Jeannette Jara Román

Jeannette Jara, militante del Partido Comunista de Chile (PCCh) y candidata de la alianza oficialista Unidad por Chile, orientada a la izquierda, se impuso en la primera vuelta presidencial del 16 de noviembre de 2025 en el país del Cono Sur; con el 26,8% de los votos, le sacó casi tres puntos de ventaja a su contrincante José Antonio Kast, del Partido Republicano (PRCh), la principal formación de la oposición de derecha. 

Una victoria provisional que sin embargo, indican los sondeos, podría no confirmarse en la segunda vuelta del 14 de diciembre, a la que Kast acude claramente con más posibilidades porque ya cuenta con el respaldo de dos de los tres aspirantes importantes eliminados en noviembre y que completan la oferta electoral de la derecha y el centro-derecha: Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, y Evelyn Matthei, de la coalición Chile Grande y Unido, quienes sumaron el 26,4%. El tercero en la liza, Franco Parisi, del populista Partido de la Gente, no se ha pronunciado por el momento, si bien en 2021 acabó respaldando a Kast frente al hoy presidente saliente, Gabriel Boric. El próximo cuatrienio constitucional arranca el 11 de marzo de 2026.

Tras Jara, hasta abril ministra de Trabajo, oficina desde la que impulsó reformas históricas como el nuevo sistema mixto de pensiones con inclusión del pilar contributivo y la jornada laboral de 40 horas, han cerrado filas la decena de agrupaciones de la izquierda y el centro-izquierda que vienen sustentando el Ejecutivo de Boric y que mayormente se articulan en tres sectores: el Frente Amplio, el Socialismo Democrático y el PCCh. A los que se suma un partido no izquierdista, el Demócrata Cristiano.

Sin embargo, los problemas económicos, sociales y de seguridad, que preocupan a los ciudadanos, más el fracaso de los dos procesos constituyentes realizados bajo este Gobierno, que ha contribuido a la desafección y la polarización, limitan el potencial proselitista de Jara, cuyo perfil es el de una gestora pública del área jurídico-administrativa, especializada en impuestos y previsión social. 

Durante la campaña, ella ha insistido en el mensaje del diálogo y la unidad, ha difundido una imagen conciliadora y ha moderado la retórica típica de las batallas de las ideas, en favor de un plantel de propuestas de carácter práctico. Entre estas figuran un nuevo ingreso vital de 750.000 pesos, el fortalecimiento de la Pensión Garantizada Universal, la reforma tributaria en un sentido progresivo, una rebaja del 20% en la factura de la luz, la sala cuna gratuita para todas las madres, la reducción de las listas de espera, la dignificación del trabajo de cuidador y la despenalización del aborto hasta la semana 14. 

Otras metas serían la creación de un Banco de Suelo Público, la clausura progresiva de las centrales térmicas de carbón hasta 2040, la expansión de las energías renovables, el adelanto a los 16 años de la edad para votar y la "erradicación" de la violencia de género. En Chile, "el 45% de los hogares no llega a fin de mes", manifiesta Jara, lo que no deja en buen lugar la labor del Gobierno del que ha sido miembro a la hora de reducir las inequidades, en el país de América Latina que lidera la riqueza financiera per cápita y el Índice de Desarrollo Humano.

La nacionalización del litio y el cobre, planteada durante las primarias y reconocida como un "error" por la candidata, se queda fuera de la Plataforma Programática Justa, Segura y Próspera del PCCh y del programa presidencial Un Chile que Cumple, que establece cuatro ejes; el crecimiento económico guiado por la demanda interna, la recuperación de los barrios degradados, la "construcción de un Estado social" y la consecución de una "sana convivencia democrática".

Su estrategia incluye presentarse como una política responsable capaz de negociar con la patronal empresarial y de mantener la disciplina fiscal, que sería vigilada por un ministro de Hacienda tecnócrata, pero sin renunciar a la identidad comunista y a la bandera de la igualdad social de la izquierda. Jara viene enfatizando la necesidad de superar el clima de polarización y confrontación políticas, y quejándose de que el principal responsable de esta situación es José Antonio Kast (quien a su vez achaca esos males a las izquierdas en el poder), pero al mismo tiempo reconoce que la inseguridad pública es un problema muy serio que reclama la máxima prioridad. 

En su enfoque de seguridad integral, Jara combina las promesas de combatir el crimen organizado yendo directamente a sus cabezas, duplicando la formación de los Carabineros, construyendo cinco nuevas cárceles y atacando al mismo tiempo la corrupción y los delitos económicos (para lo que considera imprescindible el levantamiento del secreto bancario), y de abordar las causas estructurales de la violencia delincuencial a través de la seguridad económica y social. 

En cuanto a la inmigración irregular, uno de los frentes fundamentales de la derecha, Jara aboga por el control fronterizo estricto con despliegue militar, el empadronamiento biométrico temporal, la regularización de migrantes en función de las necesidades laborales en las regiones y la expulsión inmediata de los foráneos indocumentados que cometan delitos o tengan antecedentes penales. A diferencia de Kast, que propugna la deportación masiva de ilegales, ella no criminaliza al colectivo y expone una visión "humanista" donde conviven la represión selectiva y la integración de quienes cumplan las normas. Más allá de las posturas ponderadas y matizadas que algunos comentaristas califican de "giro al centro", la candidata presidencial sostiene que en las elecciones de 2025 los chilenos eligen entre "dos modelos muy distintos de país".

(Texto actualizado hasta 21 noviembre 2025).


BIOGRAFÍA

"Comunista pragmática" es una etiqueta recurrente en las semblanzas periodísticas de Jara, miembro de un partido que al profesar oficialmente la ideología marxista-leninista y declararse anticapitalista se sitúa en la extrema izquierda, si bien no revolucionaria, ya que el PCCh participa con normalidad en las instituciones de la democracia liberal y tiene un historial de cooperación parlamentaria y gubernamental con otras fuerzas que van desde la izquierda hasta el centro. Desde 2022 el PCCh forma parte del Gobierno de coalición de Gabriel Boric y es un actor clave en la izquierda institucional.

Hija de un mecánico industrial sindicalista y la mayor de cinco hermanos, Jeannette Jara Román terminó la secundaria en el Liceo Isaura Dinator de Guzmán. Según su testimonio, de niña se familiarizó con el trabajo manual al realizar labores de temporera agrícola en el campo. Tras completar la secundaria en el Liceo Isaura Dinator de Guzmán, inició la carrera de Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile, donde solo estudió un curso. Reanudó las clases en la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), por la que en 1997 se licenció como administradora pública, especializada en dirección, gestión pública y control interno.

15 años después retomaría la formación jurídica, diplomándose en 2012 en Normas Internacionales de Información Financiera por la Universidad Diego Portales y en 2013 en Derecho Procesal Tributario por la Universidad de Chile. En 2014 se facultó en la Universidad Central de Chile (UCEN) como abogada perita en las áreas tributaria, contable y financiera, y en 2022 culminó su currículum académico con una maestría en Gerencia Pública impartida por la Usach.

El compromiso de Jara con el PCCh, considerado el partido comunista más grande de América Latina con excepción del PCC cubano, se remonta a 1988, cuando recién cumplidos los 14 años, siendo alumna del liceo, ingresó en las Juventudes de una formación que se hallaba proscrita y era objeto de una sañuda persecución por la dictadura del general Augusto Pinochet. Hasta 1987, el PCCh, integrante esencial que fuera de la Unidad Popular del presidente socialista Salvador Allende, combatió al régimen militar con tácticas insurreccionales de guerrilla urbana y terrorismo, valiéndose de un brazo armado, el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR). En esta época, el comunismo chileno, muy radicalizado, estaba comprometido con lo que denominaba la "rebelión popular de masas".

La adolescencia y la primera juventud de Jara transcurrieron, por tanto, en el tránsito de la dictadura pinochetista a la restauración democrática, y durante los gobiernos de los presidentes democristianos Patricio Aylwin (1990-1994) y Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000). El PCCh, bajo los liderazgos de Luis Corvalán, Volodia Teitelboim y Gladys Marín, apoyó la candidatura presidencial de Aylwin en 1989, pero en las elecciones de 1993 respaldó la postulación del sacerdote de izquierda independiente Eugenio Pizarro, quien quedó en quinto lugar. 

Los comunistas chilenos siguieron al margen del concertacionismo del centro-izquierda (partidos Socialista, Demócrata Cristiano, Radical y por la Democracia) y participando por su cuenta en los procesos electorales nacionales hasta 2009. Aquel año, liderando la coalición minoritaria Juntos Podemos Más y con Guillermo Teillier (un dirigente más posibilista que la ortodoxa Gladys Marín, candidata presidencial en 1999 y fallecida en 2005) de presidente orgánico, aceptaron ir de la mano de la Concertación para las elecciones al Congreso, si bien en las presidenciales todavía presentaron un candidato propio, el ex socialista Jorge Arrate, el cual acabó cuarto con el 6,2% de los votos. Dicha elección desembocó en la primera presidencia del conservador Sebastián Piñera.

Funcionaria de impuestos y miembro de los Gobiernos de Bachelet y Boric; el papel del PCCh en el proceso político

Jara, cuyo historial está desierto de mandatos representativos de elección popular, no jugó roles políticos apreciables en este período, y su labor estuvo centrada en la función pública, donde acumuló experiencia en la auditoría de planes fiscales y tributarios. Entre 1997 y 1998 presidió la Federación de Estudiantes de la Usach (Feusach), época en la que participó en protestas y sufrió un arresto policial, y en 1999, al cabo de una década de militancia en las JJCC, recibió el carné de miembro del PCCh, en cuyo Comité Central tomó asiento. 

En el terreno laboral, tras licenciarse en 1997 Jara trabajó un año en la Secretaría Comunal de Planificación y Coordinación (Secpla) de la Municipalidad de Lampa. En 1999 fue contratada para la plantilla de fiscalizadores tributarios del Servicio de Impuestos Internos (SII), donde tuvo un activismo sindical como secretaria general de la asociación de este colectivo de funcionarios. Primero fungió en la Dirección Regional Metropolitana Santiago Poniente y luego pasó a la Dirección de Grandes Contribuyentes del SII. Además, durante varios años desempeñó funciones de contralora, docente y responsable académica en la Usach, la UCEN y la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC).

Las elecciones generales de 2013 vinieron a culminar la estrategia dialogante del PCCh, firmemente conducido por Guillermo Teillier, de colaborar con otras fuerzas de la izquierda y el centro-izquierda para sumar mayorías parlamentarias progresistas y, eventualmente, participar con ministros en el Gobierno de la nación, algo que no sucedía desde el golpe de Estado de 1973. 

Para las elecciones de aquel año, los comunistas pactaron presentarse al Congreso con el PS, el PDC, el PPD y el PR en el seno de la Nueva Mayoría, bloque que reunía a la antigua Concertación y a Juntos Podemos Más, y decidieron apoyar a la precandidata socialista Michelle Bachelet, ya presidenta de la República en el período 2006-2010. Bachelet ganó la primaria de Nueva Mayoría y luego se impuso en la elección presidencial a doble vuelta de noviembre y diciembre.

El segundo Gobierno Bachelet tomó posesión en marzo de 2014 y en su seno debutó una representante del PCCh, Claudia Pascual, nombrada directora del Servicio Nacional de la Mujer, posición que tenía rango ministerial. Jara fue reclutada desde el SII para ser la jefa de gabinete del subsecretario de Previsión Social, su también correligionario Marcos Barraza. En mayo de 2015 Barraza asumió la cartera de Desarrollo Social, dejando el puesto a Julia Urquieta y llevándose a Jara para su gabinete ministerial. En junio de 2016 Claudia Pascual se hizo cargo del flamante Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, y en octubre del mismo año Jara sustituyó a Urquieta al frente de la Subsecretaría de Previsión Social, cuyo ministerio era el de Trabajo y Previsión Social, en adelante dirigido por la democristiana Alejandra Krauss.

Jara sirvió en el Gabinete de Bachelet hasta la conclusión de su mandato constitucional en marzo de 2018, tiempo en el cual tuvo la oportunidad de participar en varios eventos internacionales como jefa de delegaciones nacionales, ponente y coordinadora de equipos. El nuevo inquilino de La Moneda pasó a ser, de nuevo, Sebastián Piñera, abanderado de la alianza centroderechista Chile Vamos y ganador del balotaje presidencial de diciembre de 2017 sobre el postulante del oficialismo, Alejandro Guillier

El PCCh, socio del bloque La Fuerza de la Mayoría junto con el PS, el PPD, el PPD y otras fuerzas menores —no así el PDC, que, por primera vez desde 1989, concurrió por su cuenta—, sacó en las elecciones parlamentarias de 2017 ocho diputados con el 4,6% de los votos, su mejor resultado de la democracia hasta entonces en cuanto a cuota de escaños.

La futura candidata presidencial abrió en el Ejecutivo nacional un paréntesis de cuatro años en el que alternó la práctica de la abogacía y la docencia universitaria, además de realizar su posgrado en Gerencia Pública en la Usach. En las votaciones municipales de mayo de 2021 candidateó a la Alcaldía de Conchalí, comuna del sector norte de Santiago, pero no salió elegida. Sin embargo, la nueva alcaldesa santiaguina, Irací Hassler, colega del partido, le confirió un puesto de administradora municipal, con el encargo de gestionar proyectos en barrios vulnerables. Este cometido se prolongó seis meses, hasta diciembre de 2021. 

La carrera política de Jara experimentó un impulso tras las elecciones generales de noviembre y diciembre de 2021, en un momento político favorable a las izquierdas como resultado del Estallido Social y la apertura de un proceso constituyente en 2019, el plebiscito de entrada de octubre de 2020 y las elecciones de mayo de 2021 a la Convención Constitucional, encargada de redactar la nueva ley suprema que habría de sustituir al texto vigente desde 1980. 

Inicialmente, el PCCh se opuso al mecanismo acordado por el Congreso en noviembre 2019 para arrancar el proceso constituyente; de hecho, fue uno de los pocos partidos con representación parlamentaria que rehusó firmar el Acuerdo Por la Paz Social y la Nueva Constitución, entre otras razones, adujo, porque la futura asamblea constituyente no sería auténticamente "libre" y "soberana", y porque este consenso multipartito, acatado y respaldado por el Gobierno de Piñera, buscaba más que nada dar carpetazo a las movilizaciones sociales y mantener en esencia el modelo socioeconómico "neoliberal", del que los comunistas chilenos abominaban.

Sin embargo, el PCCh, vista su virtual soledad estratégica, no tardó en alinearse con la corriente general, apoyando el Apruebo en el plebiscito de 2020 y luego participando activamente en la Convención Constitucional, donde sus siete representantes impulsaron propuestas progresistas en temas sociales, laborales y democráticos, como derechos indígenas y laborales. 

El partido de Jara acudió a las elecciones a convencionales constituyentes en el conglomerado Chile Digno, Verde y Soberano (cuyo primera denominación fue Unidad para el Cambio), compartiendo espacio con la Acción Humanista (AH), la Federación Regionalista Verde Social (FREVS) y varias fuerzas menores. A su vez, Chile Digno pactó con el Frente Amplio, formado por Revolución Democrática (RD), Convergencia Social (CS), Comunes y otros partidos de la nueva izquierda deseosa de romper con la dicotomía tradicional de bicoalicionismo, dominante desde la restauración democrática de 1990. La entente de las izquierdas adoptó el nombre de Apruebo Dignidad, fórmula que se repitió para las generales de noviembre, las cuales brindaron al PCCh 12 diputados y dos senadores con el 7,3% de los votos, sus mejores resultados desde 1973.

En las presidenciales, el triunfador a doble vuelta fue el diputado y anterior líder estudiantil Gabriel Boric, de la Convergencia Social, quien se había impuesto al comunista Daniel Jadue en las primarias de Apruebo Dignidad. El 11 de marzo de 2022 Boric recogió la banda presidencial de Piñera y tomó posesión junto con los miembros de su Gobierno, donde Jara reaparecía como ministra de Trabajo y Previsión Social. 

El PCCh figuraba en el Gabinete con otros dos representantes, Camila Vallejo, en la Secretaría General del Gobierno, y Flavio Salazar, en el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Por lo demás, el de Boric era un ejecutivo de amplia coalición entre los partidos de Apruebo Dignidad y los que ahora se agrupaban en el llamado Socialismo Democrático (PS, PPD, PR, PL), que junto con el PDC (ahora en la oposición) habían concurrido a las elecciones en la alianza Nuevo Pacto Social.

Rol en la reforma de las pensiones de 2025

En sus tres años como ministra de Trabajo y Previsión Social, Jara contribuyó al balance de realizaciones y logros del Gobierno Boric en áreas sociales y económicas específicas. Dentro de un mandato presidencial, no obstante, pródigo en frustraciones y reveses, como el rechazo por la Cámara de la reforma tributaria, el aumento a ojos vista de la inseguridad y la criminalidad, los problemas derivados de la inmigración irregular y, sobre todo, el histórico fiasco del doble proceso constituyente, el de la Convención Constitucional y el del Consejo Constitucional, cuyas respectivas propuestas de texto, el primero sesgado a la izquierda y el segundo sesgado a la derecha, fueron rechazadas contundentemente por los electores en los plebiscitos de salida de septiembre de 2022 y diciembre de 2023.

La ministra Jara fue artífice principal de la reforma de las pensiones, aprobada por la Cámara de Diputados el 29 de enero de 2025 tras décadas de debate, promulgada como Ley N° 21.735 el 20 de marzo siguiente y que vino a apuntalar la agenda de equidad del Gobierno. El hito fue visto como un avance significativo en materia previsional, si bien no coincidía exactamente con lo propuesto por Boric en su programa electoral de 2021. Jara jugó el papel clave en la exposición, negociación y tramitación legislativa de la Ley N° 21.735, que reemplazaba el marco legal vigente desde 1981.

El nuevo sistema de pensiones chileno, de carácter mixto, incorporaba dos elementos básicos de la propuesta original de Apruebo Dignidad: la creación de un pilar contributivo a través de un Seguro Social Previsional (SSP) basado en cotizaciones con cargo al empleador y el aumento gradual de la Pensión Garantizada Universal (PGU, no contributiva) hasta los 250.000 pesos. La versión final de la norma resultó más moderada e híbrida, fruto de intensas negociaciones con Chile Vamos, el principal bloque opositor de la derecha y el centro-derecha, que disponía de mayoría simple en las dos cámaras y que demandó concesiones importantes para viabilizarla.

La mayor concesión, de calado, fue la preservación de la capitalización individual de los trabajadores gestionada por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP, sociedades privadas). De hecho, el componente de la capitalización individual resultaba mucho más importante de cara a las futuras prestaciones al destinar los empleados la totalidad de su 10% de contribución a sus cuentas individuales en las AFP, es decir, como hasta ahora, con la diferencia de que esas cuentas, en adelante, se nutrían también con el grueso de la nueva contribución hecha por los empleadores, topada en el 8,5%: al SSP, administrado por el Fondo Autónomo de Protección Previsional (FAPP), iba solo el 2,5% aportado por los empresarios. 

Además, a esa cotización obligatoria total del 18,5% no se llegaba de manera inmediata, ya que el 8,5% que ponían los empleadores iría aumentando un punto porcentual por año, con lo que el horizonte de la plena operatividad de la reforma quedaba diferido hasta 2033-2035.

Aquí, la personalidad dialogante de Jara, abierta a las propuestas constructivas y al consenso con partidos muy distantes ideológicamente, fue un elemento coadyuvante fundamental para la aprobación de la Ley N° 21.735. Jara y Boric replicaron a quienes, desde sus propios sectores, criticaban el carácter desvirtuado y "socialdemócrata" de la norma en el sentido de que abandonaba la promesa electoral de abolir las AFP, que lo importante era introducir el principio de solidaridad intergeneracional y el pilar contributivo en las pensiones, la cogestión pública de las mismas y la contribución, más que significativa, de los empresarios a las prestaciones sociales de sus asalariados sin menoscabo de las remuneraciones.

Además de la reforma de las pensiones, del despacho de Jara en el Ministerio de Trabajo y Previsión Social salió la Ley N° 21.561, promulgada en abril de 2023 con el objeto de reducir progresivamente, desde 2024 hasta 2028, la jornada laboral semanal ordinaria de las 45 a las 40 horas. La ministra celebró esta reforma xxx como un avance histórico en derechos laborales, enfatizando su gradualidad para minimizar impactos económicos y su enfoque en la conciliación familiar. 

Otras normas destacadas fueron la Ley Nº 21.751, de junio de 2025, que entre otras medidas elevaba el salario mínimo mensual a los 529.000 pesos con efecto retroactivo desde mayo de ese año y a los 539.000 pesos a partir de 2026, y la Ley Nº. 21.643, de enero de 2024, sobre la modificación del Código del Trabajo y otros cuerpos legales en materia de prevención, investigación y sanción del acoso laboral, sexual o de violencia en el trabajo, más conocida como Ley Karin.latinamericareports.com +1

Primera candidata presidencial comunista en representación de la izquierda y el centro-izquierda chilenos 

El dinamismo reformista del Ministerio de Trabajo y Previsión Social dio mucha visibilidad a Jara y le confirió un peso específico en la Alianza de Gobierno, donde había dado sus primeros pasos sin ser un rostro mediático de la izquierda chilena. Su preferencia por el trabajo interno y la falta aparente de grandes ambiciones políticas habían contribuido a este debut en un segundo plano. 

Pero al empezar 2025, Jara aparecía mejor posicionada de cara a la próxima primaria presidencial de los partidos de la Alianza de Gobierno —la cual luego iba a inscribirse para las elecciones generales del 16 de noviembre con el nombre de Unidad por Chile— que otros compañeros del PCCh con un mayor recorrido de protagonismo político, como podían ser Camila Vallejo, Daniel Jadue, Irací Hassler y Karol Cariola. El caso era que el PCCh, presidido por Lautaro Carmona desde el fallecimiento de Guillermo Teillier en agosto de 2023, buscaba una figura pragmática y sin aristas, capaz de un mayor arrastre electoral. 

En marzo y abril el partido vivió un proceso interno del que Jara emergió como alternativa viable frente a nombres como Daniel Jadue, ex alcalde de la comuna santiaguina de Recoleta y persona con predicamento en sectores populares así como bien conectado en el plano internacional, pero que enfrentaba una investigación judicial con acusaciones de corrupción, lo que en 2024 le había costado una prisión preventiva, seguida de un arresto domiciliario, así como su cese como alcalde. 

Además, Jadue y Jara tenían opiniones divergentes sobre los regímenes políticos de Cuba y Venezuela, cuestión a la que eran sensibles votantes del más amplio espectro: él, en un sentido favorable, lo que sintonizaba mejor con la ortodoxia comunista; ella, abiertamente crítica en el caso de Venezuela, donde a su entender imperaba la "dictadura", y más ambigua con respecto a Cuba. Jara le ganó la partida a Jadue con el apoyo decisivo de figuras influyentes como Camila Vallejo, la titular del Segegob y mano derecha de Boric, quien salió a respaldarla públicamente y la ayudó a articular un relato de unidad y renovación. 

Así, el 5 de abril de 2025 Jara fue proclamada candidata presidencial del PCCh por el pleno del Comité Central del partido, donde el presidente de la colectividad, Carmona, alabó la "calidad política", la "eficacia" y las "cualidades carismáticas" de la promocionada, y dos días después se dio de baja del Gobierno, donde su ministerio pasó a manos del frenteamplista Giorgio Boccardo. En sus declaraciones iniciales, Jara enfatizó temas como la protección social, la justicia laboral y la unidad de la izquierda, prometiendo un "Chile que protege y se une para crecer con justicia, seguridad y oportunidades".

Jara pasó entonces a disputar las primarias abiertas de la coalición del oficialismo, Unidad por Chile, a la que se presentaban tres precandidatos más: Carolina Tohá, hasta marzo ministra del Interior y Seguridad Pública, representante del PPD y el sector Socialismo Democrático (SD); Gonzalo Winter, diputado del Frente Amplio (FA, convertido el año anterior en un partido unitario por la fusión de CS, RD, PFS y Comunes); y Jaime Mulet, diputado del FREVS. Cualquier elector nacional podía votar en esta primaria, a condición de que no estuviera afiliado a un partido ajeno a Unidad por Chile.

La militante comunista era la clara favorita y el 29 de junio se llevó la candidatura presidencial con un aplastante 60,2% de los votos, efectuados por 1,4 millones de electores inscritos en el padrón del Servel. Al conocer su victoria, la ex ministra declaró: "Hoy comienza un nuevo camino que recorreremos juntas y juntos, con la convicción de construir un Chile más justo y democrático. Frente a la amenaza de la extrema derecha [en referencia al adversario que por entonces encabezaba los sondeos, José Antonio Kast, del Partido Republicano de Chile] respondemos con unidad, diálogo y esperanza". 

Jara no era la primera mujer candidata presidencial del PCCh, ya que Gladys Marín había contendido en 1999 (quedando tercera con el 3,2% de los votos tras el derechista Joaquín Lavín y el socialista Ricardo Lagos, a la postre vencedor), pero sí se trataba del primer presidenciable comunista de cualquier sexo que representaba al conjunto de la izquierda y el centro-izquierda chilenos.

En su primer discurso, la aspirante dijo que: "No vengo con milagros, pero sí con la garantía de que trabajaré incansablemente por nuestro país. El pueblo de Chile nos exige honestidad y responsabilidad. Nos pide también que quienes estamos en política, escuchemos y respondamos a sus demandas y urgencias; y quiero decir muy claramente cuáles serán los énfasis de nuestro futuro gobierno: desarrollo económico con empleos y salarios decentes, seguridad para nuestras familias y barrios, una atención digna en salud y viviendas que permitan el buen vivir de las familias, como ejemplos de buenas políticas públicas".

"Estoy segura que podemos lograr todo eso y más, que podemos salir del clima de conflicto y odio que esparcen algunos (…)  No quiero a Chile subordinado a gobiernos extranjeros ni modelos extremos, por eso mantendré una política internacional basada en la independencia y el multilateralismo, defensora de los Derechos Humanos en cualquier lugar del mundo donde se violen (…) promoviendo relaciones de intercambio comercial con otras naciones que nos beneficien como país. Seguiremos siendo un país libre, independiente y soberano.

Y lanzando nuevos dardos contra el republicano Kast: "Enfrentamos un escenario de ascenso de los populismos de ultraderecha en el mundo, esos que creen que hablando más fuerte, gritando o insultando al resto, se solucionan los problemas que ellos mismos crearon. Nuestro país no es la excepción. Frente a nuestros ojos tenemos la amenaza de candidatos que, ocupando los temores reales de nuestra gente, buscan el poder para hacer retroceder los avances sociales. Así se oponen y quieren retrotraer los avances en derechos de las mujeres. Las llamo a no soltar nuestras manos, tenemos que estar juntas. Son nuestros adversarios políticos los que quieren destruir el Estado (…) Son los que quieren implementar medidas que solo profundizarán las desigualdades. No podemos permitirlo".

De inmediato, Jara se disparó en las encuestas de todos los candidatos, superando con claridad y de manera irreversible a Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario (PNL), y a Evelyn Matthei, de la coalición Chile Grande y Unido (ex Chile Vamos), y adelantando incluso al primero, el por tercera vez candidato presidencial José Antonio Kast. Al margen del PCCh, el FA, el SD y el FREVS, otras cuatro formaciones expresaron su apoyo a Jara: el PDC, la AH, el Partido Popular (PP) y el Partido Igualdad (PI).

En el ámbito privado, Jeannette Jara estuvo tempranamente casada con Gonzalo Garrido, otro militante comunista e ingeniero eléctrico formado en la Usach. En 1996, tras solo dos años de matrimonio, Garrido, sumido en una depresión, se quitó la vida, dejando a Jara viuda con 21 años. En 2013 contrajo nuevas nupcias con Víctor Manuel Gajardo, padre de su único hijo y del que se divorció en 2021. En la actualidad, Jara mantiene una relación sentimental estable con el trabajador social Claudio Rodríguez.

(Cobertura informativa hasta 21/11/2025).

 

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