Sushila Karki

Una jueza jubilada de 73 años con reputación de integridad, Sushila Karki, es la personalidad encargada de pilotar el Gobierno de Nepal tras la furibunda revuelta popular que el 9 de de septiembre de 2025 acorraló a la clase política y tumbó al primer ministro del país del Himalaya, K. P. Sharma Oli. Nombrada el 12 de septiembre tras unas consultas entre el presidente ceremonial de la República, Ram Chandra Poudel, el mando militar y los representantes de los manifestantes, Karki será primera ministra durante no más de seis meses, hasta unas elecciones generales anticipadas al 5 de marzo de 2026. 

La independiente Karki, quien inicia su mandato interino con una respetabilidad general por su imagen anticorrupción, deberá reconducir la situación hacia la seguridad ciudadana y la paz social. Y a la vez, proteger las instituciones democráticas, pues el grito de furia de la calle contra la corrupción y las decisiones arbitrarias del Gobierno depuesto se tradujo en una violenta arremetida, con profusión de incendios (residencias oficiales y particulares, las sedes de los principales partidos y hasta el edificio del Parlamento, disuelto el mismo 12 de septiembre, fueron pasto de las llamas), saqueos, palizas y asesinatos, contra las personas y los símbolos del sistema republicano. 

Este se halla desacreditado, 17 años después de instaurarse y cuando se cumple una década de la actual Constitución, al amparo de la cual Karki fue investida. En vísperas de esta crisis, desatada por jóvenes airados por la venalidad, la ostentación crematística y la incompetencia de las élites dirigentesestaba ganando ímpetu el movimiento de restauración de la monarquía del antiguo rey Gyanendra, destronado en 2008.

Para realizar aquellas metas, Karki se apoya en el Ejército, única fuerza incólume en las jornadas de anarquía, que eludió hacerse con las riendas políticas para no encrespar más los ánimos de las multitudes enfurecidas. Los medios han bautizado al breve pero en extremo colérico estallido social como la revuelta de la generación Z, cuyo detonante fue el bloqueo por las autoridades de las principales redes sociales de Internet. De hecho, una plataforma online de libre acceso participó en el proceso de "consenso" sobre quién debía pilotar el Gobierno tras los disturbios, que ocasionaron no menos de 70 muertos, y la desaparición del primer ministro Oli, líder de un partido comunista. De este improvisado y confuso procedimiento de democracia directa surgió el nombre de Sushila Karki, propuesto por los manifestantes y aceptado por los militares.

El papel de la nueva dirigente nepalí es por tanto similar al asumido en 2024 en Bangladesh por Mohammad Yunus, como ella al frente de un Gobierno de transición y neutral, designado para cubrir un peligroso vacío de poder a raíz del derrocamiento del Ejecutivo en un alzamiento civil. Sushila Karki es la primera jefa de Gobierno de Nepal, que entre 2015 y 2023 tuvo a otra mujer en la Presidencia de la República, Bidya Devi Bhandari.

Nación de 31 millones de habitantes y mayoritariamente hindú, Nepal es vulnerable al calentamiento global, que deshiela los glaciares e intensifica las lluvias monzónicas con riesgo de inundaciones severas. Además, arrastra las secuelas del catastrófico terremoto de 2015, que mató a 9.000 personas, dejó a 3,5 millones más sin hogar y causó daños económicos por valor de 10.000 millones de dólares, casi la mitad del PIB de aquel entonces. Este desastre, además de precariedad social, dañó unas infraestructuras de comunicaciones ya deficientes.

Aunque la economía nacional, predominantemente agraria pese a la escasez de suelo cultivable además de muy dependiente de la importación de bienes básicos, las ayudas exteriores y las remesas de los trabajadores expatriados, registra un crecimiento significativo y los progresos en el desarrollo humano son innegables, la población nepalí percibe la situación general del país como un profundo marasmo. Este escenario, junto con la corrupción rampante de la plutocracia tradicional, es el caldo de cultivo de una frustración y unas reacciones coléricas que pueden desembocar en el caos.

(Texto actualizado hasta 17 septiembre 2025).


BIOGRAFÍA

La magistrada retirada Sushila Karki se formó en Ciencias Políticas y en Derecho por las universidades Tribhuvan de Biratnagar, Nepal, e Hindú de Benarés, India. Su familia, aunque no perteneciente a la clase dirigente, tenía vínculos con la dinastía política de los Koirala, que proporcionó tres primeros ministros a Nepal. Esta relación personal se intensificó tras su matrimonio con Durga Prasad Subedi, una personalidad del partido de los Koirala, el Congreso Nepalí (NC).

En la década de los ochenta, época de la monarquía autoritaria del rey Birendra Bir Bikram, Karki ejerció la docencia universitaria y la abogacía. En 1990 tomó parte en las movilizaciones prodemocracia que acabaron forzando a Birendra a renunciar al absolutismo real y a continuar en el trono como un monarca constitucional sometido a una democracia parlamentaria, lo que le acarreó un período de prisión. Entre 2002 y 2004 presidió la Corte de Apelaciones de Biratnagar.

Karki entró en la magistratura del Tribunal Supremo de Nepal en enero de 2009. Fue meses después de ser destronado el rey Gyanendra Bir Bikram, hermano de Birendra (quien había sido asesinado en un confuso magnicidio palaciego en 2001) y autor en 2005 de un autogolpe neoabsolutista que la presión de la calle y los partidos políticos le obligó a cancelar un año después. En mayo de 2008 Gyanendra, hombre de personalidad reaccionaria e intolerante, fue removido de la jefatura del Estado por la Asamblea Constituyente, la cual abolió una monarquía de 240 años de existencia y proclamó la República Federal Democrática de Nepal, con Ram Baran Yadav de primer presidente. 

El sistema republicano instaurado en 2008 fue un corolario político del Acuerdo de Paz que en noviembre de 2006 había puesto final a la década de guerra civil entre el Gobierno real y el Partido Comunista de Nepal (Centro Maoísta) (NKP (MC)) de Pushpa Kamal Dahal, alias Prachanda. Dahal fue elegido de manera democrática primer ministro en agosto de 2008, inaugurando un primer mandato de menos de un año al que iban a seguir otros dos, en 2016-2017 y 2022-2024. 

En Nepal se consolidó un sistema parlamentario de tipo tripartidista, cuyos integrantes, antaño enemigos jurados, establecían alianzas cambiantes entre sí: el NKP (MC) de Dahal, el socialdemócrata NC de Sushil Koirala y Sher Bahadur Deuba, y el Partido Comunista de Nepal (Marxista-Leninista Unificado) (NKP (EML)) de Jhala Nath Khanal y Khadga Prasad Sharma Oli. Con mayorías simples en todos los casos, el NKP (MC) ganó las elecciones a la Asamblea Constituyente de 2008, el NC las elecciones a la segunda Asamblea Constituyente de 2013 y las generales de 2022, y el NKP (EML) las elecciones generales de 2017.

En julio de 2016 la entonces presidenta de la República, Bidya Devi Bhandari, nombró a Karki jefa del Tribunal Supremo, tratándose de la primera mujer en alcanzar el puesto. En su breve ejercicio, Karki cimentó su reputación de jueza puntillosa con la perfecta adecuación de las instituciones y las decisiones de los partidos a lo dispuesto por las normas, así como en todo a lo referente a la corrupción, patología muy extendida en la vida política, con elevada impunidad y motivo de enfado creciente en la población. 

Karki entró en conflicto con el segundo Gobierno de Dahal, de coalición entre el NKP (MC) y el NC, en marzo de 2017. Fue cuando el Tribunal Supremo, en su veredicto de tres recursos interpuestos ante él, anuló el nombramiento como Inspector General de la Policía de Jaya Bahadur Chand, un oficial que según la máxima instancia judicial carecía de la cualificación y los méritos para el desempeño del cargo. De acuerdo con Karki y sus colegas magistrados, el Gobierno había hecho un nombramiento "arbitrario, defectuoso, injusto y extraño".

La respuesta de los partidos del Gobierno fue, en abril siguiente, iniciar contra Karki un procedimiento de destitución parlamentaria que de entrada logró suspenderla en sus funciones. Contrarios a este movimiento contra Karki, el viceprimer ministro y ministro del Interior, Bimalendra Nidhi, del NC, anunció su dimisión y un socio menor del Gobierno, el Partido Nacional Democrático (RPP), se retiró del mismo. Por otro lado, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, expresó su preocupación por la situación del estado de derecho en Nepal. El clima de animosidad por esta y otras actuaciones polémicas del Gobierno era tal que el NKP (MC) y el NC, en el marco de su acuerdo de coalición, optaron por disolver el Gabinete para formar otro nuevo que sería encabezado por el líder de los congresistas, el ya tres veces primer ministro Sher Bahadur Deuba. El procedimiento contra Karki quedó en el dique seco, pero ella, de todas maneras, abandonó la presidencia y de paso la magistratura del Tribunal Supremo el 6 de junio, día en que alcanzó el límite legal de los 65 años. Tras jubilarse de la judicatura, Karki se dedicó a escribir una autobiografía, a la que siguió una novela.

 (Cobertura informativa hasta 17/9/2025).

 

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