Procedente del desértico nordeste del país, cerca de la frontera sudanesa, miembro de la minoría étnica Zaghawa y de religión musulmana, tras completar el bachillerato en el Lycée Jacques Moudeina de Bongor orientó su carrera a la milicia profesional, convirtiéndose en alumno de la Escuela para Oficiales de N'Djamena. En 1976 se facultó como piloto de aviones de transporte y paracaidista en Francia, en el Instituto Aeronáutico Amaury de la Grange de Merville. Estuvo al servicio de la junta militar del general Félix Malloum, que en 1975 derrocó al presidente civil François Tombalbaye, pero luego se enroló en las Fuerzas Armadas del Norte (FAN), guerrilla dirigida por el ex primer ministro Hissène Habré y que desde 1980 se enfrentó al Gobierno de Unidad Nacional de Transición (GUNT), el poder central de N'Djamena presidido por Goukouni Oueddei, así como al Ejército libio llegado en su apoyo.
Cuando Habré expulsó a Oueddei en una acción de fuerza en 1982, Déby, que había alcanzado importantes posiciones de mando en las FAN, se convirtió en el jefe del Estado Mayor de las nuevas Fuerzas Armadas Nacionales Chadianas (FANT) con el rango de coronel. Posteriormente marchó de nuevo a Francia, para un curso formativo en la Escuela Superior de Guerra Inter-Armas. En 1987 Habré le nombró su asesor para asuntos de seguridad y defensa. En este período, Déby fue también un comandante movilizado en las operaciones militares contra las nuevas insurgencias prolibias surgidas en el norte del país. Asimismo, se distinguió por su combatividad en el frente de guerra contra el Ejército libio.
Hacia 1988 Déby entró en contacto con los círculos conspirativos y él mismo intentó derrocar a Habré en un confuso golpe de Estado el 1 de abril de 1989. El complot involucró también a Hassan Djamous, su sucesor en la jefatura del Estado Mayor de las FANT, y al ministro del Interior, Ibrahim Mahamat Itno, a la sazón primos suyos, y se urdió en el contexto de la brutal persecución desencadenada contra los Zaghawa por Habré, quien pertenecía a la comunidad Gorane. El dictador desbarató la intentona, que costó la vida a Djamous y a Mahamat Itno, pero Déby consiguió escapar. El coronel prófugo se puso a salvo en Libia y luego en la región sudanesa de Darfur, donde reorganizó sus efectivos y, en octubre de 1989, inició las hostilidades guerrilleras contra el Gobierno chadiano.
El nuevo hombre fuerte de Chad
En abril de 1990 Déby constituyó el Movimiento Patriótico de Salvación (MPS) y el 10 de noviembre desencadenó una ofensiva general que le permitió capturar la capital, N'Djamena, el 2 de diciembre, horas después de huir Habré a Senegal. El 4 de diciembre Déby asumió formalmente el poder al frente de un Consejo de Estado, organizado a su vez por el Consejo Nacional de Salvación (CNS) del MPS, y prometió la instauración de una democracia, luego de ocho años de Gobierno dictatorial de Habré. La Unión Nacional para la Independencia y la Revolución (UNIR) de Habré, consagrado como partido único en el referéndum de 1989, quedó asimismo disuelto. Sin embargo, el 28 de febrero de 1991, frustrando las esperanzas de la población, el CNS dictó una Carta Nacional que postergaba al menos un par de años la celebración de elecciones pluralistas. El 4 de marzo siguiente el Consejo de Estado quedó disuelto, Jean Alingue Bawoyeu, dirigente de la Unión por la Democracia y la República (UDR), se estrenó como primer ministro del nuevo Gobierno y Déby tomó posesión de la Presidencia de la República.
Consolidado en el poder en virtud de su productivo entendimiento con París en materia de seguridad, luego la orientación estrictamente profrancesa de Chad no experimentó variaciones, Déby transformó el MPS en un partido político sin más ideología que el nacionalismo chadiano y demoró las elecciones hasta 1996. Ahora bien, desde el 4 de octubre de 1991 el pluripartidismo estuvo formalmente autorizado y desde el 7 de abril de 1993 operó un Consejo Superior de Transición, elegido por una Conferencia Nacional Soberana que reunió a 750 representantes de los partidos políticos, corporaciones de la sociedad civil y autoridades tradicionales y religiosas, así como de algunos grupos armados disidentes. El 31 de marzo de 1996 la nueva Constitución Nacional fue aprobada en referéndum con el 64,5% de los votos
Las elecciones presidenciales tuvieron lugar finalmente a dos vueltas el 2 de junio y el 3 de julio de 1996. Déby se presentó a las mismas al poco de otorgarse a sí mismo los galones de general de Cuerpo de Ejército. Las primera competición multipartidista en la historia del país (anteriormente, Chad solo había conocido una elección presidencial directa, la organizada en 1969 por el luego asesinado François Tombalbaye bajo su dictadura de partido único) se saldaron con la previsible victoria del musulmán norteño Déby, el cual se llevó el 69,1% de los votos en el balotaje frente al cristiano sureño Wadel Abdelkader Kamougué, antiguo oficial implicado en el golpe de Estado militar de 1975 y posteriormente líder guerrillero que durante la guerra civil había sido vicepresidente del GUNT y aliado de Goukouni Oueddei. Los candidatos de la oposición denunciaron fraude, pero los observadores internacionales negaron que los defectos constatados, aunque graves, resultaran determinantes para la victoria de Déby, quien inició su primer mandato quinquenal el 8 de agosto.
El 5 de enero y el 23 de febrero de 1997 tocaron los comicios a la nueva Asamblea Nacional de 125 miembros; de nuevo, se trató de la primera elección legislativa plural desde la independencia. El MPS obtuvo una mayoría simple de 65 escaños. Déby aceptó integrar en el Gobierno al partido de Kamougué, la Unión para la Renovación y la Democracia (URD), y a la segunda fuerza de la oposición en número de escaños, la Unión Nacional para la Democracia y la Renovación (UNDR) de Saleh Kebzabo, el tercer candidato más votado en las presidenciales, si bien reservó para el MPS los ministerios clave. Del MPS fue también el nuevo primer ministro, Nassour Guelendouksia Ouaido. Hasta entonces, el presidente había confiado el cargo a figuras, cinco desde 1991, pertenecientes a otras formaciones. En lo sucesivo, el MPS de Déby, pese a los mecanismos e instituciones propios de la democracia constitucional, funcionó como un partido hegemónico al ocupar todos los resortes del poder y controlar los medios de comunicación.
En los años siguientes, Déby superó varios complots golpistas y combatió con eficacia la esporádica actividad guerrillera de una serie de grupos insurgentes en el sur y el este del país, alzados en armas con la exigencia de un modelo federal del Estado. Su base étnica era por lo general cristiana, aunque no eran pocos los musulmanes que querían derrocar a Déby. Este frente rebelde multiforme y cambiante dio lugar a numerosos episodios bélicos de media o baja intensidad seguidos de iniciativas de paz de variada fortuna. La persistencia de estos focos facciosos cronificó la inseguridad en extensas áreas del país.
Entre 1998 y 2002 la guerrilla más amenazadora fue el Movimiento por la Democracia y la Justicia del Chad (MDJT), liderado por Youssouf Togoïmi, quien fuera ministro de Defensa y del Interior hasta 1997. El MDJT basó sus actividades en áreas próximas al macizo montañoso del Tibesti, en el desértico noroeste del país, fronterizo con Libia. En abril de 1999 esta guerrilla decidió coordinar sus actividades con otras dos oposiciones armadas, el Movimiento por la Democracia y el Desarrollo (MDD) y el Consejo Democrático Revolucionario (CDR).
Mientras mantenía a raya a sus enemigos de casa, Déby se mostró impasible con la prensa negativa de su régimen en la esfera exterior. Así, Amnistía Internacional denunció la práctica de ejecuciones sumarias, algunas extrajudiciales de presos políticos, otras de reos por delitos comunes y con carácter público, así como la comisión por la temida Guardia Presidencial de todo tipo de abusos contra la población civil. A pesar de haber impuesto un modelo de Estado unitario con predominio del eje cultural franco-árabe y claras preferencias musulmanas, Déby no toleraba la politización del Islam. A sus ojos, este fenómeno arrastraría inexorablemente a Chad de nuevo a la fractura religiosa y territorial entre el norte y el sur, trasfondo principal que había sido de la guerra civil de 1965-1979. Sin ir más lejos, este era el escenario que desde 1983 desgarraba al vecino Sudán, sumido en una sangrienta guerra civil.
Con el líder libio
Muammar al-Gaddafi, desde el desastre militar de Faya Largeau (1987) resignado a abandonar sus sueños anexionistas en Chad, Déby alcanzó un excelente nivel de relaciones luego de fallar, el 3 de febrero de 1994, el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya a favor de Chad en el litigio por la soberanía de la Franja de Aouzou, que seguía ocupada desde el final de la guerra libio-chadiana en 1988. Las tropas libias evacuaron el territorio sin problemas. De hecho, quedaba mucho de la vieja relación de amistad establecida en 1989, cuando el rebelde Déby gozó de la protección de Gaddafi y recibió en Libia el adiestramiento y la logística que hicieron posible el derrocamiento de Habré. La situación se repetía ahora, al prestar el Gobierno de Trípoli un importante apoyo al Ejército chadiano en sus enfrentamientos con el MDJT. También Sudán, pese a las características fuertemente islámicas de su régimen, figuraba ahora mismo entre los estados amigos, prolongándose así la mutua solidaridad inaugurada en 1989 con la acogida por Jartum del entonces prófugo Déby.
En el verano de 1998 Déby envió a la República Democrática del Congo no menos de un millar de soldados en auxilio del presidente
Laurent Kabila, presencia que fue valorada por algunos observadores como puesta al servicio de los intereses del siempre intrigante Gaddafi en este país en llamas de África central. Las unidades chadianas, al igual que las sudanesas, sufrieron graves reveses en los frentes septentrionales y de la región de Kivu a manos de las guerrillas congoleñas y sus aliados, las tropas regulares ugandesas y rwandesas. En abril de 2000 se informó de la retirada del contingente chadiano, combatiente en un mismo bando junto con soldados angoleños, zimbabwos y namibios.
Muy dependiente en lo económico de Francia, la antigua potencia colonial subvenía las necesidades del paupérrimo Chad a través de la Agencia Francesa del Desarrollo. El Gobierno de París toleró, aunque con creciente impaciencia, los desórdenes administrativos y financieros del régimen de Déby, a cambio de mantener aquí un importante dispositivo militar (
Épervier, en torno al millar de hombres) y de la participación de la compañía Elf-Aquitaine en la explotación de los recursos petrolíferos de Doba, al sudoeste del país.
En 1999 este proyecto estaba lastrado por el retraso en la construcción de un oleoducto para el embarque del crudo vía Camerún, la pérdida de interés de la petrolera francesa en el mismo y las dificultades para encontrar financiación exterior. El Gobierno de Déby, que mantenía un programa de ajuste estructural negociado con el FMI, fundaba sus expectativas de crecimiento económico en los ingresos de la producción algodonera y en las futuras rentas del petróleo. En 2000 la compañía estadounidense ExxonMobil se ofreció para bombear y dirigir el petróleo chadiano hasta el Atlántico por la ruta camerunesa, y Déby no dudó en suscribir con ella un acuerdo que la oposición política fustigó por parecerle sus términos desventajosos para el país. El consorcio puesto en marcha, que contaba con financiación del Banco Mundial, preveía empezar a exportar petróleo en 2003.
La expectación por el espectacular incremento de la renta nacional que el maná petrolero pudiera generar flotó sobre las elecciones presidenciales del 20 de mayo de 2001, en las que Déby se enfrentó a seis candidatos, cinco de los cuales eran sureños. Sin necesidad de una segunda vuelta, el mandatario ganó la reelección para otros cinco años con el 63,2% de los votos, por delante de Ngarlejy Yorongar (FAR), Saleh Kebzabo (UNDR) y Wadal Abdelkader Kamougué (URD), a la sazón presidente de la Asamblea Nacional. Aunque todos ellos insistieron haber sido víctimas de un fraude escandaloso, los monitores internacionales se declararon moderadamente satisfechos con el desarrollo de la consulta. En los disturbios subsiguientes la Policía detuvo brevemente a los seis candidatos derrotados, que reclamaron la anulación de las elecciones. Luego, en las legislativas del 21 de abril de 2002, el MPS vio incrementada su cuota parlamentaria hasta los 113 diputados, una holgada mayoría absoluta. El 12 de junio siguiente Déby nombró primer ministro a Haroun Kabadi, su octavo titular del puesto desde 1991 y el tercero consecutivo perteneciente al MPS. Paralelamente, el Gobierno mantenía sendas mesas de negociación con el MDJT y el Ejército de Resistencia Nacional (ANR).
(Cobertura informativa hasta 1/7/2002)