El jeque Nawaf Al Ahmad Al Jabir Al Sabah, sexto emir del Kuwait independiente es, como dos de sus antecesores en el trono, hijo del jeque Ahmad Al Jabir Al Ali Al Sabah, quien dirigiera el país del Golfo bajo el protectorado británico desde 1921 hasta 1950. El jeque Ahmad tuvo 10 hijos y 18 hijas con sus 15 esposas; Nawaf es el sexto de los vástagos varones y su madre era Yamama, la esposa undécima de su padre.
Como los otros parientes principescos de la extensa familia real Al Sabah, repartida entre las ramas Al Ahmad y Al Salim, Nawaf fue preparado desde muy joven para ocupar cargos de responsabilidad. Asistió a clase en una escuela local, la Mubarakiya, y en febrero de 1962, con 24 años, al poco de acceder Kuwait a la independencia, fue nombrado gobernador de Hawalli por el emir Abdullah Al Salim Al Sabah, tío suyo en segundo grado y sucesor del jeque Ahmad. Para entonces, el futuro emir ya estaba casado con Sharifa bint Sulaiman Al Jasim, a la sazón su única esposa y con la que procreó cuatro chicos, Ahmad, Faysal, Abdullah y Salim, y una chica, Sheja. Nawaf dirigió la gobernación de Hawalli, asomada al mar y lindera con la capital homónima del país, hasta marzo de 1978, momento en que fue nombrado ministro del Interior y viceprimer ministro por el nuevo emir
Jabir Al Ahmad Al Jabir Al Sabah, uno de sus hermanastros mayores y anteriormente primer ministro. Nawaf sustituía en el puesto a otro de los jeques hermanastros,
Sabah Al Ahmad Al Jabir Al Sabah, responsable temporal de Interior, siendo su cometido principal el Ministerio de Exteriores. Por entonces, el primer ministro, asimismo debutante, era el jeque Saad Al Abdullah Al Salim Al Sabah, de la rama familiar Al Salim y primo segundo de los hermanastros Al Ahmad Al Jabir.
En enero de 1988 el emir Jabir y el príncipe heredero y primer ministro Saad trasladaron a Nawaf al Ministerio de Defensa. Su jefatura del departamento coincidió con la invasión irakí de agosto de 1990, que lanzó a los Sabah a un precipitado exilio temporal en Arabia Saudí, hasta que el emirato petrolero quedó liberado por la coalición militar internacional bajo el mando de Estados Unidos en febrero de 1991. Una vez repuestos en el poder, el emir Jabir y sus deudos jeques, sometidos a fuertes presiones internas y externas, hubieron de introducir reformas democratizadoras de un régimen autoritario que en la práctica, pese a regir una Constitución desde 1962 y celebrarse elecciones (sin base de partidos) a un Majlis, era absolutista. La opinión pública reprochó en particular al jeque Nawaf y al jeque Salim Al Sabah Al Salim Al Sabah, el impopular ministro del Interior, que no hubieran salido a defender el país con las armas cuando se produjo la agresión de Irak. Algo que sí había hecho el más joven de los hermanastros Al Ahmad Al Jabir: Fahad, comandante de Ejército, caído el día de la invasión mientras defendía el Palacio de Dasman junto con soldados de la Guardia Real.
En abril de 1991, con Kuwait enfrentado a una costosa reconstrucción material, Saad encomendó a su primo el Ministerio de Asuntos Sociales y Trabajo. En octubre de 1992 Nawaf dejó el Gobierno y entró en una década de relativa oscuridad. En octubre de 1994 fue designado adjunto al comandante de la Guardia Nacional Kuwaití, un puesto meramente burocrático. Su ausencia de posiciones de relumbre coincidió con el aumento del poder de su hermanastro Sabah, desde 1998 viceprimer ministro y paulatinamente facultado como el jefe del Gobierno y el jefe del Estado en la práctica, ya que los respectivos titulares, Jabir y Saad, se veían incapacitados para ejercer el mando efectivo a causa de sus enfermedades.
Nawaf recuperó el lustre perdido en julio de 2003. Fue con motivo del decreto-ley del emir –gravemente discapacitado desde el derrame cerebral sufrido dos años atrás- que separaba, por primera vez desde la formación del Estado, las funciones del príncipe heredero, retenidas por Saad pese a su precaria salud, y el primer ministro, cargo este que correspondió a Sabah. La promoción oficial del jeque Sabah supuso el retorno a la cúpula dirigente del jeque Nawaf, convertido por segunda vez en ministro del Interior. En octubre siguiente, Nawaf vio reforzada su autoridad con el rango de primer viceprimer ministro.
El 15 de enero de 2006 se produjo el largamente esperado fallecimiento del mayor de los hermanastros Al Jabir, a la edad de 79 años. Automáticamente, su primo el jeque Saad, postrado en una silla de ruedas y posiblemente aquejado de Alzheimer, con 75 años, se convirtió en el nuevo emir de acuerdo con las previsiones sucesorias. Sin embargo, ese mismo día, miembros eminentes de la familia real hicieron notar su preocupación por el delicado estado de salud de Saad, lo que aconsejaba realizar su sucesión por el primer ministro Sabah, de 76 años, a la mayor brevedad. La eventual ruptura del principio de alternancia a la cabeza del emirato, respetado desde hacía más de 40 años, entre los Al Ahmad y los Al Salim suscitó la lógica resistencia de estos últimos, que solo aceptaron los argumentos del otro linaje tras varios días de intensas discusiones palaciegas. El 23 de enero, finalmente, las autoridades comunicaron la abdicación de Saad, que fue aprobada por el Majlis al día siguiente. A continuación, el mismo día 24, el Consejo de Ministros nombró emir a Sabah, quien fue confirmado por el Majlis por unanimidad y tomó posesión como jefe del Estado el 29 de enero.
El 7 de febrero de 2006, entre sus primeros decretos, el nuevo emir nombró príncipe heredero a su hermanastro Nawaf, de 68 años. La promoción del hasta ahora ministro del Interior quebraba de nuevo la tradición de la alternancia dinástica con los Al Salim y suscitó interrogantes sobre cómo iban a reaccionar estos parientes a una elección que en apariencia no había sido consensuada con ellos. Un sobrino carnal de Sabah y Nawaf, el jeque Nasser Muhammad Al Ahmad Al Sabah, -luego, a mayor abundamiento, otro miembro del linaje Al Ahmad- pasó a ser el nuevo primer ministro.
(Cobertura informativa hasta 1/3/2006)