Alonso excluye el unilateralismo como forma de actuación en el Mediterráneo
El ministro de defensa español participó, en el Palacio de Pedralbes, en el V Seminario Internacional sobre Seguridad y Defensa en el Mediterráneo, organizado por la Fundación CIDOB y la Dirección General de Relaciones Institucionales del Ministerio de Defensa.
El ministro de defensa español participó en el V Seminario Internacional sobre Seguridad y Defensa en el Mediterráneo organizado anualmente por la Fundación CIDOB y la Dirección General de Relaciones Institucionales del Ministerio de Defensa en el Palacio de Pedralbes. José Antonio Alonso enfatizó la relevancia de que las cuestiones sobre seguridad y defensa del Mediterráneo se aborden de forma multilateral, recordando la Estrategia Europea de Seguridad, también llamada Documento Solana (2003). “Reafirmamos nuestro convencimiento sobre el fracaso de las acciones unilaterales en asuntos de seguridad y defensa. Apostamos por el multilateralismo, ya que ningún país puede afrontar en solitario acciones de defensa que persigan un mundo más justo y más unido”. Alonso también destacó los retos a los que se enfrenta la asociación Euromediterránea, tras cumplirse los diez primeros años del Proceso de Barcelona.
El ministro de Defensa advirtió de las “consecuencias negativas que para ambas orillas tendría vivir de espaldas, enfrentados o con relaciones no respetuosas o equilibradas”, pues el Mediterráneo es un todo interrelacional y “es imposible compartimentar los asuntos de paz y seguridad por motivos geográficos”.Además, Alonso también definió el papel que debe jugar España en el escenario Mediterráneo. “Hay que arrimar el hombro en esta zona estratégicamente tan importante para nosotros y, en general, para el mundo en el que vivimos”.Entre algunos de sus objetivos, el seminario se constituyó como una plataforma de acción común para revisar y aportar propuestas sobre el papel de la Unión Europea en la gestión y prevención de conflictos. Alonso cree que la UE necesita tiempo. “Europa no está en crisis, sino en obras. También vivimos en un nuevo mundo en obras y hay que construirlo paso a paso”.
En su quinta edición, y siguiendo la línea de las anteriores, este seminario se convirtió en una plataforma para informar a los presentes de las principales acciones en materia de seguridad y defensa desarrolladas por diversos actores.
Así, el embajador Pablo Benavides repasó las acciones emprendidas por el diálogo mediterráneo de la OTAN. Por su parte, el contra-almirante francés Jean François Coustillière hizo lo propio con el 5 + 5. A su vez, el embajador Máximo Cajal presentó una iniciativa más reciente, la Alianza de Civilizaciones. Además, el académico belga Sven Biscop hizo un balance de las limitaciones y capacidades de la PESD (Política Exterior y de Seguridad Común). Y, finalmente, las novedades del Proceso de Barcelona fueron abordadas por el director general de Política de Defensa, Rafael Dezcallar y por el embajador Juan Prat.Como novedad, este seminario aportó un espacio a actores de terreno, para que pudieran compartir con los representantes gubernamentales, académicos y miembros de la sociedad civil sus experiencias de cooperación en escenarios tan distintos como Bosnia, Palestina y Líbano. La académica turca Pinar Bilgin, que intentó reconciliar teoría y práctica, propuso la creación de un concepto común de seguridad en el Mediterráneo, fundamentado en la existencia de unas inseguridades compartidas.
En esta edición también se incorporó una dimensión de trabajo en comité. Divididos en tres grupos, los asistentes debatieron sobre energía, cooperación en control de flujos migratorios y gobernanza, tres retos urgentes para la seguridad multidimensional del Mediterráneo. Sobre la cuestión energética, se concluyó que si la UE se había fundamentado en la necesidad de poner en común el acero y el carbón, la integración del Mediterráneo podría hacerse en base a dos recursos escasos: el agua y la energía. Además, se analizaron las posibilidades de cooperación en el marco de Frontex, subrayando las causas profundas de unos movimientos humanos que no sólo desbordan el área mediterránea, sino que hunden sus raíces en el corazón del continente africano y asiático.
Finalmente, se discutió sobre el alcance del concepto de governanza y de su lazo con la promoción democrática y el respeto de los derechos humanos, resaltando algunas de las asignaturas pendientes en la región como la reforma del sector de seguridad o el papel de los medios de comunicación. Como afirmó Narcís Serra, presidente de la Fundación CIDOB, “el seminario nace con la voluntad de consolidarse como un marco de información, reflexión y debate ineludible para la seguridad en el Mediterráneo”. Y, en palabras de Celia Abenza, directora general de Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa, el encuentro resultó “un éxito”.El seminario contó con más de 150 expertos civiles y militares, académicos y representantes gubernamentales, procedentes de países europeos, del Mediterráneo y de la OTAN. Este acto reemprende un espacio de diálogo para discutir y favorecer la adopción de estrategias de cooperación, a raíz de una iniciativa que nació en 2002 entre la Fundación CIDOB y el Ministerio Español de Defensa, en el marco de la presidencia española de la Unión Europea.