El neoyorquino Antony Blinken pertenece a una familia de diplomáticos no de carrera y con ascendencia judía húngaro-ucraniana. Su padre, Donald Blinken, inversionista de banca y patrón académico, fue embajador en Hungría entre 1994 y 1997, durante el Gobierno demócrata de
Bill Clinton, mientras que uno de sus tíos paternos, Alan Blinken, asimismo hombre de negocios en el sector privado, condujo la legación estadounidense en Bélgica por esas mismas fechas.
Tony tomó clases en la Dalton School de Nueva York y desde 1971 en la École Jeannine Manuel, un centro bilingüe privado de París, ciudad a la que el muchacho se fue a vivir junto con su madre, por entonces divorciada de Donald Blinken y casada en segundas nupcias con el abogado y escritor Samuel Pisar, notorio superviviente del Holocausto. De vuelta a Estados Unidos con la educación secundaria terminada y un perfecto dominio del idioma francés, Blinken empezó la carrera de Leyes en la Universidad de Harvard y en 1988 culminó esta formación en la Universidad de Columbia, donde recibió el título de
Juris Doctor. Poco antes de licenciarse, el estudiante captó la atención del público especializado con un trabajo académico más relacionado con la política exterior, las cuestiones estratégicas y la economía que con el derecho. Se trataba de
Ally Versus Ally: America, Europe and the Siberian Pipeline Crisis, libro de 200 páginas en el que el autor fundamentaba su análisis crítico del embargo de alta tecnología impuesto por la Administración Reagan al bloque soviético, arguyendo que estas sanciones perjudicaban más que nada al propio bloque occidental.
Funcionario del Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado en las administraciones Clinton y Obama
Tras graduarse en Harvard, Blinken empezó a practicar la abogacía en bufetes de Nueva York y París, pero al cabo de unos años se orientó al servicio de Estado, favorecido por su vinculación al Partido Demócrata y los altos contactos de su familia. En 1994, justo después de recibir su padre y su tío sendos nombramientos de embajadores en Europa, el treintañero fue contratado para el personal del nuevo Consejo de Seguridad Nacional (CSN), a cuyo frente estaba el titular de la Casa Blanca. Hasta el final de la Administración demócrata en 2001, el abogado adquirió un sólido bagaje técnico y de política exterior en el aparato de la Oficina Ejecutiva de la Presidencia.
Durante un lustro, Blinken fungió de asistente especial de Clinton, director de Planificación Estratégica y oficial encargado de los comunicados y discursos emitidos por los altos cargos del CSN. En las reuniones regulares de este órgano del Ejecutivo participaban, además del presidente, el vicepresidente (Al Gore), el secretario de Estado (Warren Christopher y luego Madeleine Albright), el secretario de Defensa (William Perry y William Cohen), el secretario del Tesoro (Robert Rubin), el consejero de Seguridad Nacional (Anthony Lake y Sandy Berger) y el fiscal general (Janet Reno), entre otros mandos civiles y militares. Desde 1999 el funcionario siguió siendo asistente especial del presidente, pero su dirección departamental pasó a cubrir los Asuntos Europeos y Canadienses. Fue precisamente en el entorno de la Casa Blanca donde Blinken conoció a su futura esposa, Evan Ryan, quien colaboraba en la planificación de la agenda de la primera dama,
Hillary Clinton. Otra colega en las plantillas del CSN y el Departamento de Estado era su propia hermanastra, Leah Pisar.
La inauguración en enero de 2001 de la Administración republicana de
George Bush hijo cerró un capítulo en la hoja de servicios de Blinken al Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, siguió trabajando para el Partido Demócrata dentro de los cuadros auxiliares de su bancada legislativa federal. Así, en 2002 fue nombrado director de personal demócrata del influyente Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos, entonces presidido por el senador por Delaware
Joe Biden. Aquel mismo año, Blinken y su novia Evan Ryan celebraron una boda religiosa con doble rito, judío y católico, entre cuyos invitados estuvo la ya senadora por Nueva York Hillary Clinton. La pareja iba a tener dos hijos.
En 2008 Blinken dejó su cargo en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado para ayudar a Biden en su campaña como candidato a la Presidencia. Biden tuvo un mal rendimiento en la cuenta atrás de las primarias demócratas y se retiró de las misma justo después del pistoletazo de salida, los caucus de Iowa, pero luego fue seleccionado por
Barack Obama para conformar su fórmula presidencial. Una vez instalada la nueva Administración demócrata el 20 de enero de 2009, Blinken siguió asistiendo a Biden desde el puesto de consejero de Seguridad Nacional del vicepresidente. En los cuatro años que siguieron, el asesor, según indica la prensa norteamericana, participó en la formulación de la política exterior de Estados Unidos con respecto a Afganistán, Pakistán, Irak, Siria, Libia y el programa nuclear de Irán. De su implicación destacada en la seguridad nacional de Estados Unidos dejó constancia la famosa foto tomada en una de las salas de conferencias de la
Situation Room de la Casa Blanca y facilitada a los medios en mayo de 2011, durante la operación de comandos que acabó con la vida de Osama bin Laden en Pakistán; en la imagen, Blinken aparece asomado a la retransmisión en directo del asalto entre un grupo de altos cargos del Gobierno, la Casa Blanca y el Pentágono situado de pie por detrás de Obama, Biden, la secretaria de Estado Clinton y el secretario de Defensa
Robert Gates.
En enero de 2013 arrancó el segundo mandato de Obama y Blinken fue ascendido a viceconsejero de Seguridad Nacional del presidente y adjunto por tanto a la consejera Susan Rice. Meses después, su esposa Evan, procedente también del equipo de Biden, fue nombrada subsecretaria de Estado para Asuntos Educativos y Culturales. La siguiente promoción del abogado en el núcleo de la Administración Obama llegó el 9 de enero de 2015, fecha en que tomó el relevo a William Joseph Burns como subsecretario de Estado, situándose a las órdenes del secretario
John Kerry.
El Blinken de esta época era un oficial de la Casa Blanca y el Departamento de Estado partidario del intervencionismo militar en los conflictos bélicos estallados en Oriente Medio a raíz de la
Primavera Árabe de 2011. Sus propósitos declarados eran frenar ataques a gran escala contra población civil e impedir el desbordamiento del estado de guerra en la región por parte de gobiernos o grupos rebeldes hostiles a Estados Unidos. En 2015, por ejemplo, el subsecretario expresó su respaldo a la intervención en Yemen -a la postre fallida- de las fuerzas de la coalición árabe comandada por Arabia Saudí que buscaba aplastar a la poderosa guerrilla hutí, apoderada de la capital Sanaa. Y con respecto a Siria, también devastada por una guerra civil progresivamente internacionalizada, Blinken dejó saber su opinión contraria a la controvertida decisión de Obama de no atacar frontalmente al régimen de
Bashar al-Assad, propiciando así su colapso, como castigo por el empleo de armas químicas contra los rebeldes sirios. Ahora bien, en septiembre de 2014 la Fuerza Área de Estados Unidos, extendiendo su radio de operaciones en Irak, empezó a bombardear objetivos del Estado Islámico en Siria, ataques a los que siguió el despliegue de tropas de tierra en misiones de entrenamiento y apoyo táctico de una parte de la constelación de insurgencias que combatían al Gobierno de Damasco.
La derrota de Hillary Clinton frente a
Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016 marcó el final del segundo período de Blinken en el Gobierno de Estados Unidos. A diferencia de la mudanza de 2001, tomó distancias de la política activa y se instaló profesionalmente en el sector privado, como consultor en sus áreas de experiencia e inversor de capital. En 2017, nada más abandonar el Departamento de Estado, Blinken fundó junto con la ex subsecretaria de Defensa para Asuntos Políticos Michèle Flournoy y otros anteriores funcionarios de la Administración Obama la firma WestExec Advisors, especializada en asesoría de políticas estratégicas, orientación en negocios financieros y análisis de riesgos geopolíticos. Por otro lado, adquirió membresía en el
think tank Council on Foreign Relations (CFR) y se acercó al periodismo con opiniones y análisis para
The New York Times y la CNN. Su reencuentro con el mundo de la academia incluyó la dirección administrativa del Penn Biden Center for Diplomacy & Global Engagement, creado por el ex presidente Biden, y colaboraciones con la Paul H. Nitze School of Advanced International Studies de la Universidad Johns Hopkins.
(Cobertura informativa hasta 10/1/2020)