Nicusor Dan

Nicusor Dan, alcalde de Bucarest y candidato independiente respaldado por el partido de centro liberal Unión Salvar Rumanía (USR) y un ramillete de formaciones extraparlamentarias, fue el ganador de las repetidas elecciones presidenciales de mayo de 2025 en Rumanía. Con el 53,6% de los votos, Dan se impuso en la segunda vuelta del 18 de mayo sobre George Simion, presidente de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR, segunda fuerza del Parlamento) y vencedor provisional en la primera vuelta del 4 de mayo con una cuota, el 40,9%, que duplicó la obtenida por su rival.

El triunfo final de Dan en virtud de un vuelco espectacular pero no del todo inesperado supone la retención de la Presidencia —oficina del Ejecutivo con atribuciones significativas al no tratarse Rumanía de una república plenamente parlamentaria— para el campo político moderado, liberal, reformista y europeísta, en detrimento de las aspiraciones de poder del muy pujante sector de las derechas ultranacionalistas, euroescépticas y nostálgicas del fascismo rumano de entreguerras. 

Simion, admirador declarado de Trump y quien considera que la UE trata a Rumanía como una "colonia", capitalizó el voto del descontento que el 24 de noviembre de 2024 cosechó principalmente Călin Georgescu, agitador populista con un discurso anti-sistema más radical si cabe, explícitamente pro-Rusia y promotor del abandono de la UE y la OTAN porque a Rumanía ya le basta con "tener a Dios"; en aquella ocasión, Simion quedó en cuarto lugar. 

La polémica anulación por el Tribunal Constitucional de la primera vuelta y la cancelación del previsto balotaje del 8 diciembre, ante la constatación de una injerencia rusa en las redes sociales de Internet para manipular la campaña electoral en favor de Georgescu, desató un enorme revuelo en Rumanía y una controversia de alcance europeo, pues lo sucedido no tenía precedentes en la UE. Después, Georgescu fue vetado de concurrir de nuevo en mayo y extendió su aval a Simion. Ahora, Dan alcanza la Presidencia, con las dos instituciones del Ejecutivo en situación de provisionalidad.

Así, la jefatura del Estado la desempeña desde el 12 de febrero en funciones Ilie Bolojan, ex presidente del Senado y miembro el Partido Nacional Liberal (PNL), luego de dimitir el titular desde 2014, Klaus Iohannis, al cernirse sobre él la suspensión parlamentaria por sobrepasar la duración de su mandato constitucional. Y el Gobierno lo conduce desde el 6 de mayo de manera interina Cătălin Predoiu (PNL), tras anunciar su dimisión el primer ministro desde 2023 y líder del Partido Social Demócrata (PSD), Marcel Ciolacu, como reacción por el fracaso en la primera vuelta presidencial del candidato de los tres partidos gobernantes —el PSD, el PNL y los magiares de la UDMR—, Crin Antonescu, al que Dan birló por muy poco el paso a la segunda vuelta.

Dan, quien fuera el fundador de la USR para luego lanzarse a la política municipal de Bucarest en solitario, entona un discurso que hace hincapié en la lucha contra la corrupción, la prevalencia del imperio de la ley, la fortaleza de las instituciones y la modernización de la democracia rumana, desde la Revolución de 1989 lastrada por una retahíla interminable de escándalos políticos y crisis de gobierno que tienen su origen en las prácticas patrimonialistas de los partidos predominantes. La estabilidad brindada desde 2021 por los gobiernos de gran coalición de los primeros ministros Nicolae Ciucă, nacional liberal, y Ciolacu, socialdemócrata, resultó ser un espejismo. 

En su último Democracy Index, la publicación The Economist degradó a Rumanía de "democracia defectuosa" a "régimen híbrido". La etiqueta, discutible y motivada principalmente por el fiasco electoral de diciembre, resulta ofensiva para las autoridades locales, pero no puede desligarse de la postura de muchos electores paisanos, hartos de los trapicheos, las corruptelas y las ineficiencias de la política tradicional, sumida en el descrédito, y ansiosos de un cambio. 

Contra esta situación se rebela Nicusor Dan, quien con un estilo comunicativo llamativamente sobrio y un enfoque más técnico que ideológico de los asuntos públicos —en sintonía con su perfil profesional de matemático experto—, apela a una "dirección clara", invoca un "Estado que trabaje para el pueblo" y se ofrece a los rumanos como el "líder equilibrado que una a la gente, apoye el diálogo y busque soluciones, un presidente activo e involucrado que inspire confianza y proporcione dirección", manifiesta. 

Tres son los "grandes problemas" que acucian a Rumanía, a su entender: las "instituciones no funcionales", al estar estas "capturadas por grupos de interés" y prevalecer la "jerarquía partidaria" sobre la "competencia"; que el país "carece de rumbo"; y la "falta de confianza entre nosotros". "Estamos divididos, ya no vemos el interés común. La clase política ignoró las preocupaciones legítimas de los ciudadanos. Hemos llegado a un punto de desesperación en el que volcamos nuestra frustración y humillación en propuestas soberanistas, fallidas desde todos los puntos de vista", diagnostica, aludiendo a la extrema derecha religiosa de Georgescu y Simion. Su lema de campaña ha sido Rumanía honrada: instituciones al servicio del pueblo, no de las pandillas

El presidente electo recalca su compromiso con los rearmes nacional y europeo y con la defensa de Ucrania frente a Rusia. Ante debates sociales como la legalización de las uniones civiles de personas del mismo sexo, Dan, quien como jefe del Estado nombrará a los altos responsables judiciales, coordinará los servicios de inteligencia y propondrá al primer ministro de turno, se presenta más cauteloso.         

(Texto actualizado hasta 21 mayo 2025).


BIOGRAFÍA

Dan Nicusor es un matemático de profesión que ya en la escuela destacó como uno de los más brillantes alumnos del país en la disciplina. En 1987, con 17 años, figuró entre los miembros del Equipo Nacional que recibieron la medalla de oro en la XXVIII Olimpiada Nacional de Matemática, celebrada en La Habana y ganada por Rumanía, éxito individual que repitió en la siguiente competición, la disputada en 1988 en Australia. 

En 1992 se graduó en la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Bucarest y a continuación marchó a Francia para profundizar sus estudios en la École Normale Supérieure y la Universidad de París, donde obtuvo sendas licenciaturas. Su formación culminó en 1998 con la obtención del Doctorado en la Sorbona, en cuyas aulas fue asistente de docencia también. Su tesis doctoral versaba sobre la función de Green y la extensión meromórfica, una herramienta del cálculo diferencial.

En esta etapa francesa, Dan tomó conciencia de los problemas que afrontaban los jóvenes rumanos, muchos de ellos con brillantes expedientes académicos y un alto potencial profesional, pero que veían frustradas sus expectativas de labrarse su futuro en casa por las grandes estrecheces económicas y sociales que vivía Rumanía en los primeros años de la democracia posterior a la caída del régimen comunista. Sus reuniones con estudiantes paisanos para analizar posibles soluciones al éxodo juvenil y la pérdida de talentos fueron la génesis de un activismo social que desembocaría en la política.

En 1998, recién doctorado en la Sorbona, Dan regresó a su país y consiguió trabajo en el Instituto de Matemáticas Simion Stoilow de la Academia Rumana, donde en los ocho años siguientes se dedicó a la investigación. En 2000 su grupo de colegas y colaboradores puso en marcha la Asociación Jóvenes por la Acción Cívica, con él de presidente, y en 2001 la Escuela Normal Superior de Bucarest (SNSB), casa de estudios modelada según el patrón de la École Normale Supérieure de País y adscrita al Instituto de Matemáticas, de la que fue primer director administrativo y profesor. 

De las inquietudes por el futuro profesional de los jóvenes rumanos, Dan pasó a la preocupación cívica por las construcciones ilegales, la demolición de inmuebles del patrimonio histórico-cultural y la pérdida de espacios verdes en la capital del país, que él y quienes participaban en las movilizaciones de protesta achacaban a la "mafia inmobiliaria", según ellos amparada por la inacción o la complicidad de unas autoridades políticas municipales y estatales permeables a la corrupción. Esta implicación cristalizó en 2008 en la Asociación Salvar Bucarest.

En junio de 2012 Dan, emparejado con Mirabela Grădinaru, ejecutiva de la compañía Renault y luego madre de sus dos hijos, se presentó por primera vez a las elecciones municipales para la Alcaldía de Bucarest. Su candidatura independiente, sostenida por unos cientos de voluntarios, mereció el 9,2% de los votos y supuso un desafío significativo al alcalde aspirante a la reelección y a la postre ganador, Sorin Oprescu, un edil en la diana de las protestas cívicas del colectivo de Dan por los desmanes urbanísticos sucedidos durante su ejercicio. Tres años después, el 1 de julio de 2015, el matemático-activista transformó su asociación en un partido homónimo, la Unión Salvar Bucarest (USB), cuya plataforma anticorrupción, de control de los gastos municipales y protección del patrimonio los observadores situaron en un centro-derecha liberal, no exenta de paso de ciertos tics populistas. 

En su debut electoral, las municipales de junio de 2016, la USB dio la campanada y se aupó al segundo lugar, consiguiendo 15 de los 55 concejales, menos que el Partido Social Demócrata (PSD) pero más que el Partido Nacional Liberal (PNL). En la liza por la Alcaldía, Dan recibió el 30,5% de los votos y se erigió en el principal adversario de la vencedora, la socialdemócrata Gabriela Firea.

Del partido USR a la Alcaldía de Bucarest

Este logro en Bucarest animó a Dan a trasladar su proyecto reformista, tan ligado a las aspiraciones de la juventud, al ámbito nacional. Así, el 21 de agosto de 2016, vía fusión con dos formaciones pequeñas, la USB dio lugar a la Unión Salvar Rumanía (USR), con Dan de presidente. La flamante USR se dotó de un manifiesto proeuropeo y prolibre empresa, además de mantener las proclamas contra la corrupción y en favor de la transparencia y la buena gestión propias de la USB, lo que le brindó el tercer puesto en las elecciones legislativas celebradas el 11 de diciembre de aquel año. Con el 8,9% de los votos, Dan, quien solo llevaba unos meses en el Consejo Municipal de Bucarest, y otros 29 compañeros de lista ganaron el escaño en la Cámara de Diputados. 

Una vez en el Parlamento, donde representaba a Bucarest, Dan, apegado a su talante de hombre dinámico y con ideas pero reservado y modesto en la proyección pública, se ubicó en la oposición al Gobierno del PSD, encabezado por el primer ministro Sorin Grindeanu y polémicamente teleguiado por el presidente de los socialdemócratas, el intrigante Liviu Dragnea. Sin embargo, el 1 de junio de 2017 Dan dimitió como presidente de la USR y de paso abandonó intempestivamente el partido que menos de un año atrás había contribuido a fundar, en el contexto de unas diferencias estratégicas con el ala más progresista de la formación. 

La crisis interna se suscitó a raíz de la iniciativa de la influyente ONG tradicionalista Coalición para la Familia de promover un referéndum nacional para que la Constitución definiera la figura del matrimonio como el vínculo jurídico entre un hombre y una mujer, con el consiguiente rechazo del colectivo LGBT, al que la legislación rumana no ofrecía siquiera la opción de las uniones civiles. Un sector de la USR propuso que el partido se pronunciara en el Parlamento contra este cambio, a lo que Dan, deseoso de que la USR no se identificara meramente con el conservadurismo o con el progresismo sino que resultara atractiva para sensibilidades ideológicas de amplio espectro, repuso que entrar en esa batalla cultural desviaría la consecución de los objetivos prioritarios, que eran la lucha contra la corrupción y la regeneración política. Ante la falta de apoyos, Dan se sintió desautorizado y renunció.

Tras abandonar la USR, Dan permaneció en la Cámara como diputado independiente. La política local seguía captando su interés y en mayo de 2019 anunció sus planes de contender de nuevo por la Alcaldía de Bucarest. En su programa municipal, el candidato enfatizó los incentivos del Ayuntamiento para que los vecinos jóvenes no emigraran y pudieran desarrollar aquí sus proyectos profesionales y vitales, lo que pasaba por hacer de Bucarest una smart city con una atractiva oferta de educación superior, industrias creativas e incubadoras de proyectos relacionados con las nuevas tecnologías. Otros puntos a implementar eran la mejora del tráfico vial, el desarrollo de un ferrocarril urbano ligero como punta de lanza del transporte público priorizado y la regeneración de los espacios verdes.

Con habilidad y sin comprometer su línea independiente, Dan se granjeó los apoyos de los principales partidos del arco centro-derechista, el PNL, en estos momentos gobernante en Rumanía con el primer ministro Ludovic Orban, y la propia USR, que ahora, bajo el liderazgo de Dan Barna, formaba una alianza con el Partido Libertad, Unidad y Solidaridad (PLUS) del ex primer ministro Dacian Ciolos. En las elecciones del 27 de septiembre de 2020, la suma de estos respaldos más el tirón propio catapultó a Dan a la victoria con el 42,8% de los votos, derrotando a la alcaldesa en ejercicio del PSD, Firea, y al ex presidente de la República Traian Basescu, candidato del Partido del Movimiento Popular (PMP). En cuanto a las concejalías, el bloque de Dan obtuvo 17, cuatro menos que el PSD. El 29 de octubre Dan tomó posesión del consistorio bucarestino con un mandato de cuatro años.

En las siguientes votaciones locales, el 9 de junio de 2024, Dan resultó reelegido con el 47,9% de los sufragios. En esta ocasión, el político recibió los apoyos de la Alianza de Derecha Unida (ADU), formada por la USR de Elena Lasconi, el PMP de Eugen Tomac y la Fuerza de la Derecha (FD) de Ludovic Orban, y de Renovar el Proyecto Europeo de Rumanía (REPER), el nuevo partido de Dacian Ciolos. Posteriormente, el 16 de diciembre de 2024, el alcalde anunció su intención de presentarse a las nuevas elecciones presidenciales de mayo de 2025.

(Cobertura informativa hasta 21/5/2025).

 

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