Zohran Mamdani
Alcalde electo de Nueva York (2025)
Editado por: Roberto Ortiz de Zárate Arce
La elección del izquierdista Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York el 4 de noviembre de 2025 ha generado una expectación global por varias razones interconectadas. En primer lugar, llama la atención el perfil, harto sui géneris y rompiendo moldes, de esta nueva estrella de la política de Estados Unidos: miembro del ala socialista del Partido Demócrata, musulmán shií, propalestino, de ascendencia india, nacido en África, ciudadano estadounidense tan solo desde 2018, ex rapero y, con 34 años recién cumplidos, muy joven para estas lides. A lo que se suma un estilo carismático, un discurso combativo y una gran habilidad comunicativa, valiéndose de oratoria emocional y directa. Él se ha descrito como un "inmigrante musulmán progresista que lucha por las cosas en las que cree".
Y segundo, porque su triunfo sobre el ex gobernador del estado (y rival en las primarias demócratas) Andrew Cuomo es un catalizador de la oposición de su partido a la presidencia de Donald Trump, cuyo republicanismo MAGA ostenta la mayoría en las dos cámaras del Congreso. Aunque durante su mandato municipal no será un actor de la política federal, la llegada de Mamdani a la Alcaldía neoyorkina, enmarcada en un rosario de triunfos azules en una veintena de importantes plazas de poder municipal y estatal, calienta los preparativos de las elecciones legislativas midterm de noviembre de 2026, que el trumpismo afronta con señales de desgaste y pérdida de apoyos.
Para Trump y los republicanos, Mamdani, panegirista de la sociedad mestiza y multirracial, es un extremista y un populista nocivo que representa lo opuesto a los genes norteamericanos. Para sus partidarios, es una alternativa necesaria, un defensor de la clase trabajadora frente a plutócratas y corporaciones, la reducción de las brechas sociales y la asequibilidad urbana. El 1 de enero de 2026 Mamdani, fenómeno inesperado y disruptivo de una izquierda woke replanteada, sucederá en el consistorio al también demócrata Eric Adams, objeto de una imputación federal por presuntos soborno y fraude y que, pese a levantársele los cargos, desistió de presentarse a la reelección.
(Texto actualizado hasta 26 noviembre 2025).
BIOGRAFÍA
Perfil en contexto
Mamdani se anotó en noviembre de 2025 el 50,4% de los votos. Sin embargo, el 40% de participación —un volumen bajo, aunque el mayor en 24 años y 16 puntos superior al registrado en 2021, cuando la elección de Adams— implica que solo la quinta parte de los electores censados se decantó por él, lo que no es precisamente una aclamación popular, aunque sí cabe hablar de una movilización histórica de nuevos votantes, reconectados por Mamdani para la acción política. Se trata de jóvenes y menores de 35 años descontentos y con ánimos de rebeldía que, en otras circunstancias o con otro candidato, probablemente no se habrían inscrito para ejercer su derecho al voto.
La campaña proselitista de Mamdani rompió récords en los anales de Nueva York: una operación de base masiva que involucró a decenas de miles de voluntarios y a cientos de miles de pequeños donantes individuales. A los fondos de campaña de Cuomo contribuyeron generosamente conocidos magnates corporativos, ejecutivos de finanzas, ricos herederos, promotores inmobiliarios y lobbies conservadores. Con Mamdani, quien fuera consejero anti-desahucios, se volcaron los activistas grassroots hostiles a las élites. En total, Cuomo recaudó para su precampaña y su campaña 68 millones de dólares, frente a los 19 millones idos a Mamdani. Cada voto recibido le costó 76 dólares al primero y menos de 18 dólares al segundo.
Trump amenazó con cortarle los fondos federales a la ciudad más populosa de Estados Unidos si Mamdani, favorito en las encuestas, resultaba elegido. El presidente salió a respaldar al moderado Cuomo, registrado como independiente y receptor del 41,6% de los sufragios, y no al aspirante republicano, Curtis Silwa, quien solo recabó un 7,1% de apoyos.
"Usaré todas las herramientas disponibles para reducir el alquiler, crear un transporte público de primera clase y hacer más fácil sostener a una familia", proclama el alcalde electo, firmante de un programa con un marcado carácter progresista y social. Para los republicanos y los diversos sectores del conservadurismo y la derecha, Mamdani, con un currículum muy corto y modesto, es un izquierdista radical y un anticapitalista explícito cuyo populismo anti-establishment y el islamismo militante que le atribuyen son veneno para la economía y para la misma identidad nacional de Estados Unidos.
El ala moderada de su propia formación y muchos demócratas clásicos también advierten elementos radicales, extremos o "utópicos" en el plan y el ideario de Mamdani, quien en su campaña no ha hecho concesiones pragmáticas o guiños centristas. Aunque él no ha formulado expresamente este lema, la expresión "arriba con la asequibilidad, abajo con los billonarios" suele citarse como epítome de su plataforma incisiva en los servicios públicos financiados con impuestos a los ricos, como el núcleo de su mensaje transformador contra la desigualdad económica creciente. En entrevistas, ha afirmado polémicamente que "los billonarios no deberían existir".
Mamdani no se quedado tampoco corto en los epítetos contra sus adversarios: ha venido calificando a Trump de "déspota" y acusándole de ejecutar una agenda "fascista" que fractura la sociedad y amenaza las instituciones democráticas. También, ha desmentido categóricamente las imputaciones de antisemitismo, que presenta como ataques islamófobos contra su persona, alegando que ser muy crítico con Israel por actuaciones de su Gobierno como la guerra de Gaza, para él un genocidio contra el pueblo palestino, no equivale a odio contra los judíos; varios de sus colaboradores clave son, precisamente, judíos, y se estima que un tercio de los judíos neoyorkinos le han dado su voto.
En esta encendida controversia, atizada por políticos israelíes del Gobierno de Netanyahu, Mamdani ha recibido reproches también por no censurar sin reservas a Hamás como una organización terrorista, si bien condenó sus ataques de octubre de 2023 como un crimen de guerra. En cuanto a la guerra de Ucrania, el estadounidense no se ha pronunciado. Aunque ha asegurado que, como alcalde, acatará las órdenes de la Corte Penal Internacional y hará lo posible para que Putin y Netanyahu sean detenidos si ponen pie en Nueva York, ciudad que respeta el "derecho internacional".
Todo este cruce de acusaciones acontece en un contexto altamente tensionado por las políticas migratorias duras del Gobierno y las redadas masivas de indocumentados, el aumento del coste de la vida, las deudas, los problemas sanitarios y las desigualdades, los tira y afloja en la financiación de ciudades y estados, el reciente cierre de la administración federal durante más de un mes por los desacuerdos presupuestarios entre republicanos y demócratas en el Capitolio, y, en suma, la polarización instalada a todos los niveles en el país norteamericano, que vive tiempos divisivos y crispados.
Con todo, las dos máximas encarnaciones, desde bandos contrapuestos, de esta fase de la guerra político-cultural que se libra en Estados Unidos hicieron una cortés tregua el 21 de noviembre, cuando el presidente recibió en la Casa Blanca al edil 45 años más joven y ambos expresaron su deseo de un buen entendimiento institucional, además de reconocer su "amor compartido" por Nueva York. La escenificación de buenas maneras en el Despacho Oval llegó después de tachar Trump a Mamdani de "completo loco" y "lunático 100% comunista", y de afirmar Mamdani sobre sí mismo, orgullosamente, que era "la peor pesadilla" de Trump.
En su discurso de la victoria, donde nombró ocho veces al presidente para ponerle en mal lugar y empleó abundante retórica fusionando las políticas municipal y nacional como si fueran una única gran lucha, el nuevo alcalde dijo: "Puedo ver el amanecer de un día mejor para la humanidad (…) El futuro está en nuestras manos. Hemos derribado una dinastía política (…) La esperanza está viva (…) En este momento de oscuridad política, Nueva York es la luz (…) Juntos daremos inicio a una generación de cambio (…) Podremos responder a la oligarquía y al autoritarismo con la fuerza que les asusta, no con la complacencia que anhelan (…) Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes".
Lo sucedido en Nueva York alimenta las especulaciones sobre el futuro del treintañero Mamdani en el seno del Partido Demócrata, noqueado en las elecciones generales de 2024 y carente de un liderazgo personal que se acerque a la envergadura de Trump en el Partido Republicano. Desde que lanzó su apuesta por la Alcaldía, Mamdani ha contado con el apoyo incondicional del senador Bernie Sanders, mentor ideológico del socialismo democrático, y de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, el otro rostro destacado de la izquierda del Partido Demócrata.
The Squad, el grupo de mujeres jóvenes, progresistas y de minorías étnicas del democratismo, también está con él. Aunque ha sido asambleísta estatal en el último lustro, Mamdani carece de experiencia ejecutiva y esta va a ser su primera responsabilidad pública de calado, una bisoñez que sus detractores no dejan de subrayar.
Carrera política meteórica
Los orígenes familiares del 111º alcalde de Nueva York evocan los perfiles de Rishi Sunak y Sadiq Khan en el Reino Unido, e incluso, sin salir de Estados Unidos, al mismo Barack Obama. Casos todos ellos de migraciones entre continentes que, en la siguiente generación familiar, culminan en posiciones de poder político en sociedades multiculturales del Norte occidental. O visto de otra manera, ejemplos de cómo la diversidad inmigrante ha enriquecido la política en democracias del ámbito anglosajón que en el pasado tuvieron sistemas basados en el colonialismo y la exclusión racial.
Zohran Kwame Mamdani nació en 1991 en la capital de Uganda, Kampala, lugar de residencia temporal de sus padres, el académico universitario Mahmood Mamdani y la directora de cine Mira Nair, conocida por películas como Mississippi Masala, estrenada aquel mismo año, y su ópera prima Salaam Bombay!, nominada a los Premios Óscar de 1988 en la categoría de mejor película de habla no inglesa. Mamdani padre es un musulmán shií gujaratí nacido en Mumbai, mientras que Nair es una hindú punjabí oriunda de Orissa.
El segundo nombre del único retoño de la pareja proviene de Kwame Nkrumah, el líder de la descolonización del África negra en las década de los cincuenta y sesenta y primer presidente de Ghana, al que Mahmood Mamdani, experto en estudios poscoloniales, admiraba. Durante unos años, el matrimonio desarrolló sus proyectos vitales y profesionales en el seno de la próspera comunidad que la diáspora india tiene en Kampala.
Cuando el niño tenía cinco años, sus padres se mudaron a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, y en 1999, a la edad de siete, se asentaron en Nueva York. Concretamente en el Upper West Side de Manhattan, donde la Universidad de Columbia facilitó a Mahmood Mamdani, contratado para su plantilla académica, un apartamento subvencionado. La familia, que de vez en cuando visitaba Kampala para mantener los lazos con sus familiares y amigos, obtuvo el estatus de residentes permanentes en Estados Unidos a través de la Green Card.
Crecido en un entorno de privilegio, Mamdani completó el bachillerato en 2010 en la Bronx High School of Science del barrio de Kingsbridge Heights, un centro público donde despuntaron sus cualidades deportivas y para el liderazgo de base. A las mismas pronto iban a sumárseles un activismo político de izquierda con un interés especial en la defensa del Estado palestino y el boicot a Israel, inquietudes periodísticas y el emprendimiento artístico en el terreno musical. Todo ello, bajo la intensa influencia intelectual de sus progenitores.
En 2014 Mamdani completó un Bachelor's Degree en Estudios Africanos en el Bowdoin College de Brunswick, Maine, y al año siguiente empezó a moverse en el ambiente político no mainstream de Nueva York como voluntario en la campaña para concejal del abogado penal de causas sociales Ali Najmi.
En 2017, el año de la inauguración del primer período presidencial de Trump, se unió a los Socialistas Democráticos de América (DSA) atraído en buena medida por la postura intensamente propalestina de esta organización sociopolítica de extrema izquierda, no registrada como partido electoral. En el ámbito de los DSA, Mamdani trabajó para las campañas electorales del pastor luterano palestino Khader El Yateem, el periodista Ross Barkan y la abogada Tiffany Cabán, todas infructuosas. Posteriormente, se afilió también al Partido de las Familias Trabajadoras (WFP), bien arraigado en Nueva York y que animaban sindicatos y grupos comunitarios.
Paralelamente a este activismo político, el veinteañero encontró la manera de ganarse la vida en la siempre competitiva Gran Manzana como compositor, intérprete y productor de rap y hip hop, género musical que le entusiasmaba desde la infancia. Tras el alias de Young Cardamon, en 2016 formó con su amigo Abdul Bar Hussein, también de origen ugandés pero en su caso hijo de sudaneses, el dúo Young Cardamom & HAB, que se hizo notar por sus temas rapeados en inglés, swahili y otros idiomas africanos, donde lanzaban mensajes sociales, anticorrupción y anticolonialistas, centrados en la sociedad ugandesa.
Otro de los trabajos musicales de Mamdani fue la producción de la banda sonora de la película Queen of Katwe, estrenada por su madre Mira en 2016. Hasta 2019, lanzó otros singles y videoclips inspirados en la cultura afro-asiática. El tema Wabula Naawe, parte del EP de debut Sidda Mukyaalo, mostraba en su videoclip una estética militarista, guerrillera, de disparos y violencia que sus autores presentaban como una metáfora del caos bélico vivido por Uganda en varios momentos de su historia.
Hasta entonces, Mamdani solo había tenido una nacionalidad, la ugandesa, por nacimiento. En 2018 se naturalizó a efectos legales como ciudadano estadounidense, pasando a tener la doble nacionalidad. Este nuevo estatus civil, conseguido tras satisfacer una serie de requisitos (residencia continua, ausencia de antecedentes penales, aprobación del examen ad hoc, juramento de lealtad), le permitía votar en las elecciones y presentarse como candidato a las mismas. Entonces, el rapero redirigió sus actividades profesionales al servicio comunitario en Queens, convirtiéndose en asesor de propietarios de bajos ingresos que enfrentaban órdenes de desahucio de sus viviendas por no estar al día en sus pagos hipotecarios a los bancos.
En octubre de 2019 Mamdani anunció que se postulaba a la Asamblea del Estado de Nueva York, concretamente al escaño del 36º Distrito, que en la actualidad abarca la mayor parte del centro y el oeste del barrio de Astoria, en Queens, y el norte del barrio de Long Island City. Respaldado por los DSA y el WFP, en las primarias demócratas batió con el 51,2% de los votos a Aravella Simotas, quien representaba el distrito desde 2011, y en la elección directa del 3 de noviembre se llevó el escaño sin hallar contestación republicana. El 1 de enero de 2021, días antes del traspaso presidencial entre Trump y Joe Biden en Washington, Mamdani estrenó su mandato en la cámara baja de la Legislatura estatal de Albany, donde fue revalidado sin oposición en las votaciones del 8 de noviembre de 2022 y el 5 de noviembre de 2024.
Como legislador estatal, Mamdani se ganó una reputación local de político volcado en la defensa del bienestar de las familias trabajadoras, la facilitación de ayudas para paliar el incremento imparable del coste de la vida y la mejora del transporte público de metro y autobús.
En octubre de 2024 Mamdani comunicó su aspiración a la Alcaldía de Nueva York y pasó a disputar una campaña de primarias demócratas, apretada en precandidatos, donde empezó con apenas unos puntos porcentuales de apoyo, muy alejado del gran favorito: Andrew Cuomo, el experimentado ex gobernador de Nueva York (2011-2021), amén de ex fiscal general del estado (2007-2010) y, más atrás en el tiempo, en la década de los noventa, secretario de Vivienda en la Administración de Bill Clinton. Un hombre del establishment, en suma, quien protagonizaba un comeback de altos vuelos luego de zafarse de un historial de acusaciones por negligencia gestora durante la pandemia del COVID-19 y por conducta sexual inapropiada.
En cuanto al alcalde elegido en 2020, el igualmente demócrata Eric Adams, afrontaba una imputación federal por presuntos soborno, fraude y solicitud de donaciones ilegales. A Adams, antiguo capitán del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), se le reconocían los buenos resultados de su estrategia de mano dura contra la delincuencia común, que había hecho caer los índices de criminalidad, pero también se le achacaba una atención insuficiente a las situaciones de vulnerabilidad, como las agudizadas por la crisis de la vivienda asequible, así como un tratamiento autoritario del sinhogarismo. Para Adams, era prioritario sanear las cuentas y equilibrar el presupuesto municipal, lo que requería acometer recortes antidéficit.
Tras el retorno de Trump a la Casa Blanca en enero de 2025, el Ayuntamiento neoyorkino empezó a cooperar con las autoridades federales en la deportación de inmigrantes ilegales, objeto de redadas y traslados forzosos. Aunque Nueva York no dejó exactamente de ser una ciudad santuario, protectora de los migrantes, muchos indocumentados, en particular aquellos con antecedentes penales, empezaron a ser aprehendidos y deportados con la asistencia del NYPD. Este cambio de política, que priorizaba las deportaciones sobre los derechos civiles, fue ácidamente criticada por Mamdani, durante años partidario de privar de fondos al NYPD y que ahora acusó a Adams de "traición moral".
En abril de 2025 un tribunal federal de distrito, en respuesta a una petición del Departamento de Justicia de la Administración Trump, levantó los cargos contra Adams, pero a finales de septiembre el edil, viendo sus bajos niveles de popularidad, anunció que desistía de presentarse a la reelección en calidad de independiente y que apoyaba para sucederle a Cuomo.
Para entonces, ya habían tenido lugar las primarias demócratas, el 24 de junio, cuyo resultado fue todo un aldabonazo: Mamdani, culminando una progresión espectacular en los sondeos, se llevó la candidatura a alcalde con el 56,4% de los votos efectuados en una tercera vuelta. Nueve contrincantes fueron eliminados en la segunda vuelta, a la que Cuomo llegó con franca desventaja. Tras este sonado revés, Cuomo siguió en la brecha como candidato independiente, recabando los respaldos de los grandes poderes económicos de Nueva York, del alcalde saliente Adams y del mismísimo presidente Trump.
De vuelta al ámbito privado, en febrero de 2025 Mamdani contrajo matrimonio civil, en la sala del Ayuntamiento, con su prometida desde el año anterior, Rama Duwaji, una animadora gráfica, ilustradora y alfarera texana perteneciente a una familia de musulmanes sirios. En julio siguiente, la pareja celebró una ceremonia nupcial religiosa en Uganda.
El programa de Mamdani para el gobierno municipal de Nueva York
El alcalde electo de Nueva York centra machaconamente su mensaje en los temas cotidianos que preocupan al ciudadano común y que en 2025 se resumen principalmente en uno: el insoportable encarecimiento de vivir en una megápolis ya dispendiosa por naturaleza, pero que en el escenario post-COVID se ha hecho más prohibitiva que nunca a causa de la inflación y la precariedad laboral. Para enfrentar la crisis de asequibilidad, Mamdani se compromete a implementar un repertorio de medidas que él mismo describe como "socialistas".
En materia de vivienda, se propone congelar durante cuatro años los alquileres de los pisos protegidos, proteger a los inquilinos de los caseros abusivos y, siguiendo el ejemplo de Viena, crear una Agencia de Desarrollo de Vivienda Social para construir 200.000 unidades habitacionales en el plazo de 10 años, con precios de venta razonables y empleando mano de obra sindicada.
También: elevar el salario mínimo desde los 16,5 a los 30 dólares la hora gradualmente hasta 2030; proporcionar casas cuna a los recién nacidos y extender las guarderías gratuitas a los niños de hasta cinco años, junto con suministros esenciales como pañales; aliviar las deudas de los taxistas con licencia; y crear supermercados de propiedad municipal que vendan productos básicos sin finalidad de lucro en los cinco distritos de la ciudad. En materia educativa, quiere eliminar las exenciones fiscales para las universidades privadas y redirigir recursos a instituciones públicas como CUNY y SUNY. Y en la dimensión sociosanitaria, poner en marcha un Departamento de Seguridad Comunitaria para ampliar los servicios de salud mental.
Actuaciones a las que se sumará otro cambio de calibre, máxime en una urbe de 783 km² y 8,5 millones de habitantes, que llegan a ser 20 millones si se considera el área metropolitana: partiendo de un programa piloto impulsado por él en la Asamblea del estado, la gratuidad total para los pasajeros de los servicios de autobuses urbanos operados por la Autoridad de Tránsito de la Ciudad de Nueva York (NYCT Bus) y por la Compañía de Autobús de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA Bus). La MTA, titular de ambas divisiones del transporte vial, vería reembolsados sus ingresos perdidos por el fin de la venta de billetes, estimados entre 630 y 800 millones de dólares anuales, directamente por las administraciones municipal y estatal.
Asimismo, Mamdani promete restaurar plenamente la condición de ciudad santuario para los inmigrantes, prohibiendo a los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) el acceso a escuelas, hospitales y propiedades municipales si no portan órdenes judiciales, y brindando asistencia legal gratuita a los detenidos. Habla de extender este estatus de ciudad santuario al colectivo LGBTQ+, creando una Oficina de Asuntos LGBTQIA+ para servicios de vivienda y empleo, y reservando fondos públicos para la afirmación de género.
Con respecto a la seguridad y la justicia penal, Mamdani ha mitigado su tesis de desfinanciar al NYPD, acusada por él en el pasado de excesos y racismo, e incide en la colaboración entre el Ayuntamiento y el cuerpo policial para introducir enfoques comunitarios y de participación vecinal en detrimento de la estrategia tradicional de prevención y represión del delito por los uniformados. Otro capítulo importante del programa es considerar la acción climática como una vertiente más de la justicia social. Aquí, Mamdani se opone a la construcción de plantas de gas en comunidades de bajo ingresos, sostiene la Ley de Edificios Todo Eléctricos para prohibir cualquier equipo generador de combustibles fósiles en las nuevas construcciones y propone reacondicionar cientos de escuelas con paneles solares y mejoras en los sistemas de climatización HVAC.
Una de sus propuestas, de todo punto contracorriente en el ecosistema social y económico de Estados Unidos, y más propia de las latitudes europeas, se ajusta a la etiqueta de socialista más que cualquiera de las anteriores: la promoción de la propiedad social a través de mecanismos asociativos entre empresas públicas, cooperativas de trabajadores y fideicomisos de tierra comunitaria.
En cuanto a la financiación de todas estas novedades, sin duda gravosas para las arcas municipales y potenciales generadoras de déficit y deudas si no suben los ingresos, el alcalde electo la liga al cobro de impuestos municipales sustancialmente más altos a las corporaciones y a los vecinos con rentas superiores al millón de dólares anuales. Las primeras verían gravadas sus actividades con el 11,5%, en lugar del 7,25% actual, mientras que los segundos tendrían un recargo impositivo del 2%. Con esta reforma fiscal, Mamdani espera recaudar 9.000 millones de dólares extra. El presupuesto anual de Nueva York para el año fiscal de 2026, aprobado por el Ayuntamiento el 30 de junio y dejado con excedentes por el alcalde Adams, asciende a los 115.900 millones.
Este último esquema tax the rich, rompedor de los estándares tributarios locales por su fuerte progresividad y jaleado por los partidarios de Mamdani en los mítines, suscita escepticismo en la Asamblea de Albany y en la gobernadora del estado, Kathy Hochul, una demócrata de centro con enfoques cautelosos en el terreno económico-fiscal. Con ambos deberá negociar Mamdani, quien se declara abierto a discutir opciones complementarias para financiar sus ambiciosos planes, como forzar el pago de multas pendientes, reducir la contribución urbana a los propietarios de casas en barrios periféricos y aumentársela a las propiedades caras de las áreas con mayoría de población blanca y adinerada.
(Cobertura informativa hasta 26/11/2025).
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