Egipto en la encrucijada
El 23 y 24 de noviembre se celebró un seminario sobre el Egipto contemporáneo, organizado conjuntamente por CIDOB y el Arab Forum for Alternatives. Este seminario estuvo estructurado en un doble formato: un debate público y una sesión a puerta cerrada que contó con la participación de expertos egipcios e internacionales.
El 23 y 24 de noviembre se celebró un seminario sobre el Egipto contemporáneo, organizado conjuntamente por CIDOB y el Arab Forum for Alternatives. Este seminario estuvo estructurado en un doble formato: un debate público y una sesión a puerta cerrada que contó con la participación de expertos egipcios e internacionales. El debate público se tituló “Hacia dónde se dirige Egipto”.
A esta pregunta intentaron dar respuesta Amr El Shoubaki, presidente del Arab Forum for Alternatives, y Gema Martín Múñoz, directora de Casa Árabe. En primer lugar, y para facilitar la comprensión de las dinámicas que afectan el panorama egipcio actual, Amr El Shoubaki familiarizó al público con las reformas y las transformaciones que Egipto ha ido experimentando, principalmente desde la revolución de 1952. Asimismo, resaltó el mapa político egipcio, describiendo tanto los actores reformistas como aquellos que se resisten a todo cambio. Gema Martín, por su parte, abordó la dimensión interna, el papel de Egipto en la dinámica regional y el posicionamiento de Europa y de la Comunidad Internacional respecto al futuro de Egipto. Abogó por la inclusión de todos los actores en el plano político y de la necesidad de otorgar un papel clave a las reformas políticas que necesitan llevarse a cabo en el país.
En el debate, el mayor protagonismo se otorgó a cuestiones como la sucesión de Mubarak, la secularización o la inclusión de los Hermanos Musulmanes en el mapa político. En el seminario, los expertos reunidos se centraron en responder qué se entendía por reforma y quiénes eran los actores proclives y reacios al cambio en el Egipto contemporáneo. Se analizaron las dinámicas políticas, económicas y sociales de Egipto, así como la influencia de los factores externos.
Se concluyó que era necesario fomentar una transformación que emanara de la propia sociedad egipcia, que debían tejerse lazos entre los sectores reformistas del régimen y los líderes de las protestas políticas y sociales. También se abordó el papel ambivalente que pueden tener las presiones internacionales y la necesidad de que el proceso de apertura sea el resultado de dinámicas endógenas. Asimismo, se resaltó el papel que desempeña el factor religioso, el imperativo de apostar por la educación y la cultura, así como la necesidad de que haya una mayor implicación y compromiso por parte de los jóvenes.