Inga Ruginienė

El 6 de agosto de 2025 el partido que encabeza el Gobierno de coalición de Lituania, el Socialdemócrata (LSDP), nominó para el puesto de primer ministro a su ministra de Trabajo y Seguridad Social, Inga Ruginienė, anterior dirigente sindical y protagonista de un fulgurante encumbramiento por cuanto hasta octubre de 2024, cuando salió elegida diputada, carecía de experiencia política previa. El cambio de Administración acontece cuando se incrementa la tensión regional por las provocaciones rusas en los espacios aéreos nacionales de varios países del este y el norte de Europa.

El Gabinete saliente dimitió en pleno el 4 de agosto a raíz de la renuncia del primer ministro instalado en diciembre de 2024, Gintautas Paluckas, envuelto en sospechas de corrupción: el 31 de julio Paluckas anunció que dejaba las jefaturas del Gobierno y del LSDP bajo la presión del escrutinio periodístico y la investigación por los órganos anticorrupción del Estado de unas actividades mercantiles privadas con indicios de irregularidades; el 4 de agosto el ministro de Finanzas, Rimantas Sadzius, asumió temporalmente las funciones del primer ministro, mientras que Mindaugas Sinkevicius tomó el mando del LSDP, en funciones también.

El 14 de agosto el presidente de la República, Gitanas Nausėda, presentó la nominación de Ruginienė al Seimas o Parlamento, que 12 días después la aprobó con 78 votos a favor, 35 en contra y 14 abstenciones. Finalmente, el 25 de septiembre, con un considerable retraso, el Seimas aprobó el programa del Gobierno y pudo tomar posesión el nuevo Gabinete mayoritario de Ruginienė, cuya composición difiere de la del anterior: el LSDP mantiene como socios a los nacionalistas del Amanecer de Nemunas (NA), pero prescinde de los verdes de la Unión de Demócratas Por Lituania (DSVL), a quienes suplen la Unión de Campesinos y Verdes de Lituania (LVZS) y la Acción Electoral de Polacos en Lituania-Alianza de Familias Cristianas (LLRA-KSS). Este cuatripartito suma 82 de los 141 escaños del Seimas. Desde las elecciones legislativas de octubre de 2024, la principal fuerza de la oposición es la conservadora Unión de la Patria-Cristiano Demócratas Lituanos (TS-LKD).

(Texto actualizado hasta 25 septiembre 2025).


BIOGRAFÍA

Inga Ruginienė, de 44 años, es una experta en salud pública con una trayectoria de técnica y sindicalista, no llegando al año su presencia en la política representativa, ahora coronada de manera imprevista. En 2005 completó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Vilnius la maestría en su área de especialidad, que en los tres años siguientes ejerció en el Centro Nacional de Salud Ambiental (VASC). Después, dirigió la sección de Vilnius de la compañía S Stata.

En 2012 Ruginienė empezó una década larga de compromisos directivos en el mundo sindical, vínculo que heredó de su madre, Diana Raitelaitienė, una ingeniera especializada en seguridad laboral y metrología. La joven sirvió sucesivamente de vicepresidenta y, desde 2014, presidenta de la Federación Lituana de Sindicatos de Trabajadores de la Industria Forestal (LMPF, posteriormente liderada por Raitelaitienė), antes de ser elegida en 2018 para presidir la Confederación Sindical de Lituania (LPSK), la mayor organización obrera del país. Paralelamente, estuvo en la dirección de la Cruz Roja Lituana y amplió su currículum académico con la adición de una licenciatura en Gestión Forestal por la Facultad de Ingeniería Forestal y Ambiental de Kaunas (2015) y una maestría en Derecho Laboral por la Universidad Mykolas Romeris (2022). 

En el plano europeo, fue miembro del Consejo de Administración de la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA), así como, desde mayo de 2023, vicepresidenta de la Confederación Europea de Sindicatos (ETUC) y por ende vicepresidenta también del Consejo Regional de la Confederación Sindical Internacional (ITUC-PERC).

En octubre de 2024 Ruginienė suspendió todas sus funciones sindicales para presentarse a las elecciones legislativas a doble vuelta en las listas del Partido Socialdemócrata de Lituania (LSDP), desde 2020 colocado en la oposición al Gobierno de coalición conservador de la primera ministra Ingrida Simonytė. Ruginienė ganó el mandato en el Seimas en virtud de la adjudicación de escaños por el sistema de listas proporcionales, al tiempo que su partido obtenía una mayoría simple de 52 escaños sobre 141, una ganancia de 39 con respecto a los comicios de cuatro años atrás. 

La líder y eurodiputada del LSDP, Vilija Blinkeviciūtė, para sorpresa general, más habida cuenta del gran rebote experimentado en las urnas, declinó la misión de formar el próximo Gobierno y cedió el cometido a uno de sus hombres de confianza, Gintautas Paluckas, predecesor en la presidencia de los socialdemócratas. El 14 de noviembre Ruginienė asumió su escaño parlamentario, pasando a ser militante formal del LSDP, y el 12 de diciembre tomó la cartera de Trabajo y Seguridad Social al constituirse el Gabinete tripartito de Paluckas, orientado al centro-izquierda.

La inesperada crisis veraniega de gobierno a causa de los negocios sospechosos de Paluckas y su familia sobrevino mientras la actualidad lituana estaba copada por las diversas iniciativas de seguridad adoptadas por el Ejecutivo en el contexto inquietante de la guerra de Ucrania, que ya ha cumplido su tercer año sin visos, más allá de los recientes movimientos diplomáticos, de resolución a corto plazo. La invasión ilegal a gran escala de Ucrania por Rusia despierta las alarmas en Vilnius y las vecinas capitales bálticas, que pese al manto protector de la OTAN ignoran hasta dónde podría llegar el agresivo revisionismo ultranacionalista del presidente Putin, nostálgico del poder imperial de la URSS y hostil a Occidente. Lituania comparte 227 km de frontera con el enclave ruso de Kaliningrado, en la costa del mar Báltico.

En febrero de este año, Lituania completó, junto con Letonia y Estonia, su desconexión energética de Rusia, subsanando así una histórica dependencia e integrándose plenamente en la Red Sincrónica de Europa Continental a través de Polonia. También, ha acelerado su conversión en un potente hub digital regional, ha lanzado un plan, no exento de polémica, para capacitar a 22.000 personas (incluidos 7.000 niños a partir de los nueve años) en la fabricación y manejo de drones para contrarrestar eventuales agresiones rusas, y ha conducido unos ejercicios militares "disuasorios" que no quitan el ojo tampoco a la vecina Bielorrusia. 

Precisamente, el 23 de septiembre, en vísperas de la asunción del Gobierno Ruginienė, y en medio de una cascada de episodios de violaciones de los espacios aéreos nacionales por aviones y drones de combate rusos, y de vuelos de drones sospechosos sobre aeropuertos civiles en Polonia, Rumanía, Estonia, Alemania, Dinamarca y Noruega, el Seimas autorizó a la Fuera Aérea interceptar y derribar cualquier dron no autorizado sobre el espacio aéreo lituano; hasta entonces, solo los drones susceptibles de entrañar una amenaza inminente para una instalación crítica podían ser abatidos.

En la actualidad, Lituania destina aproximadamente el 4% de su PIB a la potenciación de sus modestas Fuerzas Armadas, que acaban de "restablecer" su I División —una unidad militar de evocaciones históricas— con un horizonte de plena operatividad a un lustro vista, si bien en enero de este año el Consejo Estatal de la Defensa (VGT) acordó aumentar esa partida al 5,5% entre 2026 y 2030. Dicho compromiso satisface con creces la conminación, sobre un gasto militar del 5%, por parte del presidente estadounidense Trump, ya asumida por la OTAN como obligatoria para todos los países aliados independientemente de si están cerca o lejos de Rusia. 

La llegada a la cabeza del Gobierno lituano de Ruginienė, quien subraya la prioridad de la seguridad nacional y aboga por introducir el servicio militar obligatorio, va a dejar intactos todos estos procesos. Por de pronto, el ministro de Defensa con Paluckas, Dovilė Sakalienė (LSDP), continúa en su puesto. También han sido renovados los titulares de Exteriores, el independiente Kestutis Budrys, y de Interior, el socialdemócrata Vladislav Kondratovic.

Inga Ruginienė, casada con el empresario de publicidad Vismantas Ruginis y madre de dos hijos, es la cuarta primera ministra que ha tenido Lituania desde su separación de la URSS, luego de Kazimiera Prunskienė (1990-1991), Irena Degutienė (dos ejercicios en funciones en 1999) e Ingrida Simonytė (2020-2024); además, otra mujer, Dalia Grybauskaitė, fue presidenta de la República en 2009-2019.

(Cobertura informativa hasta 25/9/2025).

 

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