentado por Bayrou, de 43.800 millones de euros hasta 2026. El objetivo es rebajar el déficit público del 5,8% registrado en 2024 al 5,4% en 2025 y al 4,6 % en 2026, dentro del muy optimista cálculo de llegar a 2030 con un desequilibrio no superior al 3%, tal como establece el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE. Este déficit desmedido, el tercero más alto de la UE tras Polonia y Rumanía, se financia con deuda pública, que bajo Macron ha pasado del 99% al 114% del PIB. La economía crece, pero a un ritmo agónico, el 0,3% intertrimestral, generando por tanto escasos ingresos fiscales. La convulsión política persistente y la mala situación de las finanzas galas están empujando hacia arriba el riesgo-país.
Bayrou, para cólera de las izquierdas y los sindicatos, habló de recortar gasto social y sanitario, congelar pensiones, reducir plantillas de funcionarios y eliminar dos días festivos del calendario de los trabajadores. Sacrificios que los franceses tendrían que hacer en paralelo al ineludible aumento del gasto militar, ya trabajado a fondo por Lecornu como ministro de las Fuerzas Armadas, en los contextos de la guerra de Ucrania, las amenazas de Rusia y la conminación de los Estados Unidos de Trump, asumida por la OTAN, a los aliados europeos para que destinen el 5% de su PIB a la Defensa. La Ley de Programación Militar (LPM) 2024-2030, impulsada con éxito por Lecornu en 2023, fija un presupuesto de 413.000 millones de euros para la modernización y transformación de las Fuerzas Armadas francesas. Dicho nivel de gasto representa un crecimiento del 40%.
(Texto actualizado hasta 12 septiembre 2025).
BIOGRAFÍA
Sébastien Lecornu pertenece al grupo de políticos treintañeros y cuarentones jóvenes bregados en el servicio de Gobierno con Macron, quien en el bienio 2016-2017 los atrajo o reclutó para su proyecto reformista tomando buena nota de sus dotes y precocidad. Diferencias ideológicas en origen al margen, su perfil es similar al de figuras como Gabriel Attal (primer ministro en 2024 y actualmente secretario general del partido Renacimiento y presidente del grupo parlamentario Ensemble), Stéphane Séjourné (ministro de Exteriores en 2024 y ahora vicepresidente de la Comisión Europea), Antoine Armand (ministro de Economía en 2024) o Gérald Darmanin (ministro de Justicia y antes del Interior).
Hijo de una secretaria médica y de un técnico aeronáutico del ArianeGroup, Lecornu cursó los estudios secundarios en la escuela privada católica Saint-Adjutor de Vernon, Normandía, donde en 2004 terminó el Bachillerato en Ciencias Económicas y Sociales. Luego se sacó la carrera de Derecho en la Universidad Panthéon-Assas (París II). En el mismo centro comenzó un máster en Derecho Público, pero lo dejó inconcluso.
Profesionalmente, en 2013 puso en marcha una consultoría de relaciones públicas y comunicación, pero bastante antes, con 19 años, mientras estudiaba en la Universidad, empezó a adiestrarse en la política como asistente parlamentario del diputado Franck Gilard, miembro del partido neogaullista Unión por un Movimiento Popular (UMP). Corría el año 2005, y la UMP gobernaba Francia con Jacques Chirac en la Presidencia de la República y Dominique de Villepin en el puesto de primer ministro. Siguiendo con la tradición política conservadora de su familia, el joven Lecornu era militante de la UMP y su activismo se hizo muy notorio en su terruño departamental, Eure, en la Alta Normandía. Su trayectoria política transcurrió con un pie en Vernon, la localidad de 24.000 habitantes donde se había criado, y otro pie en París.
En 2008, a los 22 años, Lecornu fundó en su municipio la asociación Générations Vernon. De paso, fue fichado como asesor técnico por el entonces secretario de Estado de Asuntos Europeos, luego ministro de Agricultura, Bruno Le Maire. Lecornu estuvo al servicio de Le Maire hasta que en mayo de 2012 el Partido Socialista (PS) de François Hollande desalojó a la UMP del Gobierno y la mandó a la oposición.
Su elección en las municipales de marzo de 2014 como alcalde de Vernon, donde batió al titular socialista, marcó el arranque de una veloz sucesión de cargos que ya no se detendría hasta su encumbramiento en el Hôtel Matignon 11 años después.
En diciembre de 2015, meses después de transformarse la UMP en Los Republicanos (LR) con el ex presidente Nicolas Sarkozy al timón, Lecornu dejó su alcaldía normanda, si bien siguió activo en el municipio en calidad de primer teniente de alcalde, para enfocarse en su otro cargo ejecutivo, el de presidente del Consejo Departamental de Eure, para el que había sido investido tras adquirir el mandato de consejero en las elecciones departamentales de marzo. Además, continuó siendo primer vicepresidente de la Comunidad de Aglomeración Portes de l'Eure, en 2017 integrada en la nueva Aglomeración de Sena Normandía.
Colaborador imprescindible de Macron e impulsor de la Defensa francesa
En 2017 Emmanuel Macron, ex ministro de Economía con Hollande, ganó para su nuevo movimiento político de centro liberal al nueve años más joven Lecornu, quien secundó su visión de reformas con entusiasmo. Así, en junio de aquel año, tras ganar el partido de Macron, La República En Marcha (LREM), la mayoría absoluta en la Asamblea y reeditar Édouard Philippe el Gobierno formado en mayo con el cambio de inquilino en El Elíseo, Lecornu debutó en el Gobierno de Francia desde el puesto de secretario de Estado del Ministerio de Transición Ecológica e Inclusiva. Una vez en el Ejecutivo, donde con 31 años era el integrante más joven, Lecornu, y con él Philippe y otros militantes posgaullistas seducidos por el discurso reformista de Macron, fue expulsado de LR, del que todavía seguía siendo miembro y que se declaraba en la oposición a la mayoría presidencial. Su nueva filiación pasó a ser, a partir de noviembre, la de LREM.
En octubre de 2018 Lecornu fue nombrado ministro de Colectividades Locales, una cartera júnior adjunta al Ministerio de Cohesión Territorial, y en julio de 2020, con la formación del nuevo Gobierno de Jean Castex, fue ascendido a ministro de Territorios de Ultramar, ya con rango de miembro pleno del Gabinete. En septiembre de 2020 salió elegido senador por Eure, pero renunció al escaño para continuar en el Gobierno. Las municipales de marzo de 2020 le confirmaron también en el consistorio de Vernon.
Afectado por la acumulación de mandatos ejecutivos, dimitió como teniente de alcalde de Vernon en noviembre de 2020, pero en junio de 2021 volvió a presentarse para el Consejo Departamental de Eure, resultado elegido con el 81% de los votos en la segunda vuelta. El 1 de julio retomó la presidencia del departamento, dejada en 2017, y esta vez, contrariando la práctica establecida, compatibilizó este cometido regional con el ministerial. De paso, ingresó en la dirección de LREM, partido que en septiembre de 2022 iba a adoptar el nombre de Renacimiento (RE). En estos años, Lecornu moldeó una imagen pública de gestor laborioso y eficiente, aunque reservado y poco comunicativo, casi taciturno.
En mayo de 2022 Macron ganó muy trabajosamente la reelección presidencial por otros cinco años frente a la líder del Reagrupamiento Nacional (RN), Marine Le Pen, y estrenó su segundo mandato nombrando primera ministra a Élisabeth Borne. El 20 de mayo tomó posesión el Gabinete Borne, donde Lecornu figuraba como ministro de Defensa, sucediendo a la ex socialista Florence Parly. Mientras, la coalición oficialista liderada por RE, Ensemble, tenía que apañárselas sin la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.
Las convulsiones políticas subsiguientes, agudizadas con la derrota de Ensemble a manos del Nuevo Frente Popular (NFP) de las izquierdas en las legislativas anticipadas de junio y julio de 2024, dejaron ileso a Lecornu, en quien Macron seguía teniendo plena confianza, mientras que los primeros ministros iban sucumbiendo uno tras otro. Así, Lecornu siguió al frente del Ministerio de las Fuerzas Armadas (literalmente "de los Ejércitos", según la denominación oficial) con los primeros ministros Gabriel Attal, Michel Barnier y François Bayrou, nombrados sucesivamente en enero de 2024, septiembre de 2024 y diciembre de 2024.
Cuando su nombramiento en 2022, Lecornu, el más joven ministro de Defensa de Francia desde tiempos de la I República a finales del siglo XVIII, asumió la tarea de ultimar y conseguir la aprobación parlamentaria de la Ley de Programación Militar (LPM) 2024-2030, que contemplaba un presupuesto de 413.300 millones de euros —un 40% más que la LPM 2019-2025— para la modernización y transformación de las Fuerzas Armadas, con el fin de que Francia pudiera "hacer frente a las nuevas amenazas y mantener su posición entre las principales potencias mundiales".
Fortalecer las capacidades militares y asentar una base industrial y tecnológica de defensa (BITD) "soberana" y "resiliente" pasaba por potenciar los servicios de inteligencia, garantizar la "credibilidad" de la disuasión nuclear y lograr "saltos tecnológicos" con la incorporación al Ejército de Tierra, el Ejército el Aire y del Espacio y la Marina Nacional de las primeras unidades robóticas, enjambres de drones de combate, municiones de control remoto, ordenadores cuánticos y sistemas de inteligencia artificial, entre otras innovaciones.
Según Lecornu, la nueva LPM, exitosamente defendida en el Parlamento, que la aprobó con una amplísima mayoría transversal, y promulgada el 1 de agosto de 2023, buscaba también "aumentar la fortaleza moral" en tiempos de regreso de la guerra a Europa por la invasión rusa de Ucrania, lo que suponía involucrar a la sociedad civil en la protección del territorio.
El ministro de Defensa reconoció la necesidad de reformar el Servicio Nacional Universal (SNU, dependiente del Ministerio de Educación), instituido en 2019 como un servicio civil de carácter voluntario para jóvenes de 15 a 17 años pero plagado de problemas y considerado un gran fiasco, y, ya dentro de sus competencias directas, de aumentar el número de reservistas de las Fuerzas Armadas, hasta superar los 100.000 efectivos. Pero, al igual que Macron, no veía factible la restitución del servicio militar obligatorio, abolido en 1997 y objeto de un debate público sobre su necesidad en estos momentos.
A lo largo de 2025, hasta su llegada a la jefatura del Gobierno en septiembre, Lecornu salió a sostener los comentarios de Macron sobre el eventual envío de tropas francesas y europeas a Ucrania para brindar seguridad en un escenario de detención de los combates. Asimismo, estuvo detrás del anuncio por Macron y el canciller Friedrich Merz, el 7 de mayo en París, de la creación de un "consejo de defensa y seguridad común" entre Francia y Alemania (si bien desde 1988 ya existe el Consejo Franco-Alemán de Defensa y Seguridad, CFADS), y del "histórico" pacto del presidente con el primer ministro Keir Starmer, el 10 de julio en la base militar de Northwood, para la coordinación de las fuerzas de disuasión independientes de Francia y el Reino Unido.
Justamente, desde hacía tiempo, Lecornu venía evocando con frecuencia la figura y el legado de un lejano predecesor en el cargo, Pierre Messmer, ministro de Defensa con De Gaulle entre 1960 y 1969 y artífice de la Force de frappe, la fuerza de disuasión basada en un arsenal nuclear nacional, autónomo del paraguas de la OTAN.
Sébastien Lecornu, quien mantiene una rigurosa discreción sobre su vida sentimental o estado civil, es coronel en la reserva operativa de la Gendarmería Nacional.
(Cobertura informativa hasta 12/9/2025).
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