La crisis de Gaza pone a prueba la estrategia de China en Oriente Medio

La ausencia de Pekín en la cumbre por la paz en Gaza celebrada en Sharm el Sheij debe interpretarse como “un mensaje hacia el Sur Global”, explica Inés Arco, especialista en política china del centro de investigación barcelonés Cidob. “Unirse a la foto en un acuerdo de paz en la que no hay ningún tipo de implicación de que los palestinos puedan decidir su futuro sería ir completamente en contra de una narrativa que es histórica”, agrega esta analista. La estrategia de Pekín en esta zona del mundo –clave para su economía, ya que de ahí obtiene cerca del 40% de sus importaciones de crudo– es la de presentarse como un aliado pragmático, que solo busca hacer negocios. Para los estados de la región, eso supone una buena noticia, ya que así pueden buscar alternativas a la alianza con EE.UU. “Hay un interés de estos actores por jugar con los beneficios que les puedan llevar ambos países en diferentes sectores”, dice Arco, que destaca cómo China, más allá de sus tradicionales inversiones en puertos y carreteras, se está consolidando como un socio de peso en ámbitos punteros como las nuevas tecnologías y las energías renovables. 

 

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