María Corina Machado
 
    
          Coordinadora nacional de Vente Venezuela (2012-) y líder de la Plataforma Unitaria Democrática (2023-)
Editado por: Roberto Ortiz de Zárate Arce
El Premio Nobel de la Paz del año 2025, anunciado el 10 de octubre, fue para María Corina Machado, la más destacada líder de la oposición democrática al régimen autoritario de Nicolás Maduro y el Partido Socialista Unido (PSUV) en Venezuela. Machado es el segundo venezolano en ganar un Nobel, tras el médico Baruj Benacerraf en 1980, y el séptimo latinoamericano en merecer el Nobel de la Paz. Su registro evoca al del argentino Adolfo Pérez Esquivel: si este recibió el prestigioso galardón en 1980 por su campaña pro derechos humanos durante la dictadura militar en su país, ella lo ha obtenido ahora, en palabras del Comité Noruego, "por su trabajo incansable en la promoción de los derechos democráticos para el pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia".
Tras conocer la noticia, Machado, desde la clandestinidad, dirigió varios mensajes de sorpresa, alegría, agradecimiento y dedicación: "Los venezolanos hemos recibido con inmensa emoción y renovada esperanza este reconocimiento (…) El mayor tributo al legado de Alfred Nobel será asegurar la transición a la democracia, conquistar nuestra libertad y, de esta forma, alcanzar la paz (…) Este inmenso reconocimiento a la lucha de todos los venezolanos es un impulso para concluir nuestra tarea: conquistar la libertad. Estamos a las puertas de la victoria" (…) Sentimos que el mundo reconoce la gesta heroica de una sociedad que ha enfrentado un régimen criminal, perverso, sin escrúpulos (…) Es una inyección de energía, de respaldo y apoyo en el momento más importante", dijo. Sin embargo, ha advertido que, debido a la persecución política de que es objeto y que desde hace más de un año la obliga a mantenerse escondida, ella no podrá recoger el diploma y la medalla el 10 de diciembre en Oslo.
Además de al "sufrido pueblo de Venezuela", Machado dedicó el premio al presidente Donald Trump —quien lo ambicionaba para él— "por su decisivo apoyo a nuestra causa". Así, desde últimos de agosto, Estados Unidos está recrudeciendo su hostigamiento comercial, financiero y militar al Gobierno de Caracas con el despliegue de fuerzas navales en el Caribe, la autorización a la CIA para realizar operaciones encubiertas en tierra, y el bombardeo y hundimiento de pequeñas embarcaciones que el Pentágono identifica como narcolanchas, llevando a bordo fentanilo y otras drogas en ruta hacia Estados Unidos.
La tenaz opositora suscribe plenamente las acusaciones estadounidenses a Maduro, retratado por ella como un "dictador brutal" y un "tirano", sobre que no es el presidente legítimo de Venezuela, sino el cabeza de un régimen "narcoterrorista" y el jefe de facto del Cartel de los Soles (red paraestatal incrustada en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana), amén de protector de otra organización criminal en el punto de mira de Trump, el Tren de Aragua. Desde hace un lustro, Washington ofrece una recompensa millonaria a quien facilite la detención del heredero y sucesor de Hugo Chávez.
Fundadora y coordinadora nacional del movimiento Vente Venezuela, de tendencia liberal conservadora, y principal cabeza de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) desde que el 22 de octubre 2023 ganara sus elecciones primarias con un aplastante 92,3% de los votos, Machado permanece inhabilitada para ocupar cargos públicos por 15 años. La sanción, impuesta el 30 de junio de 2023 por la Contraloría General de la República y luego ratificada por el Tribunal Supremo de Justicia, se fundamenta en unos supuestos delitos, si bien su motivación es política, para bloquear cualquier candidatura electoral de una aspirante ciertamente peligrosa para el régimen.
Esta proscripción obligó a la PUD a designar a Edmundo González, del partido Mesa de la Unidad Democrática (MUD, sigla antes perteneciente a la coalición antecesora de la PUD, disuelta en 2018), como candidato alternativo de la oposición para las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. González se trató un segundo recambio, ya que la primera sustituta de Machado designada por la PUD, la profesora Corina Yoris, fue igualmente vetada por las autoridades.
Las elecciones de 2024, celebradas sin las debidas garantías legales, bajo una conculcación sistemática de derechos y libertades así como fraudulentas en grado sumo, brindaron el pretexto a Maduro para mantenerse en el poder por seis años más con el respaldo, supuestamente, del 51,9% de los votos, mientras que González, en todo momento arropado por Machado y actualmente refugiado en España con una orden de búsqueda y captura, fue reconocido como legítimo presidente electo por una veintena de gobiernos, parlamentos y organizaciones internacionales. Según la PUD, por González votó el 67,1%. Luego, Machado y la PUD boicotearon las elecciones legislativas del 25 de mayo de 2025 argumentando la ausencia de "garantías mínimas para un proceso electoral transparente y legítimo". La misma decisión fue tomada en los comicios de 2020, poniendo en bandeja la hegemonía parlamentaria prácticamente absoluta del oficialista Gran Polo Patriótico.
Con un estilo propio que aúna combatividad, valentía, elocuencia y optimismo, Machado, crítica radical e infatigable del chavismo/madurismo llevando los lemas de "hasta el final" y "llegó la hora", es en 2025 la principal abanderada de un movimiento opositor tan vasto como heterogéneo, frecuentemente lastrado por las diferencias ideológicas y estratégicas. Además de víctima constante de una cruda represión desde el Estado, con miles de detenidos arbitrarios, presos de conciencia, asesinados extrajudiciales y desaparecidos forzados. Ella misma fue secuestrada por unas horas el 9 de enero de 2025, al reaparecer en una manifestación en Caracas tras pasarse cuatro meses oculta. Una vez liberada, la opositora volvió a esconderse.
A sus 58 años, Machado continúa la estela de figuras como Leopoldo López, hoy exiliado en Madrid con una orden de captura y extradición, el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles, quien sigue activo en el sector de la oposición moderada pero con un perfil bajo e inhabilitado, y Juan Guaidó, ex presidente "encargado" de la República, residente en Miami y retirado del primer plano, amén de inhabilitado también. Todos estos liderazgos aglutinadores tuvieron su apogeo antes de sufrir desgaste y desvanecerse. Ahora, la anterior asambleísta nacional, ganadora asimismo de los premio Sajárov del Parlamento Europeo y Václav Havel de los Derechos Humanos en 2024, cubre este espacio sin visos de que pueda correr el mismo destino que aquellos.
Aunque respetada por su gran capacidad de movilización y su resiliencia, que han puesto la causa de la democracia en Venezuela en el foco de la observación global, Machado dista de suscitar una adhesión unánime en el mosaico de partidos, movimientos y personalidades de la oposición, donde hay voces que le achacan una excesiva alineación con posiciones de derecha liberal y, en particular, una intransigencia discursiva que, a su entender, complica la unidad y la estrategia contra el enrocado régimen de Maduro, al que también repudian grupos del centro-izquierda y la izquierda.
Así, a diferencia de partidos más posibilistas (como Un Nuevo Tiempo, Acción Democrática o Primero Justicia) que siguen apostando por reabrir canales y alcanzar acuerdos de mínimos con el chavismo en beneficio del país, Machado insiste en la futilidad del diálogo y aboga por la salida incondicional de Maduro y la caída de la dictadura. En suma, un final abrupto del régimen con transición rápida, desenlace que según ella sería ya inminente. Por otro lado, los medios hacen constar que Machado, con su estilo directo y su carisma, ha conseguido establecer una conexión emocional con los sectores populares y las gentes humildes. En 2020 Machado, cuyo Plan de Gobierno se llama Venezuela, tierra de gracia, estuvo entre los signatarios de la Carta de Madrid en Defensa de la Libertad y la Democracia en la Iberosfera, documento promovido por el partido español de extrema derecha Vox.
(Texto actualizado hasta 22 octubre 2025).
BIOGRAFÍA
María Corina Machado Parisca nació el 7 de octubre de 1967 en Caracas como la mayor de las cuatro hijas tenidas por los señores Henrique Machado Zuloaga, empresario del sector siderúrgico, y Corina Parisca Pérez, psicóloga de profesión y antigua campeona nacional de tenis. La posición acomodada de su familia, enraizada en las élites caraqueñas, portadora de valores conservadores y de principios católicos, determinó la educación de la joven en instituciones privadas de prestigio. La primaria y la secundaria las cursó en la Academia Merci de Caracas, regentada por las Hermanas Ursulinas; también tuvo un internado en una escuela de Wellesley, Massachusetts, Estados Unidos.
Posteriormente, estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), por la que licenció como primera de su promoción en 1989, año traumático en la historia de Venezuela al tener lugar el Caracazo, el estallido social al comienzo de la segunda administración presidencial de Carlos Andrés Pérez que marcaría un antes y un después en la historia de Venezuela. A esta formación ingenieril, Machado sumó un Diploma en Finanzas del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA). Muchos años más tarde, en 2009, la política opositora iba a graduarse en el Yale World Fellows, el programa de la Universidad de Yale para la capacitación de líderes en políticas públicas.
En 1990 Machado, por entonces una veinteañera joven, contrajo matrimonio con el empresario Ricardo Sosa Branger. De esta unión conyugal nacieron tres hijos, Ana Corina, Ricardo y Henrique; hoy, los tres residen en Estados Unidos por razones de seguridad, para protegerse de represalias que el régimen venezolano podría tomar contra ellos de manera vicaria, para amedrentar a su madre. En 2001 Machado y Sosa firmaron el divorcio. Luego, ella se vinculó sentimentalmente al abogado constitucionalista y académico Gerardo Fernández Villegas, al que en ocasiones se ha referido como "mi esposo" o como "mi compañero de vida", sin entrar en detalles. Contrariamente a su mediática actuación en la esfera pública, Machado ha sido siempre muy discreta en todo lo relativo a su vida privada.
Inicialmente, Machado compaginó la actividad gerencial privada, desarrollada en parte en el sector de la automoción, y la docencia en la Cátedra de Gerencia de Recursos Humanos en el Departamento de Ingeniería Industrial de la UCAB. Esta experiencia profesional moldeó en ella una visión liberal de la economía, decididamente pro mercado y contraria al modelo socialista del Estado interventor y providente. En 1992, aún durante la presidencia de Carlos Andrés Pérez, la ingeniera inauguró la faceta de activista social a través de la Fundación Atenea, puesta en marcha junto con su madre tocaya para canalizar donaciones privadas destinadas a socorrer a niños de los barrios pobres de Caracas. Asimismo, entre 1998 y 2002 presidió la Fundación Oportunitas, ONG con similar enfoque benéfico.
Los años en la oposición a Hugo Chávez
Fue precisamente en 2002 cuando Machado, con 35 años, dio el paso que determinaría su trayectoria y, a posteriori, su fama internacional. En abril de aquel año, el presidente Hugo Chávez Frías, aupado triunfalmente al poder por las elecciones de 1998, fundador en 1999 de la República Bolivariana de Venezuela y reelegido por primera vez en 2000 (frente a Francisco Arias Cárdenas, de La Causa Radical), fue objeto de un golpe de Estado cívico-militar que el anterior teniente coronel golpista consiguió derrotar, pero Venezuela salió de esta grave crisis más dividida y fracturada de lo que estaba antes.
En medio de esa polarización sociopolítica aguda, Machado presentó Súmate, asociación civil valedora de los procesos electorales transparentes y defensora de los derechos políticos de los ciudadanos. Con estos planteamientos, Súmate tomó una postura muy crítica con el Gobierno del Movimiento V República (MVR), el partido socialista bolivariano fundado por Chávez y que posteriormente sería sucedido por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
En 2004 Súmate organizó la campaña de recogida de firmas, más de 3 millones (de las que el Consejo Nacional Electoral únicamente validó 2,7 millones), con la que la Coordinadora Democrática de la oposición, invocando un derecho electoral de los ciudadanos recogido por la propia Constitución bolivariana, pretendía convocar un referéndum revocatorio contra Chávez.
La consulta tuvo lugar el 15 de agosto y su resultado fue la victoria del no a la revocación con el 59,1% de los votos, siendo la participación del 69,2% del censo. Machado y otros impulsores del referéndum hicieron alegaciones de fraude, pero el Gobierno acusó a su vez a Machado de recibir financiación desde el extranjero y de maquinar contra el Estado en connivencia con la Administración estadounidense de George W. Bush (quien en mayo de 2005 iba a recibir a la opositora en la Casa Blanca), cargos de traición y conspiración que ella siempre negó. Machado enfrentó un proceso penal por esta causa, pero en febrero de 2006 su juicio quedó suspendido sine díe.
En las elecciones presidenciales del 3 de diciembre de 2006, vuelvas a ganar por Chávez, Machado respaldó a Manuel Rosales Guerrero, líder del partido de izquierda moderada Un Nuevo Tiempo (UNT) y candidato de Unidad Nacional, la plataforma opositora sucesora de la Coordinadora Democrática y desde enero de 2008 reorganizada como la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
En febrero de 2010 Machado, por el momento no vinculada a ninguna fuerza política, renunció a la presidencia de Súmate para postularse como candidata a la Asamblea Nacional. En las primarias de la MUD, contó con los apoyos del UNT de Rosales y de Acción Democrática (AD), la veterana agrupación socialdemócrata en su día liderada por Carlos Andrés Pérez, lo que le permitió derrotar a Carlos Vecchio DeMarie, precandidato del partido Voluntad Popular (VP, socialdemócrata) de Leopoldo López Mendoza, a su vez figura emergente de la oposición venezolana.
Ella no andaba a la zaga en notoriedad, tanto que durante la campaña fue objeto de los dardos de Chávez, quien la llamó "burguesita de fina estampa" expuesta a la "furia del pueblo". En los comicios del 26 de septiembre Machado resultó elegida diputada por la Circunscripción 2 del Estado Miranda con el 41,9% de los votos, la cuota más elevada obtenida por cualquier candidato a asambleísta en su distrito.
Nada más tomar posesión de su escaño el 5 de enero de 2011, Machado se destacó como uno de los parlamentarios más elocuentes de la MUD, que disponía de 65 representantes frente a los 98 del PSUV. Pugnaz y desafiante en sus interpelaciones, ya el 24 de febrero la diputada acaparó titulares con un discurso en el que arremetió contra la pésima gestión económica y financiera del Gobierno, totalmente fiada a un manejo populista e imprevisor de la coyuntura mudable del petróleo (que en aquellos momentos cotizaba muy alto, pero viniendo de un profundo valle y con otro derrumbe de los precios a tres años vista), y acusó a Chávez de implantar un modelo "comunista a la cubana".
Otro aldabonazo lo dio Machado el 13 de enero de 2012, ocasión en que tuvo la audacia de importunar a Chávez cuando este, visiblemente debilitado por el cáncer que padecía, leía en la Asamblea el interminable informe anual de Memoria y Cuenta, un evento de más de ocho horas de duración retransmitido en cadena nacional.
Cuando el mandatario defendía los logros de la Revolución Bolivariana y la necesidad socialista, en beneficio del pueblo, de expropiar empresas privadas, entre las que estaban las de la familia de ella, Machado solicitó la palabra y confrontó directamente con Chávez, cuestionando su visión del país, criticando el deterioro económico y la inseguridad ciudadana rampante, y denunciando el "avance hacia el comunismo", proceso este del que "la Venezuela decente" nada quería saber. "Expropiar es robar", remató. Irritado pero sin entrar al trapo, Chávez desestimó con desdén a la opositora que le había llamado "ladrón", diciéndole: " águila no caza moscas, diputada".
Ya antes de este memorable choque verbal con Chávez, Machado gozaba del suficiente caché político como para animarse a anunciar, el 18 de julio de 2011, su presentación a la elección primaria de la MUD, de la que iba a salir el candidato para batirse con Chávez en las presidenciales del otoño de 2012. Chávez optaba a su cuarto mandato al amparo de la reforma constitucional aprobada en el referéndum de febrero de 2009 y que facultaba la reelección indefinida del jefe del Estado (un referéndum anterior, el celebrado en diciembre de 2007, había negado tal posibilidad).
La primaria opositora, de carácter histórico al estar abierta a todos los ciudadanos inscritos en el Registro Electoral Permanente, que tenía censados a 18 millones de venezolanos, fue disputada el 12 de febrero de 2012 y en ella, Machado, que seguía sin disponer de un partido propio, tuvo un rendimiento inesperadamente paupérrimo: solo cosechó el 3,8% de los votos y quedó en un lejano tercer lugar por detrás de Pablo Pérez Álvarez, gobernador de Zulia y precandidato del Bloque Socialdemócrata conducido por el UNT, y del rotundo ganador con el 66,3% de los votos, Henrique Capriles Radonski, gobernador de Miranda y jefe de Primero Justicia (PJ), partido que se definía de centro humanista.
Con todo, el proceso de primarias fue más cordial e ilusionado que reñido, tal que Machado y los demás perdedores se apresuraron a felicitar al ganador y a cerrar filas tras su candidatura. Luego, el 7 de octubre de 2012, Capriles no pudo en las urnas con Chávez, quien le derrotó con el 55,1% de los votos.
La experiencia de las primarias de 2012 hizo comprender a Machado que necesitaba apoyarse en una estructura propia si quería realizar sus ambiciones políticas. Así, el 24 de mayo siguiente anunció el lanzamiento de Vente Venezuela (VV) movimiento que reclamaba un credo intensamente liberal y centrista, si bien sus postulados económicos la escoraban al conservadurismo.
Posteriormente, Machado, adherida al concepto de "capitalismo popular", iba a argumentar que pese a la "destrucción" y el "colapso" que el modelo socialista chavista había supuesto para Venezuela, el país, pródigo en riquezas naturales y no falto de personal cualificado, tenía las condiciones materiales y el potencial humano para lograr un "genuino milagro económico". Su agrupación, VV, confiaba plenamente en las virtudes del libre mercado, el emprendimieto privado y otras ideas "irresistibles" asociadas a la democracia liberal, y en la posibilidad de abrir un proceso de superación de "males históricos" como podían ser "el estatismo, el populismo, el rentismo y el militarismo", tal como explicó en septiembre de 2015 en un foro empresarial en Caracas.
Persecución y resistencia frente a Nicolás Maduro
Chávez murió, víctima del cáncer, el 5 de marzo de 2013, dos meses después de la fecha, el 10 de enero, en que debía haber jurado el cargo para la inauguración de su cuarto mandato.
Su sucesor, Nicolás Maduro Moros, hasta entonces vicepresidente ejecutivo, se reveló como un presidente que, desprovisto del carisma y la conexión con las masas del caudillo fallecido, a quien intentaba emular imitando su estilo, estaba resuelto a apuntalar el régimen del PSUV endureciendo los mecanismos represivos. En una segunda fase, las crecientes cortapisas autoritarias al juego democrático en la República Bolivariana iban a desembocar en un Estado abiertamente dictatorial. En este nuevo escenario de mayor peligrosidad para la oposición, Machado no se arredró y siguió adelante con su activismo opositor, que de hecho ganó beligerancia, llegando a ganarse el alias de la "dama de hierro" venezolana.
En la campaña para las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013, Machado volvió a secundar a Capriles como coordinadora internacional del Comando Simón Bolívar. Según el Consejo Electoral Nacional (CNE), Maduro fue confirmado en el puesto, desde marzo desempeñado solo como "encargado", y ganó un mandato para completar el ejercicio constitucional de seis años que vencía en 2019. A diferencia de la vez anterior, Capriles, declarado perdedor con el 49,1% de los votos, tan solo 1,5 puntos menos que Maduro, no aceptó los resultados, denunció fraude y exigió la auditoría de cerca de la mitad de las papeletas.
En la Asamblea Nacional, Machado y sus compañeros de bancada se negaron a reconocer a Maduro como presidente electo. El 15 de abril, el presidente de la Asamblea, el poderoso Diosdado Cabello Rondón, rostro del ala dura, militar, del chavismo, anunció que los legisladores de la oposición tenían retirado el derecho a la palabra en tanto no reconocieran a Maduro. El clima de tensión degeneró en enfrentamientos físicos en el hemiciclo. El 30 de abril se produjo un episodio de violencia particularmente grave y Machado estuvo entre la decena de diputados de la MUD que resultaron heridos en la reyerta, en su caso con una fractura nasal.
Para Machado, metida en un proceso de denuncia permanente del chavismo/madurismo, la batalla democrática no tenía marcha atrás. Una apuesta por el combate cívico frontal y un rechazo a cualquier mesa de negociación Gobierno-oposición con los que no estaban de acuerdo otros cabezas de la MUD, empezando por Capriles, cuyo enfoque era más moderado y gradualista. Sin embargo, el régimen se mostraba cada vez más intolerante y sañudo con la oposición.
En febrero de 2014 Machado lideró junto a Leopoldo López y Antonio Ledezma Díaz, el alcalde del Distrito Metropolitano de Caracas, una campaña de protestas populares que dio en llamarse La Salida y que hasta mayo costó la vida a más de 40 personas, víctimas de la brutalidad policial y de los grupos chavistas de choque, y dejó un millar largo de detenidos. El 24 de marzo, la esperada represalia del régimen llegó para ella en la forma de la retirada de la inmunidad parlamentaria y la expulsión de la Asamblea sobre la base de una larga lista de cargos penales, entre ellos los de "asociación para delinquir", "lesiones graves", "terrorismo", "homicidio" y "traición a la patria".
Se trataba de una medida abiertamente inconstitucional, ya que la ley suprema promulgada por Chávez solo permitía la destitución de un diputado por renuncia voluntaria, revocatorio del pleno o sentencia judicial firme. Pero no concurría ninguno de los casos. Sin embargo, el 31 de marzo el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), invocando los artículos 191 y 197 de la Constitución, ratificó la pérdida de la condición de diputada.
La arbitraria imputación de "traición" se refería al hecho de que Machado había asistido días atrás a una sesión ordinaria de la Asamblea de la OEA para hablar como representante legislativa del pueblo venezolano y denunciar las violaciones sistemáticas de los derechos humanos en su país, alocución que hizo acogida a una "acreditación diplomática alterna" concedida por la delegación de Panamá. A López le fue todavía peor: desde el 18 de febrero estaba en prisión, donde permanecería durante más de tres años, bajo sentencia judicial desde septiembre de 2015.
Por un momento se pensó que Machado podría seguir los pasos del infortunado López. Su causa criminal bajo un pliego de cargos a los que se añadió el de "conspiración" para derrocar al Gobierno y asesinar a Maduro, objeto de críticas por las ONG Human Rights Watch y Amnistía Internacional por violación del debido proceso y atropello constitucional, no derivó en un juicio con sentencia.
Sin embargo, el Gobierno estaba decidido a mantener a Machado fuera de las instituciones, así que el 13 de julio de 2015, dos meses después de denegarle el CNE a Vente Venezuela la inscripción como partido político, la Contraloría General de la República (CGR) resolvió inhabilitarla para ejercer cargos públicos por un período de 12 meses. Para empezar, esto suponía que Machado no podía presentarse a las elecciones legislativas del 6 de diciembre, a las que la MUD acudía con grandes expectativas. La CGR fundó su sanción en unas supuestas "irregularidades administrativas" en la declaración jurada de haberes de la ya ex diputada.
Machado saboreó la revancha con los resultados de los comicios a la Asamblea, donde la MUD, con el 56,2% de los votos, conquistó una supermayoría de 112 diputados (la mayoría absoluta estaba en los 84), 57 más que el Gran Polo Patriótico Simón Bolívar (GPPSB), el conglomerado oficialista capitaneado por el PSUV. La oposición rompió 16 años de control chavista y uno de sus dirigentes, el secretario general adeco Henry Ramos Allup, fue investido presidente de la Asamblea. La histórica mudanza parlamentaria dejó claro que el régimen chavista, si bien perseguía a sus críticos y violentaba derechos y libertades con creciente intensidad, aún se atenía a los mecanismos de la democracia formal y respetaba la voluntad de los electores. Aunque esta tolerancia tenía los días contados.
Al iniciarse la IV Legislatura en enero de 2016, Machado respaldó el trabajo legislativo de la MUD, mientras continuaba convocando movilizaciones callejeras contra Maduro. En julio siguiente expiró su inhabilitación temporal, pero siguió en el punto de mira del régimen, que la sometía a un acoso continuo con vigilancia, restricciones de viaje e intimidaciones a colaboradores.
Como los demás responsables de la MUD, Machado puso el grito en el cielo cuando en mayo de 2017 Maduro lanzó un espurio proceso constituyente cuyo único objetivo era recuperar el control hegemónico del Poder Legislativo. Al final, no iba a promulgarse, elaborarse ni discutirse siquiera ninguna nueva Constitución en Venezuela.
Los partidos opositores que dominaban la Asamblea Nacional intentaron bloquear el proceso constituyente a través de una consulta nacional o plebiscito que tuvo lugar el 16 de julio de 2018. 14 días después, boicotearon las elecciones a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) convocada por el régimen, lo que permitió al GPPSB hacerse con la totalidad de los 545 escaños en juego. El 18 de agosto siguiente, un vez instalada, la ANC, se arrogó las competencias legislativas de la Asamblea Nacional, movimiento que la MUD comparó con un "golpe de Estado". Machado se refirió a la ANC como la "ANCubana", y tildó de "usurpadores", "ilegítimos" y "violadores de la separación de poderes" a la ANC, el CNE y el TSJ. Desde ese momento, operaron en Venezuela dos parlamentos mutuamente excluyentes.
Estos acontecimientos hicieron reafirmarse a Machado en su tesis, no compartida por otros líderes opositores, de que no cabía ningún tipo de negociación o componenda con el régimen, menos si le permitía legitimarse de cara el exterior, y que la única vía para devolver la democracia a Venezuela pasaba por las protestas domésticas, la denuncia internacional (mejor si iba acompañada de sanciones) y el boicot electoral. Para Machado, Maduro tenía que caer, y confiar en que eso pudiera lograrse por la vía electoral resultaba ingenuo. El boicot volvió a operar en las elecciones presidenciales del 20 de mayo de 2018, cuando Maduro laminó con el 67,8% de los votos a Henri Falcón Fuentes, candidato de un partido de centroizquierda, Avanzada Nacional, disidente de la estrategia de la MUD (y quien luego denunció fraude).
El caso era que para entonces, la MUD estaba virtualmente deshecha por las fuertes divergencias internas, las bajas de dirigentes al estar presos o exiliados, y las inhabilitaciones orgánicas impuestas por el TSJ y el CNE; este último organismo del Estado dispuso la desactivación formal de la coalición el 24 de octubre de 2018. Los partidos integrantes se fueron bien al Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL), orientado al centro-izquierda, bien a otra amalgama opositora de nombre Soy Venezuela, esta previsoriamente puesta en marcha en septiembre de 2017 por Machado, Antonio Ledezma de la Alianza Bravo Pueblo, Juan José Caldera de Convergencia y otras personalidades del ala intransigente.
Relación con Juan Guaidó y ganadora de la primaria de la PUD en 2023
A partir de enero de 2019, Machado hubo de ceder protagonismo en el campo opositor a Juan Guaidó Márquez, miembro de Voluntad Popular y nuevo jefe de la bancada de la mayoría y presidente de la Asamblea Nacional, quien el 23 de ese mes prestó juramento como "presidente encargado de la República para lograr el cese de la usurpación, un Gobierno de transición y elecciones libres". La presidencia en funciones de Guaidó, paralela y en disputa con el Ejecutivo de Maduro, obtuvo reconocimiento de más de 50 Estados miembros de la ONU, así como de la OEA y de la UE, si bien esta última iba a retirar su reconocimiento en enero de 2021.
Guaidó, reacio a las opciones de fuerza contra Maduro como podían ser las sanciones internacionales agresivas, el intervencionismo regional (inclusive la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR) y la revuelta cívica en las calles, y más enfocado en el orden institucional sin cerrar la puerta al diálogo político con el régimen, contó inicialmente con la plena colaboración de Machado, quien se reunió con él para coordinar acciones.
Sin embargo, transcurridos unos meses, empezaron a aflorar los desacuerdos. Para Machado, Guaidó se mostraba demasiado conciliador y no se dirigía con la firmeza necesaria. Vente Venezuela y los partidos de Soy Venezuela llamaron a no participar en las próximas elecciones legislativas, previstas para el 6 de diciembre de 2020 y convocadas por la ANC y el CNE, boicot que fue acogido con opiniones contrapuestas en el seno del FAVL (partidos UNT, VP, PJ, etc.), así como por AD, si bien finalmente se acordó no concurrir.
Aunque Guaidó estaba de acuerdo en que no se daban las condiciones para la participación electoral y que el régimen probablemente cometería fraude en el escrutinio, decidió convocar una consulta nacional para hacerla coincidir con los comicios y en la que se preguntaría a los electores si rechazaban la celebración de las elecciones para la V Legislatura, si apoyaban mecanismos de presión para realizar elecciones presidenciales justas, y si apoyaban gestiones conducentes al "rescate de la democracia", la "atención de la crisis humanitaria" y la "protección contra los crímenes de lesa humanidad".
Machado cuestionó la eficacia de la presidencia encargada de Guaidó, quien no se mostraba capaz de desalojar a Maduro del poder con su apuesta por la vía institucional, y criticó el plan de la consulta popular como una lamentable pérdida de tiempo. Más aún, propuso como "única alternativa" una "Operación de Paz y Estabilización" (OPE), la cual, invocando el principio de Responsabilidad de Proteger (R2P) de la ONU y el TIAR de la OEA, consistiría en una intervención internacional multidimensional, con unos componentes militar, humanitario y de restauración del Estado de Derecho. El enviado especial de Estados Unidos, Elliott Abrams, calificó de "surrealista" el plan de Machado.
Tras las elecciones de diciembre de 2020, que inauguraron una V Legislatura prácticamente copada por el GPPSB (la ANC se limitó a disolverse sin haber hecho ningún trabajo constituyente y a transferir la autoridad legislativa a la nueva Asamblea Nacional del régimen), las divergencias entre Machado y Guaidó ganaron intensidad. La conductora de Vente Venezuela aceró sus críticas internas y en septiembre de 2022, en palabras para el canal TVV Network, dijo lisa y llanamente que Juan Guaidó era "una gran oportunidad desaprovechada". Además, Henrique Capriles representaba "el pasado", Manuel Rosales era "la prehistoria" y Henry Ramos ofrecía "la política en la que yo no creo".
El 30 de diciembre de 2022, los diputados de la IV Legislatura, confrontados con su fracaso, decidieron poner fin al llamado Gobierno Interino y a la presidencia Encargada de Guaidó. La disolución fue aprobada el 5 de enero de 2023 con 71 votos a favor, 29 en contra y ocho abstenciones. Machado tenía ya la mirada puesta en las primarias, previstas para el otoño del año siguiente, de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), reformulación de la vieja MUD lanzada el 21 de abril de 2021 por Guaidó, donde sería postulado el candidato conjunto para las elecciones presidenciales de 2024.
(Cobertura informativa hasta 1/1/2023).
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