Repensar la cooperación descentralizada en el marco de la Agenda 2030: Retos y oportunidades

La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen la hoja de ruta que guiará los procesos de desarrollo sostenible que se impulsarán a escala global en los próximos años. Los ODS sitúan la humanidad ante un reto sin precedentes que requerirá la implicación de todos los actores, a escala global, regional, nacional y local, y la movilización de todos los recursos disponibles.  

Hay consenso en que los ODS no se podrán alcanzar si no se tienen en cuenta los actores, públicos y privados, que operan en los territorios. Una parte muy importante de las competencias necesarias para alcanzar estos objetivos y las metas definidas para implementarlos dependen de los gobiernos territoriales —-municipales, metropolitanos, provinciales, regionales, etc—. 

Aunque no es una agenda de desarrollo entendida en un sentido clásico —como lo fueron los ODM— sino que se plantea como una apuesta de carácter universal que se aplicará en todos los países del mundo, las políticas de cooperación internacional al desarrollo en todas sus dimensiones y modalidades jugarán un papel fundamental. El Objetivo 17 es muy claro en este sentido (Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible), como lo es la llamada que realiza para que la comunidad internacional cumpla con sus compromisos en materia de asistencia oficial al desarrollo (ODS 17.2). 

En este contexto, la cooperación descentralizada debe tener un papel determinante. La Agenda 2030 debe ser el marco de referencia para la definición e implementación de las políticas de cooperación internacional al desarrollo impulsadas por los gobiernos locales y regionales. Del mismo modo, la cooperación descentralizada puede ser un referente en la aplicación de los principios de la Agenda 2030 potenciando sus elementos más transformadores. 

A pesar de que la Agenda 2030 es universal y no puede ser entendida como una agenda dirigida a los países menos desarrollados, en el entorno local y regional han sido los departamentos de cooperación los primeros en acercarse. Efectivamente, los gobiernos locales, mediante sus políticas de cooperación, están en una posición óptima para impulsar acciones efectivas de sensibilización y educación orientadas a movilizar el compromiso y la implicación de la ciudadanía. La educación para el desarrollo, en su concepción de educación para la ciudadanía global, puede aportar metodologías y enfoques útiles para una aplicación de la Agenda 2030 que cambie valores, actitudes y comportamientos hacia el desarrollo sostenible. 

Por otra parte, la cooperación descentralizada puede contribuir de forma muy significativa a reforzar las capacidades de los gobiernos locales y regionales para diseñar e implementar políticas públicas alineadas con la Agenda 2030. En este sentido, la definición de partenariados de cooperación directa con otros territorios, en especial por la vía de la cooperación técnica, es un recurso con un fuerte valor añadido en la medida en que, más allá de la transferencia de recursos financieros, sirve para compartir conocimiento, experiencia y soluciones innovadoras para el desarrollo sostenible de los territorios. 

Las alianzas que se forjan en el marco de las relaciones de cooperación descentralizada pueden generar flujos en todas direcciones —de norte a sur, de sur a norte, de sur a sur o de norte a norte— e ir más allá de los gobiernos locales o regionales que las lideran. Pueden implicar una heterogénea variedad de actores del territorio —ONGDs, organizaciones de base, sociedad civil, empresas, profesionales, sindicatos, patronales, universidades, centros de investigación, etc— muy en la línea de lo que plantea la propia Agenda 2030. 

Como también está muy en la línea de los principios que sustentan la Agenda, en especial la apelación a una visión holística e integral del desarrollo sostenible, la apuesta por la coherencia de políticas como herramienta para mejorar los procesos de diseño de políticas públicas de calidad. 

El presente seminario se orienta a debatir los retos que se derivan de la Agenda 2030 para las políticas de cooperación descentralizada y la manera de contribuir a mejorar la calidad y la eficacia de las estrategias que se plantean desde la demarcación de Barcelona. 

Las tres mesas contarán con dos panelistas que introducirán el debate mediante intervenciones cortas (cinco minutos) orientadas a responder a las preguntas formuladas por la organización y, a continuación, se abrirá el debate con los participantes invitados.