El peligroso juego de Putin con la OTAN
Rusia pone a prueba la capacidad defensiva de la Alianza Atlántica a la vez que pretende que se debilite el apoyo a Ucrania. "Putin no quiere, ni puede, abrir un nuevo frente de guerra. Lo que pretende conseguir es crear una sensación de temor en los vecinos de Rusia con el fin de influir en sus opiniones públicas. Los países que ha atacado recientemente son los más pro Ucrania y los mayores defensores de la Alianza Atlántica. Busca atizar el miedo como factor desmovilizador, de modo que se extienda la creencia de que, como Rusia es impredecible y brutal, es mejor llegar a un entendimiento", afirma Andrey Makarychev, investigador senior asociado del CIDOB, profesor de la Universidad de Tartu, en Estonia. "A su vez Rusia quiere que la sensación de ansiedad afecte a la economía de estos países, que sean percibidos como inestable por los inversores. Putin busca desestabilizar a Polonia, los Bálticos, y Finlandia especialmente y que se cuestione la ayuda a Ucrania", añade Makarychev.