Ernest Urtasun: "Europa necesita un relato compartido en positivo de la crisis de los refugiados"

Anna Terrón, exsecretaria de Estado de Inmigración y Emigración, y Ernest Urtasun, diputado en el Parlamento Europeo (ICV), conversaron en CIDOB sobre cómo está respondiendo Europa a la crisis de los refugiados.
El pasado viernes 16 de octubre CIDOB ofreció en el marco de su ciclo "¿Qué pasa en el mundo?" la segunda sesión de debate sobre la crisis de los refugiados con el foco puesto en la respuesta europea y en cómo esta crisis pone de manifiesto algunas de las contradicciones y tensiones del proceso de construcción europea.
El debate tuvo lugar un día después de la última reunión del Consejo Europeo con la cuestión de los refugiados como principal punto del orden del día. "Han hecho falta cuatro cumbres para llegar a unas conclusiones deficientes y con el acento puesto en el control sobre el flujo de refugiados". Con este argumento, Pol Morillas, investigador de CIDOB para Europa, iniciaba el debate y ponía sobre la mesa si la crisis de los refugiados está poniendo en cuestión los valores europeos.
Ernest Urtasun, diputado en el Parlamento Europeo (ICV), consideraba que estas conclusiones del Consejo Europeo en las que "sólo se habla de retorno" ponían de manifiesto el viraje de la posición europea en materia de refugio. "Si en verano el foco estaba puesto en que hacíamos y en los mecanismos de reubicación y reasentamiento" –explicaba Urtasun– ahora que la presión mediática ha disminuido sólo se habla de "no tocar el Convenio de Dublín; de no asumir un mecanismo permanente para la reubicación y de garantizar el retorno". Urtasun también señaló el plan de acción conjunto de la UE con los países terceros, y más concretamente con Turquía, como una medida para "evitar que los refugiados lleguen a Europa".
Para Anna Terrón, exsecretaria de Estado de Inmigración y Emigración, lo más interesante de las conclusiones del Consejo Europeo es "lo que no dicen" y recriminó a los líderes europeos estar más pendientes de la narrativa que sobre la crisis de los refugiados se ofrece a la ciudadanía europea –una ciudadanía golpeada por las imágenes aparecidas en los medios de comunicación–, que en resolver la propia crisis. Anna Terrón pedía un impulso político común en materia de asilo y migraciones que permitiera unos mecanismos de acción conjunta. "La falta de una respuesta sólida ante esta crisis es el que ha generado más tensiones sobre el acuerdo de Schengen", argumentó Terrón, quien también apuntó este giro en el discurso de la UE sobre la cuestión de los refugiados aludiendo a las últimas declaraciones de Angela Merkel en las que hablaba de que "el retorno es posible" y que en opinión de Terrón son fruto de las presiones internas a las que se ha visto sometida la canciller alemana.
Anna Terrón puso de manifiesto que en estos momentos en materia de asilo lo que hay es "un sistema nacional con normas europeas" y que el actual modelo –según el cual el país responsable del asilo será el primero que pise el refugiado– fomenta el incumplimiento de la norma por parte de los Estados y de los propios peticionarios de asilo. "Cuando un refugiado llama a las puertas de Europa no se le abre una puerta europea, se le cierran 27" sentenció Terrón.
La incapacidad de la UE para establecer una normativa común sobre cómo se han de acoger a los refugiados y resolver las demandas de asilo, y sobre los estándares de protección internacional de los refugiados son una muestra de "la falta de más Europa". Para Terrón esta crisis no puede ser sólo abordada como una cuestión de seguridad y desde los ministerios del interior de los 28 Estados y ponía como ejemplo las imágenes de los refugiados recorriendo los campos de Hungría.
Ernest Urtasun reclamaba analizar los instrumentos jurídicos ya existentes –el Convenio Europeo de Derechos Humanos de 1950, la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, FRONTEX, el acuerdo de Schengen de 1985– y ver de qué manera se están utilizando. Las devoluciones en caliente en las costas de Grecia y en Ceuta y Melilla; las actuaciones de la policía húngara sobre los refugiados; el cierre de las fronteras entre Alemania y Austria son ejemplos del incumplimiento de estas normas. "Están en peligro los fundamentos propios de la UE" señalaba Urtasun con especial referencia a la libre circulación de personas.
Turquía, ¿nueva frontera europea?
En relación a los acuerdos con terceros Estados, Turquía se convierte en un país clave para contener los flujos de refugiados que llegan a Europa y fortalecer su papel como frontera. Este país tiene una población de 80 millones de habitantes y acoge dos millones de asilados. Pero sobre la relación entre la UE y Turquía planea la sombra de la duda en relación con los posibles motivos implícitos de este acuerdo a unos días de que Turquía celebre elecciones legislativas. La asignación de tres mil millones de euros para afrontar la llegada de más refugiados, la liberalización de visados para los ciudadanos turcos y las negociaciones para acelerar el ingreso de Turquía en la UE están sobre la mesa de negociaciones. Lo que se está haciendo con Turquía "es poner un tapón" denunciaba Urtasun quien también se mostraba preocupado con la gestión de los hotspots en Grecia e Italia. Estos puntos de llegada comunitarios con capacidad de tramitar solicitudes pero que para Urtasun pueden acabar convirtiéndose en campos de detención desde donde se propicie el retorno.
La crisis de los refugiados ha puesto de manifiesto que no se pueden "aislar los conflictos" y que en estos momentos la seguridad exterior e interior están íntimamente relacionadas. Anna Terrón pedía ir más allá de la crisis actual y consideraba necesario abordar las relaciones con los países terceros de forma global y conjunta, establecer con ellos un diálogo que incluya migración y asilo como elementos importantes y dotar de instrumentos de gestión a estos países para hacer frente a los flujos de personas.
Una Europa debilitada por continuas crisis
El proyecto europeo se ha visto nuevamente desbordado por una crisis que ha provocado tensiones entre el Este y el Oeste de la Unión Europea con los Estados del Visegrado –República Checa, Eslovaquia, Polonia, Hungría– en contra de las cuotas obligatorias para distribuir a los refugiados. A pesar de esta fractura, Urtasun prefirió hablar de "responsabilidades compartidas" y puso el ejemplo de España, que bloqueó el sistema de salvamento marítimo Mare Nostrum, o el de Dinamarca, que colocó anuncios en periódicos del Líbano intentando disuadir la llegada de más refugiados a su territorio.
"Esta crisis ha debilitado Europa interna y externamente" aseguraba Terrón. El hecho de que Europa con unos 500 millones de población no sea capaz de acoger 500.000 personas "debilita profundamente la capacidad negociadora de la UE hacia terceros países". A nivel interno, "la falta de voluntad por parte de los Estados de ceder más soberanía y los discursos nacionalistas xenófobos son las principales causas de algunos debates tóxicos que sólo sirven para tensar y que acaban normalizando los discursos de la extrema derecha europea", alertó Urtasun. Anna Terrón llamó a romper esta dinámica, mientras que Urtasun "pedía construir un relato alternativo en positivo de la crisis de los refugiados" como por ejemplo habían hecho las ciudades de Barcelona y Madrid con sus correspondientes alcaldesas a la cabeza.
En el tiempo de debate con la audiencia se trataron cuestiones como el incumplimiento por parte del Estado español de la directiva de acogida y regreso; la directiva de protección subsidiaria y el protocolo concreto para los menores no acompañados que se activa en estas situaciones, entre otros.
Este especial ciclo "¿Qué pasa en el mundo?" Se cerrará con la tercera y última sesión sobre "¿Cómo se acoge a los refugiados que llegan?", en una fecha aún por determinar, dedicada a la primera acogida y la posterior integración de los refugiados