Aportaciones del turista cultural a la sostenibilidad del destino: el caso español

Revista CIDOB d'Afers Internacionals_113
Fecha de publicación: 09/2016
Autor:
Andrés Artal Tur, profesor Titular, Universidad Politécnica de Cartagena y Marina Villena Navarro, profesora Asociada, Universidad Politécnica de Cartagena
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Andrés Artal Tur, profesor Titular, Universidad Politécnica de Cartagena, España, Andres.artal@upct.es 

Marina Villena Navarro, profesora Asociada, Universidad Politécnica de Cartagena, España, marina.villena@upct.es

Queremos agradecer al Instituto de Estudios Turísticos de España (IET) por la cesión de los microdatos para la investigación y a CIDOB Barcelona por la oportunidad de participar en el interesante seminario «Turismo: perspectivas locales y tendencias globales», punto de partida de este monográfico. Andrés Artal agradece también la financiación recibida para esta investigación por parte de la Fundación Séneca de la Región de Murcia concedida al Grupo de Investigación de Excelencia 19884/GERM/15, así como de la Asociación FEMISE (ENPI/2014/354-494) Project FEM 41-04.

El turismo cultural es una actividad que puede contribuir a aumentar la sostenibilidad de los destinos, dadas las características propias de estos turistas. El presente artículo busca ampliar el conocimiento en este campo en el caso español. Con este objetivo, se aplican modelos de probabilidad (modelos probit) sobre una muestra de turistas internacionales para analizar los factores que aumentan la probabilidad de ser un turista cultural en España, en un período de análisis correspondiente al año 2013. Los resultados de la investigación permiten aportar recomendaciones de política turística en el ámbito cultural con una visión de futuro.

El turismo cultural es hoy en día un campo relevante de estudio, dadas las múltiples conexiones existentes entre cultura, ocio y turismo. Esta actividad atrae actualmente al 40% de todo el turismo mundial, cifrado en 1.184 millones de llegadas en 2015, aunque las personas que declaran viajar exclusivamente por motivos culturales representan alrededor del 10% de dichos flujos (OMT, 2015). De acuerdo con los datos de Europa Nostra (2015)1, más del 50% de la actividad turística en Europa está relacionada con la visita al patrimonio cultural europeo, siendo una de las actividades turísticas con mayor proyección de futuro. El número de turistas que viajaron a España específicamente por motivos culturales en 2013 fue de alrededor de 20 millones de personas, de los cuales 11,7 millones eran nacionales (14% del total de viajeros de ocio domésticos) y 8,3 millones extranjeros (17% de las llegadas internacionales de ocio). Ambos grupos de viajeros culturales reportaron unos ingresos de 5.139 y 7.744 millones de euros, respectivamente (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte de España, 2014). En un sentido más amplio, los turistas internacionales participantes en actividades culturales representaron el 55% de los 64 millones de visitantes internacionales que llegaron al país en 2014 (IET, 2015).

La gran diversidad de formas de consumo cultural existentes en la actualidad ha venido expandiendo la definición de «cultura» y, por lo tanto, la de turista cultural, incluyendo otras actividades como las artes escénicas, los eventos culturales, la arquitectura y el diseño (OCDE, 2009). Se observa una evolución desde un consumo de productos considerados como de alta cultura (museos, patrimonio, arte), hacia la búsqueda y consumo de la cultura popular como experiencia turística, con una creciente participación de las actividades creativas y el patrimonio intangible (Richards y Wilson, 2006). Los turistas planifican su viaje cada vez más con el deseo de experimentar nuevos estilos de vida, culturas y costumbres, y establecer así interacciones con la sociedad local que supongan nuevas experiencias (OCDE, 2014; Richards, 2011). Una sociedad global crecientemente educada supone también un crecimiento importante del consumo cultural como actividad relevante y masiva en el ámbito del turismo. De hecho, se aprovecha para realizar este tipo de consumo cultural durante los viajes, dado que cada vez hay menos tiempo disponible para realizarlo durante la vida cotidiana. Dichas cuestiones llevan a incrementar la demanda de turismo cultural (Smith y Richards, 2013). Además, la inversión en infraestructuras y actividades culturales, así como en la promoción de eventos culturales de impacto internacional se han extendido ampliamente en el mundo, sirviendo tanto a destinos turísticos maduros como a aquellos emergentes de cara a (re)posicionarse en el mapa del turismo mundial. Por ejemplo, en España el número de museos se duplicó entre 1980 y 2012 (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2013). Este desarrollo supone la respuesta de los destinos para aprovechar el elevado crecimiento del turismo internacional y doméstico, y el deseo de utilizar el turismo cultural como un activo relevante en la atracción de turistas. Todo esto ha venido aumentando significativamente la oferta cultural (Richards, 2001).

El crecimiento del mercado internacional del turismo cultural obedece también a la capacidad de este producto para atraer visitantes con características deseables para los destinos turísticos: visitantes que presentan un mayor gasto frente a otro tipo de turistas, con un nivel educativo superior, que acuden al destino en temporada media o baja, o que aportan recursos que contribuyen a sostener las instalaciones culturales existentes, en beneficio de la población residente (ATLAS, 2007; Isaac, 2008). Además, en términos de sostenibilidad, más allá de los evidentes beneficios económicos constatados, el turismo cultural tiene un claro componente positivo en el aumento de la oferta cultural para la población residente, de modo que permite también la valorización y el mantenimiento de la cultura local y del patrimonio histórico. Pese a todo, el auge del turismo cultural y la creciente competencia entre destinos próximos por atraer esta demanda no están exentos de problemas. El excesivo crecimiento de las infraestructuras culturales en tiempos de bonanza bien puede volverse poco sostenible cuando empeoran las condiciones económicas (Richards y Palmer, 2010; Timothy y Boyd, 2003). La masificación de los principales museos del mundo y de muchos cascos históricos urbanos de importantes ciudades turísticas son ejemplos de los efectos indeseables de un crecimiento quizás desmesurado de la oferta cultural en tiempos recientes. Dicho crecimiento también puede contribuir a una mercantilización extrema de la cultura local o a una «autenticidad escenificada» del propio destino como señalan algunos autores (Toselli, 2006). En todo caso, el turismo de actividades culturales presenta hoy en día un auge innegable, siendo un producto muy apreciado por los turistas (Smith y Richards, 2013).

Ante este conjunto de oportunidades asociadas a su desarrollo, el turismo cultural supone un atractivo campo de investigación. La propia Comisión Europea y el Consejo Europeo apuntan al turismo cultural como una de las prioridades actuales para la sostenibilidad del turismo en la Unión Europea. En un informe reciente señalan que «la competitividad de la industria turística europea está estrechamente vinculada a su sostenibilidad, y la calidad de los destinos turísticos está fuertemente influenciada por su entorno natural y cultural y su integración en la comunidad local»2. Así, Europa debe ofrecer un turismo sostenible y de calidad basado en sus ventajas comparativas, en particular, la diversidad de sus paisajes y su extraordinaria riqueza cultural.

En este contexto, el objetivo del presente artículo es lograr un mejor conocimiento del turista cultural internacional que visita España: su perfil, su conducta durante el viaje, así como su potencial para la mejora de la sostenibilidad del destino que visita. Existe mucha literatura sobre turismo cultural, pero no es muy habitual el análisis de datos riguroso que permita identificar los patrones definidos en los análisis teóricos. El trabajo realizado por ATLAS (Association for Tourism and Leisure Education) es una excepción en este sentido3. Siguiendo con el espíritu de dicho proyecto, el presente estudio utiliza datos de una encuesta a turistas culturales internacionales que visitan España para profundizar en su conocimiento a nivel de los diversos destinos nacionales. Tras esta breve introducción, el segundo apartado realiza un primer análisis descriptivo de dicho turista, caracterizando su perfil y su conducta en el viaje. Posteriormente, y mediante un modelo econométrico, se identifican las principales variables que aumentan la probabilidad de ser un turista cultural en la geografía nacional. Además se analizan las similitudes y diferencias existentes entre el turista de visita cultural y el de eventos culturales, colectivos objeto de análisis en este artículo. Los resultados de la investigación aportan recomendaciones de políticas asociadas al turismo cultural, con un especial interés en la capacidad de estos visitantes de contribuir a la sostenibilidad de los destinos turísticos españoles. 

Las principales características del turista cultural que visita España

En esta sección se realiza un análisis del turista cultural que visita España, su perfil y su conducta. La muestra de datos que se emplea en este trabajo proviene de los microdatos de la Encuesta de Gasto Turístico (EGATUR) proporcionados por el Instituto de Estudios Turísticos de España (IET, 2015). Tras un proceso de depuración que elimina excursionistas sin pernoctación, la muestra comprende alrededor de 177.000 cuestionarios realizados a turistas extranjeros que visitaron España en el año 2013. El cuestionario elaborado por el IET proporciona información detallada sobre el perfil sociodemográfico de los visitantes (género, edad, estudios, nivel de ingresos, país de origen), las características del viaje (duración de la estancia, alojamiento, actividades desarrolladas) y el comportamiento de los turistas (nivel general de satisfacción, patrón de gasto, uso de internet). También ofrece información sobre el propósito de la visita: ocio, negocios o visitar a familiares y amigos. Un primer análisis descriptivo de la información permite identificar las particularidades del turista cultural, junto a algunas de sus diferencias con el turista de muestra completa o turista general. A lo largo de este artículo se emplea una definición del turista cultural como aquel turista que realiza visitas culturales y/o acude a eventos culturales. La definición es por tanto amplia y permite analizar un gran volumen de turistas, ya que, como señala el propio IET, la cultura es la actividad principal de los turistas que visitan anualmente España (figura 1).

Figura 1_Afers 113_Artal & Villena

Bien es verdad que dentro de este colectivo –tal y como se ha definido– hay diversos tipos de turistas culturales, que van desde los que declaran haber viajado por motivos eminentemente culturales hasta los que realizan actividades culturales como una parte más de su viaje o simplemente porque se encuentran con ellas fortuitamente (Richards, 2003; McKercher y du Cros, 2002). En este sentido, y dado que no contamos con un mayor detalle en la información relativa a los motivos del viaje, esta cuestión supone una limitación en el análisis. No obstante, hay dos razones que apoyan esta decisión y matizan dicha limitación. En primer lugar, y como se ha observado en otros estudios, las visitas culturales –tales como las realizadas a museos, exposiciones, exhibiciones, o las visitas al patrimonio histórico– siguen siendo la principal actividad declarada por los turistas culturales (Richards, 2001). Además, este tipo de oferta cultural ha ido evolucionando en los últimos años para ofrecer una experiencia activa donde el turista participa como cocreador de la misma, frente a experiencias más pasivas propias de épocas anteriores, y se adapta así a ofertas culturales más en línea con las nuevas demandas del turismo actual (Richards, 2011). Igualmente, la muestra que aquí se presenta incluye, en primer lugar, únicamente turistas, por lo que evita uno de los principales problemas de los estudios del turismo de visitas culturales, donde parte de los entrevistados a la salida de un museo forman parte de la población local. En segundo lugar, el análisis incluye turistas de eventos culturales, los cuales en su mayoría viajaron expresamente para acudir a los mismos, y por tanto sí reflejan un perfil más cercano a la definición estricta de turista cultural, aunque con las particularidades de un turista internacional de eventos. En este sentido, la comparación de los resultados del análisis para los turistas de eventos con aquellos de visitas culturales permitirá identificar en qué medida estas limitaciones del análisis son importantes.

Tabla 1_Afers 113_Artal & Villena

De acuerdo con la muestra, los turistas que realizan algún tipo de visita cultural son el 55% del total, mientras que los que acuden a eventos culturales suponen el 14%. Del total de turistas encuestados, el 71% declara venir por motivos de ocio, el 17% por negocio y el 12% para visitar a familiares y amigos. El perfil del turista general analizado en la tabla 1 señala una mayor presencia de varones, de edad media entre los 31 y 50 años, con un nivel de ingresos medio entre 25.000 y 75.000 euros anuales, que proviene principalmente de la Unión Europea o del resto de Europa, y en particular del Reino Unido, Alemania y Francia. Por nivel de estudios destacan los turistas con estudios terciarios –universitarios– seguidos por aquellos con estudios de educación secundaria. En comparación con el turista general que visita España, en el grupo de turistas que realizan visitas y participan en eventos culturales aumenta la proporción de mujeres, la de jóvenes menores de 30 años, la de turistas con un nivel de ingresos alto –superior a 75.000 euros anuales– y el porcentaje de turistas con estudios secundarios (que acuden a eventos culturales) o terciarios (que realizan visitas culturales). Igualmente las actividades culturales atraen, en mayor medida que al turista general, a aquellos turistas procedentes de países más lejanos como Canadá, Estados Unidos, Japón y otras partes del mundo fuera del continente europeo.

Tabla 2_Afers 113_Artal & Villena

En cuanto a las características del viaje, la tabla 2 muestra que el turista general presenta cierta fidelidad al destino: un 30% de los turistas había realizado ya entre dos y cinco visitas previas y un 50%, seis visitas o más. Por su parte, aquellos que acuden por primera vez representan el 20% de los turistas generales, lo cual es una tasa importante de nuevas visitas y muestra la capacidad de atracción de España como destino turístico internacional. Este turista general se aloja mayoritariamente en un hotel o en casa de amigos y familiares, y viaja al destino preferentemente en avión. Predominan los viajes en solitario o en pareja en el 86% de los casos, con visitas por todo el país. La estancia es preferentemente de duración media –de entre 4 y 10 días– o corta –de 1 a 3 días– para el turista general. Así mismo, los turistas de actividades culturales muestran, frente al turista general, una mayor proporción de la primera visita, casi un 50% mayor. Aumenta también el porcentaje de viajes en solitario (especialmente entre los turistas de eventos) y en pareja (en los de visitas culturales), y la estancia es más reducida en general. Los turistas de actividades culturales también visitan en mayor proporción que el turista general las regiones del norte y centro del país, incluyendo Madrid, así como Andalucía,  y en menor proporción los destinos litorales como los dos archipiélagos y la Comunidad Valenciana. En este sentido, destacan algunas diferencias interesantes entre el perfil general del turista internacional que llega a España, donde el «sol y playa» sigue siendo el producto principal y la zona litoral acumula el grueso de las visitas, y el producto cultural, que también está presente en las regiones del litoral, pero supone un producto más relevante en las zonas urbanas y la capital del país, así como en las regiones de interior en el centro y norte de España. 

Tabla 3_Afers 113_Artal & Villena

La información contenida en la tabla 3 permite observar que los turistas de ocio y aquellos que visitan a familiares y amigos realizan en mayor medida visitas culturales frente al turista de negocio, aunque estas visitas son la principal actividad de todos ellos. Otras actividades importantes para estos tres grupos de turistas son: la gastronomía, disfrutar del ocio nocturno (nightlife) y acudir a eventos culturales. Así, la cultura en sentido amplio aparece como un factor de atracción del turista de primer orden, independientemente de los años que este lleve ya viniendo a este destino en particular o los motivos por los que acuda al mismo. Este resultado es una tendencia actual identificada a escala internacional, siendo la cultura un factor de diferenciación y competitividad de los destinos turísticos muy importante (Richards, 2014). La oferta gastronómica y el ocio nocturno han sido tradicionalmente factores de atracción turística importantes en España y otros países del sur de Europa, por lo que han constituido en tiempos recientes una industria nacional altamente innovadora cuyo impacto ha traspasado fronteras. El número de turistas gastronómicos domésticos e internacionales en España se estimaba en unos siete millones de visitas anuales en 2013 según Turespaña5; así, el turismo gastronómico se consolida como una industria capaz de aportar una verdadera experiencia personal y sensorial al turista, con un crecimiento anual del 30%. En este sentido, se podría considerar a ambas –oferta gastronómica y ocio nocturno– como actividades culturales en sentido amplio, ya que permiten la difusión de las tradiciones y el folclore locales, y reportan beneficios económicos y sociales tanto a visitantes como a residentes locales (Richards, 2014; OCDE, 2014; Hjalager y Richards, 2002). Profundizando en las actividades que realiza el turista internacional en España, la tabla 4 refleja los hábitos del turista que realiza determinadas actividades durante su viaje, entre ellos: su nivel de satisfacción, patrón de gasto diario, duración de la estancia y el conocimiento del destino asociado al número de visitas anteriores. Los turistas de eventos culturales y deportivos, junto a aquellos que realizan turismo de juego y de salud, son los que presentan un nivel de satisfacción superior en comparación con el turista general. Las visitas culturales, la gastronomía, los parques temáticos y el ocio nocturno reciben una valoración inferior, aunque siguen estando por encima del nivel promedio del turista general. En lo que se refiere al gasto medio diario, los turistas que mayor gasto realizan son los de eventos y visitas culturales, gastronomía y eventos deportivos. Con niveles inferiores al gasto diario medio del turista general, se sitúan aquellos turistas que realizan actividades como el juego, el ocio nocturno o los parques temáticos. En cuanto al gasto diario por cuartiles de gasto, para la cola superior de la distribución –cuartiles tercero y cuarto–, el gasto diario es muy superior en el caso de los turistas de actividades culturales –tanto visitas como eventos–, así como en los que realizan actividades relacionadas con la gastronomía y eventos deportivos. En este sentido, se observa una amplia casuística y una elevada dispersión en el gasto para la muestra de turistas entrevistados. El nivel de gasto del turista situado en el cuarto cuartil, frente al del primero y para muchas de las actividades analizadas, es de hasta cinco veces superior, o incluso seis y siete veces para las actividades culturales y la gastronomía.

Tabla 4_Afers 113_Artal & Villena

La duración de la estancia es mayor en los turistas de juego, salud, parques temáticos y eventos culturales, deportivos y gastronomía, por encima de la asociada al turista general. La estancia del turista de visitas culturales es, sin embargo, similar a la del turista tipo. Por su parte, el turista cultural parece mostrar una menor fidelidad al destino, medida por el número de visitas anteriores, mientras que la gastronomía parece fidelizar algo más al turista, como muestra la tabla 4. En términos generales, se puede decir que el turista internacional de actividades culturales que visita España muestra una satisfacción ligeramente mayor al promedio, un gasto superior –también para actividades relacionadas con la gastronomía–, una estancia similar y una fidelidad algo inferior. En este sentido, los resultados del análisis descriptivo para España estarían inicialmente en línea con la literatura internacional, que muestra la cultura como un factor de competitividad y sostenibilidad de destinos turísticos en términos económicos y de satisfacción, aunque la oferta cultural requiere de una renovación constante para garantizar la fidelidad del turista y lograr ampliar la duración de su estancia (Richards, 2001 y 2014).

Factores que afectan a la probabilidad de ser un turista cultural

En este tercer apartado se analizan los factores que aumentan la probabilidad de ser un turista cultural en España. Siguiendo la definición empleada de turista cultural, se examinan aquí los casos del turista de visitas culturales (museos, exposiciones, exhibiciones, patrimonio histórico) y de eventos culturales. El modelo de probabilidad aplicado es un modelo probit binomial, donde la probabilidad de un evento dado se explica de acuerdo a un conjunto de factores asociados (Wooldridge, 2010). En particular, el modelo se define como: 

P (yj≠0 | xj) = ϕ (xjβ), donde ϕ es una distribución normal estándar, siendo P (yj≠0 | xj) la probabilidad de que un turista realice actividades culturales, condicionada a la existencia de un conjunto de variables explicativas (xj), que incluyen las particularidades del perfil del turista, del viaje, las actividades realizadas y las características del destino. En concreto, como variables explicativas del modelo se definen las siguientes:

  • Perfil del turista: país de residencia del visitante (principales países de la UE que visitan España, junto a Canadá, Japón, Estados Unidos, resto de Europa y resto del mundo); nivel de estudios (educación primaria, secundaria o terciaria); edad (15-30 años, 31-50 años o más de 50 años); nivel de ingresos (alto con más de 75.000 euros anuales, medio y bajo con menos de 25.000 euros anuales), y el género de los turistas.

  • Características del viaje: se incluye si es la primera visita al destino; duración de la estancia (1-3 días de estancia, 4-10 días o más de 10 días); el tipo de alojamiento utilizado (casa alquilada, casa de familiares y amigos, hotel, segunda residencia u otro tipo de alojamiento); el propósito de la visita (ocio, negocio, o visita a familiares y amigos); la temporada del viaje (estación del año); el tipo de transporte utilizado en el desplazamiento al destino (avión o coche propio, como una manera de acercarse a los turistas que vienen de lugares más cercanos y tienen mayor familiaridad con el destino particular).

  • Actividades desarrolladas en el viaje: que suelen ser un complemento de las actividades culturales, tales como la salud, gastronomía, juegos de azar, nightlife u ocio nocturno, o visita a parques temáticos. 

  • Uso de Internet: en la reserva del alojamiento o medio de transporte.

  • Nivel de satisfacción general con el viaje declarado por el turista: se define una escala Likert de 1 a 10 puntos, desde un nivel bajo de satisfacción (0-4 puntos), pasando por uno medio (5-7 puntos) y hasta un nivel alto (8-10 puntos).

  • Variables ficticias (dummies) regionales, una para cada una de las áreas geográficas definidas en el estudio: Andalucía, Comunidad Valenciana, norte (Aragón, Asturias, Galicia, Cantabria, Navarra, Rioja, País Vasco), centro (Castilla-León, Castilla-La Mancha y Extremadura), Islas Baleares, Islas Canarias, Cataluña y Madrid; con el fin de controlar por las especificidades del destino (imagen, atributos, marca de destino) y observar cómo evoluciona la probabilidad de ser un turista de actividades culturales a lo largo de la geografía española. 

El número de observaciones de la muestra es de 177.720 después de depurar valores extremos y restringir la estancia a un máximo de 30 días para evitar observaciones de turistas atípicos. El período de análisis comprende el año 2013 y los resultados de la estimación se presentan en la tabla 5 en términos de efectos marginales de las variables individuales y su correspondiente nivel de significación. Dichos efectos permiten observar cómo afecta una variación porcentual de cada variable explicativa del modelo a la variable explicada, es decir, a la probabilidad de realizar visitas o asistir a eventos culturales. De igual manera, para evitar colinealidad perfecta en este tipo de modelos, se define una categoría de referencia frente a cuyo perfil en términos relativos se presentan el resto de resultados en las tablas, como es habitual en este tipo de análisis. Esto no supone dejar ninguna parte de la muestra fuera del análisis, sino que lo convierte en un análisis relativo a la categoría de referencia, donde el valor del coeficiente asociado a cada variable explicativa señala cómo evoluciona la probabilidad de ser un turista de actividades culturales si se intercambia el perfil del turista de referencia por el asociado a la citada variable explicativa, manteniendo ceteris paribus el resto de variables del modelo. En este modelo, la categoría de referencia se define como «un turista procedente del resto del mundo (extraeuropeo fundamentalmente), con educación terciaria, mayor de 50 años, con un buen nivel de ingresos medio, varón, que no acude por primera vez a este destino, permanece hasta tres días allí, se aloja en un hotel, viene por motivo ocio, durante la temporada de otoño, en avión, tiene un nivel de satisfacción general con su viaje muy alto y visita la región de Cataluña». Las variables de actividades realizadas y uso de Internet en la preparación del viaje se leen como variables directas, sin categoría de referencia alguna.

Como muestra la tabla 5, en términos generales, el modelo se comporta bastante bien, con una significatividad conjunta del 100% en su p-valor (Wald-Chi test); el método de estimación incluye errores robustos a heterocedasticidad, y casi todas las variables explicativas aparecen como significativas al 99%. El modelo no parece presentar problemas de multicolinealidad, pese al elevado número de explicativas presentes, tal y como señala la tabla adjunta relativa al factor de inflación de la varianza (VIF), con valores todos ellos por debajo de 2 y un VIF promedio de 1,31 (Wooldridge, 2010). Resaltamos en negrita el valor de los coeficientes de aquellas variables que parecen jugar un papel más relevante, positivo o negativo, sobre la probabilidad de ser un turista que realiza visitas o asiste a eventos  culturales. En el caso de las visitas culturales, los principales factores que aumentan dicha probabilidad, en este orden, son: el hecho de ser un turista de fuera de Europa; de primera visita; que usa Internet para reservar su alojamiento; que visita Madrid, el norte o el centro de España; realiza actividades complementarias de salud y gastronomía, y se aloja en una casa alquilada. Por su parte, frente a la categoría de referencia, la probabilidad de realizar visitas culturales se reduce ampliamente en el caso de ser turista de negocios, tener un nivel de estudios primarios únicamente, acudir a la segunda residencia, venir del Reino Unido, tener un nivel de ingresos bajo, un nivel bajo de satisfacción con el viaje, y acudir a las regiones del litoral de España, en particular a Valencia, Baleares y Canarias.

En general, de acuerdo a los resultados del modelo cuantitativo, se observa que el turismo de visitas culturales es un factor de atracción importante de los turistas de países y zonas lejanas, y que supone un factor de especialización y competitividad mayor en las regiones del centro y norte de la España no mediterránea. También es capaz de captar nuevos visitantes que llegan a España por primera vez; estos representan alrededor de un 30% de la muestra del turista cultural, como cabe recordar, y el turismo cultural es un producto que presenta complementariedades con actividades de futuro en claro auge como el turismo de salud y gastronómico. Así mismo, permite cierta desestacionalización de la demanda al mostrar una probabilidad mayor de la visita cultural durante los meses fuera del verano. Todas estas cuestiones estarían aumentando sin duda la sostenibilidad del destino turístico, tanto desde el punto vista de los ingresos económicos, como de la calidad de las relaciones con los residentes, al tener mayor nivel educativo, mayor satisfacción con su viaje y acudir a algunos destinos con menor afluencia relativa de turistas en el centro y norte de España. Además, las visitas culturales atraen en mayor proporción a turistas femeninas, frente al turismo general que llega a España, y con una estancia levemente menor al turista de sol y playa familiar que predomina en verano, lo cual también aporta datos para las actividades de promoción de este producto cultural y de los destinos en particular. Igualmente, se encuentra más relacionado con alojamientos colectivos como el hotel y las casas de alquiler, y con el turismo de ocio, aunque está presente también en las visitas de negocios y por motivos personales. Por último, los turistas de visitas culturales muestran un uso creciente de las nuevas tecnologías en sus actividades de búsqueda de información sobre el viaje, lo que abre nuevas oportunidades de promoción y difusión del destino.

En el caso de los turistas de eventos culturales, cabe comentar ciertas diferencias frente a los resultados del modelo de visitas culturales. En particular, parece que la distancia geográfica entre la residencia del turista y el destino no es un factor tan relevante en la atracción de turistas a eventos como en el caso de las visitas culturales, aunque sigue jugando un papel importante. También se observa para los eventos culturales una menor capacidad de atracción de turistas alemanes y franceses, algunos de los principales visitantes de España, junto a turistas japoneses y estadounidenses con elevada elasticidad en el caso de las visitas culturales. Los turistas más jóvenes ganan cierta significatividad como potenciales usuarios de eventos culturales, al igual que aumenta la capacidad de atracción de turistas de un nivel alto de ingresos, superior a 75.000 euros anuales. El alojamiento pierde cierta relevancia como factor explicativo, en especial para los turistas de segunda residencia, y aumenta la probabilidad de participación por parte del turista de negocios y de visitas familiares, así como de aquellos que vienen durante la época de verano. Las actividades de salud, juego y ocio nocturno están bastante correlacionadas con los eventos culturales, mientras la gastronomía pierde capacidad de atracción. El turista con estudios terciarios sigue siendo el que presenta mayor probabilidad de acudir a eventos, en línea con las visitas culturales; Internet no resulta tan relevante, aunque juega todavía un papel significativo, y las regiones más relacionadas con estas actividades son Andalucía, así como las del norte y centro de España y la capital del país, con Valencia y Baleares ganando peso como receptoras de eventos culturales.

Los resultados del modelo parecen indicar la relevancia que los eventos culturales han venido adquiriendo en el conjunto de destinos nacionales como factor de atracción de turistas extranjeros, aunque provenientes de países relativamente más cercanos. Son además capaces de atraer a un sector algo más joven que las visitas culturales, con un poder adquisitivo levemente mayor, y con una gama más amplia de motivos, como el ocio, el negocio o la visita personal. Dichos turistas de eventos culturales acuden en mayor medida al conjunto de regiones de España –sean litorales o de interior– con una distribución de la visita más equilibrada durante todas las estaciones del año respecto a las visitas culturales. Se observan también diferencias entre ambos tipos de turistas culturales en la participación, pues las visitas culturales son una actividad realizada por más de la mitad de los turistas que visitan España, mientras los eventos tan solo por el 14% de los mismos. Sin embargo, ambos visitantes comparten características del turista cultural y del turista de ocio. Por ejemplo, de acuerdo con otros estudios, el turismo cultural atrae significativamente al colectivo de jóvenes, como observamos en el caso del turismo de eventos culturales en España, mientras que el turista de visitas culturales de nuestra muestra presenta un perfil de edad más parecido al turista de ocio que visita España, lo que parece indicar que el turista de visitas culturales realiza dicha actividad como una más de su viaje, aunque quizás acabe siendo una de las actividades más relevantes en el actual turismo de masas (Richards, 2014). El nivel de estudios es elevado en visitas y eventos culturales, aunque algo inferior en el turismo de eventos, dado el carácter de espectáculo que esta actividad lleva asociado, frente a las visitas a museos o al patrimonio histórico, que siguen presentando un carácter de alta cultura como apunta la literatura. Acudir a espectáculos es obviamente una actividad que atrae a turistas de regiones y países más cercanos, pues los de destinos más lejanos no planifican, sino excepcionalmente, el acudir a estas actividades desde tan lejos. Sin embargo, las visitas culturales son capaces de atraer turistas de destinos muy lejanos, siendo un activo fundamental también para captar continuamente un buen número de nuevos visitantes cada año. Además estos nuevos turistas son más sostenibles que los de sol y playa, pues gastan más, permanecen un tiempo menor y se declaran más satisfechos. 

Tabla 5_Afers 113_Artal & Villena

Notas:

1- Véase: www.encatc.org/culturalheritagecountsforeurope 

2- Véase: European Comission. «Sustainable tourism» (en línea) http://ec.europa.eu/growth/sectors/tourism/offer/sustainable/index_en.htm

3- El Proyecto de investigación cultural ATLAS fue lanzado en 1991, con el apoyo de la DGXXIII de la Comisión Europea. La investigación originalmente se centró en recopilar información sobre los visitantes de atracciones culturales en el territorio de la Unión Europea, aunque en la actualidad su ámbito de análisis ha venido creciendo y se ha convertido en un estudio sobre el turismo cultural en Europa. Para más información véase: http://www.tram-research.com/atlas/aboutproject.htm 

 5- Véase: http://www.europapress.es/turismo/nacional/noticia-turismo-gastronomico-atrae-74-millones-visitantes-internacionales-20140216095937.html 

Palabras clave: turismo cultural, modelos probit, España, gestión de destinos, sostenibilidad

https://doi.org/10.24241/rcai.2016.113.2.123