“Debemos ser conscientes de que Afganistán es una misión a largo plazo”

CIDOB reunió a destacados representantes de la misión internacional en Afganistán, así como a miembros del Gobierno y sociedad afgana, para analizar la situación del país, centrándose en el papel de España.

“Para que no gane la frustración en Afganistán debemos ser conscientes de que esta es una misión a largo plazo”. En estos términos planteó Pablo Yuste, coordinador de la Agencia de Cooperación Internacional para Afganistán del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, el compromiso de España y de la comunidad internacional en el país asiático durante el seminario Afganistán a debate, organizado por la Fundación CIDOB, en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) y Casa Asia. Con el objetivo de analizar la situación en Afganistán, con especial atención al papel que allí juega España y la comunidad internacional, el seminario reunió a destacados representantes de la acción exterior española, a altos funcionarios internacionales, a exponentes de la sociedad civil internacional y a representantes del Gobierno y de la sociedad afgana. Los participantes presentaron algunos de los principales avances que ha experimentado el país durante los últimos cinco años. 

Destacaron aspectos como la progresiva consolidación institucional, el mantenimiento del compromiso internacional o la permanencia del apoyo local, este último un elemento clave que para los conferenciantes se debe tener en cuenta permanentemente y sin el cual la presencia internacional no sería posible. Como retos más destacados, se enfatizó la necesidad de avanzar en la progresiva consolidación de las instituciones y en la de “afganizar” en mayor medida el proceso, siendo ya reseñable el protagonismo local en las Fuerzas Armadas. Asimismo se subrayó la necesidad de mejorar el funcionamiento de las estructuras estatales (entre lo que destaca la nueva misión de la Unión Europea para fortalecer la policía) y la de potenciar la dimensión regional del trabajo con Afganistán. Para lograrlo, los ponentes propusieron potenciar el diálogo con Pakistán, Irán, China, Rusia y con los países de Asia Central. También se trataron cuestiones pendientes, como la corrupción, la pobreza y la lucha contra el narcotráfico. Además, se propuso el nombramiento de un alto representante internacional que visibilice la misión política y civil en el país.

 Según coincidieron los ponentes, esta nueva figura ayudaría a mantener las adhesiones y haría más consciente a escala internacional y local lo complejo de la labor a desempeñar, que además debe entenderse de largo recorrido, sin levantar falsas expectativas ni plazos irreales. Y, en el aspecto militar, junto a la necesidad de evitar las bajas civiles en las acciones armadas contra los talibanes, se recalcó la interdependencia entre seguridad y desarrollo, para lo que constituyen una referencia los Equipos de Reconstrucción Provinciales (PRT). Además, se remarcó el error de visión en el despliegue internacional, al focalizarse al inicio de la intervención en las instituciones políticas, desatendiendo en parte el buen funcionamiento de las estructuras administrativas, sin lograr un desarme efectivo ni el despliegue de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF) más allá de Kabul.

 En cualquier caso, el propio representante especial de la UE, Francesc Vendrell, desestimó la autoridad moral de la mayor parte de estados europeos para emitir críticas a Estados Unidos. Para Vendrell éstas no van parejas a la asunción de responsabilidades y de riesgos, concentrados en las regiones del sur del país en las que sí están países como EEUU, el Reino Unido, Canadá u Holanda. Por otra parte, Vendrell recalcó que la situación es de conflicto, y no de post-conflicto como a veces se da a entender. Por otro lado, el periodista Ahmed Rashid consideró una ingenuidad querer minimizar los riesgos de la misión internacional, ya que no se le debería pedir a un ejército que se desplazase allí donde no se le necesita, del mismo modo que no se concibe que unos bomberos se nieguen a acudir a un incendio, según la comparación que el ponente trazó para representar el fracaso de los europeos al informar sobre su papel en Afganistán. También se afirmó que la excesiva rotación del personal internacional es una dificultad añadida y se recalcó que la responsabilidad final está en manos de los afganos. 

En esta línea, las ponentes procedentes de Afganistán añadieron que la falta de una estrategia global y la escasa coordinación entre las diferentes agencias internacionales también constituye un serio problema y un riesgo de desaliento para la población. Por último, se destacaron importantes avances en las condiciones de salud; se expusieron importantes retos para la consecución del imperio de la ley y de los derechos humanos; se detectaron lagunas en el conocimiento generalizado de sus principios e importantes privaciones en educación, justicia y sanidad, destacando a las mujeres, los niños y las personas con discapacidad como los grupos más vulnerables. Por último, se constataron avances en la situación de la mujer, por lo que respecta a la consciencia de sus derechos, aunque se denunció la grave violencia y desprotección que persiste en el país asiático.