Paul Biya

Editado por: Roberto Ortiz de Zárate Arce

 Nota de actualización: esta biografía fue publicada en 2001. Paul Biya, presidente de la República de Camerún desde 1982, ganó sus mandatos electorales quinto el 11/10/2004, sexto el 9/10/2011 (luego de suprimir la Asamblea Nacional en 2008 toda limitación al número de ejercicios presidenciales), séptimo el 7/10/2018 y octavo el 12/10/2025, con respectivamente el 70,9%, el 80%, el 71,3% y el 53,7% de los votos. Las especulaciones sobre una retirada de Biya y su sucesión por su hijo Franck no se confirmaron. Todos estos procesos electorales fueron denunciados como fraudulentos por los principales candidatos derrotados de la oposición, John Fru Ndi (SDF) en 2004 y 2011, Maurice Kamto (MRC) en 2018 e Issa Tchiroma Bakary (FSNC) en 2025. 

Las votaciones de 2025 estuvieron acompañadas de fuertes controversias y tensiones por la avanzada edad de Biya (92 años, lo que le convertía en el mandatario en ejercicio más provecto del mundo, en cuya lista de jefes de Estado con más tiempo en el poder ocupaba el cuarto lugar) y las especulaciones sobre su estado de salud, a lo que siguió el estallido de disturbios y saqueos una vez divulgados los resultados del escrutinio. Dichas protestas tuvieron un carácter generalizado, con un balance provisional de 23 muertos y un millar largo de detenidos. Issa Tchiroma, al que la autoridad electoral adjudicó el 35,2% de los votos, calificó las elecciones de "farsa" y reclamó que se le proclamara presidente electo.

En cuanto al partido gobernante liderado por Biya, el conservador y profrancés RDPC, ganó con mayorías de dos tercios las elecciones legislativas de 2002, 2007, 2013 y 2020. Desde 2004, Biya ha contado con tres primeros ministros, todos miembros del RDPC: Ephraïm Inoni, Philemon Yang y, a partir de 2019, Joseph Dion Ngute. 

Aunque bajo la férula autoritaria del anciano Biya Camerún ha mantenido durante décadas (al menos hasta las elecciones de 2025, que volvieron a certificar la naturaleza dictatorial y represiva del régimen, señalado además por su sistemática corrupción) uno de los escenarios políticos más estables de África en paralelo a una situación económica boyante, el país ha visto comprometida su paz y su seguridad por dos frentes de rebelión violenta: la denominada Crisis Anglófona, un conflicto armado iniciado en 2017 por el movimiento separatista de la autoproclamada República Federal de Ambazonia en las regiones Noroeste y Sudeste, linderas con Nigeria; y desde 2013, la insurgencia yihadista-terrorista de Boko Haram, muy activa en la región del Extremo Norte, ribereña del lago Chad.


BIOGRAFÍA

Paul Biya recibió su educación en la Escuela de la misión católica de Ndem, en los seminarios San Tarcisio de Edéa y de Akono, y en el Liceo General Leclerc de Yaoundé, donde consiguió el título de bachiller. Posteriormente amplió su formación en París, primero en el prestigioso Liceo Louis le Grand y luego en la Universidad de la Sorbona, el Instituto de Estudios Políticos y el Instituto de Estudios Superiores de Ultramar, por los que obtuvo respectivamente la licenciatura en Derecho Público y sendos diplomas de especialización.

Biya fue, por tanto, uno de los más preparados integrantes de la élite autóctona camerunesa, formada en Europa y llamada a dirigir el país cuando Francia le otorgara la independencia. Dos años después de producirse ésta, en 1962, el futuro líder regresó a Camerún para hacerse cargo del Departamento de Ayuda Exterior del Gobierno, colocándose las órdenes directas del presidente Ahmadou Ahidjo. En 1964 fue nombrado director de gabinete en el Ministerio de Educación Nacional, Juventud y Cultura, y al año siguiente secretario general del ministerio. En diciembre de 1967 pasó a dirigir el Gabinete Civil de Ahidjo y al cabo de un mes tomó la Secretaría General de la Presidencia, con rango de ministro.

En junio de 1970 la oficina de Biya recibió la condición de Ministerio del Estado. El 30 de junio de 1975 Ahidjo le nombró primer ministro y vicepresidente de la Unión Nacional Camerunesa (UNC), el partido único del régimen desde que en septiembre de 1966 se fusionaran la Unión Camerunesa y el Partido Democrático Nacional de Kamerún, que eran las fuerzas políticas dominantes en los estados Oriental (francófono) y Occidental (anglófono) del país, respectivamente. Con aquella promoción, Biya quedó confirmado como la incuestionable mano derecha de Ahidjo y su heredero político. Efectivamente, una enmienda en junio de 1979 a la Constitución de 1972 estableció que el primer ministro asumiría la jefatura del Estado en caso de vacancia en la misma, con lo que la cuestión sucesoria quedó zanjada.

El 4 de noviembre de 1982 Ahidjo, alegando motivos de salud, anunció inesperadamente la dimisión y dos días después Biya asumió la Presidencia con su público parabién. Sin embargo, pronto emergieron graves diferencias personales entre Biya y Ahidjo, presumiblemente porque aquel no estaba dispuesto a la transacción con un ex presidente que, si bien estaba retirado de las tareas gubernativas, conservaba cotas de poder notables desde su continuidad al frente de la UNC. El partido único del régimen volvió a capturar los 120 escaños de la Asamblea Nacional en las votaciones del 29 de mayo de 1983.

El 22 de agosto de 1983, tras un ácido cruce de acusaciones en las que Ahidjo denunció el "régimen policial" de su antiguo protegido, Biya anunció la desarticulación de un complot tramado por partidarios de Ahidjo —quien sin esperar las seguras represalias huyó a Francia—, y para excusar hipotéticos contragolpes destituyó al primer ministro, Bello Bouba Maigari. El 27 de agosto las aguas volvieron a su cauce cuando desde el exilio Ahidjo notificó que renunciaba a la presidencia de la UNC, a la que Biya fue formalmente elevado el 14 de septiembre. 

Este inesperado antagonismo se enmarcó en unas luchas personales por el poder, pero también en una diferente visión de la ordenación territorial de un Estado que, como consecuencia de su colonización por dos potencias europeas, presentaba una división de culturas, según un trazo en diagonal, entre el norte-oeste musulmán y anglófono, y el sur-este cristiano y francófono. Ahidjo era un norteño receptivo a los particularismos del antiguo territorio británico y tendía a apoyarse en estructuras de poder de tipo tribal, mientras que el sureño Biya era un firme defensor del Estado centralizado y fuerte, de acuerdo con el modelo establecido tras la abolición del federalismo en junio de 1972.

El 14 de enero de 1984 Biya se hizo confirmar en unas elecciones presidenciales con el 99,9% de los votos en virtud a su única candidatura, a pesar de que una reciente reforma legal permitía las postulaciones independientes de la UNC. Días después, el cargo de primer ministro, desempeñado por Luc Ayang desde agosto de 1983, fue abolido y sus funciones en el Consejo de Ministros transferidas a la Presidencia. El 4 de febrero la nación pasó a denominarse de República Unitaria de Camerún a simplemente República de Camerún, indicando la intención de Biya de borrar toda referencia simbólica a la dualidad cultural del país.

El 6 de abril de 1984 Biya abortó sin ahorro de violencias una intentona golpista por parte de musulmanes norteños de la Guardia Republicana, tras la cual el presidente advirtió nuevamente la mano de Ahidjo, quien en febrero anterior había sido condenado a muerte in absentia. Los enfrentamientos a tiros en el entorno del Palacio Presidencial se prolongaron durante varios días y al cabo de los mismos varios conspiradores fueron ejecutados. 

Se trató esta de la última tentativa seria contra Biya, en lo sucesivo firmemente asentado con un talante autocrático, decepcionando a quienes habían pensando que su ascenso iba a traer un cambio democrático. En las elecciones generales del 24 de abril de 1988, siempre en el contexto no competitivo, Biya fue reelegido con el 100% de los votos y el Reagrupamiento Democrático del Pueblo Camerunés (RDPC, nuevo nombre de la UNC desde el 24 de marzo de 1985) copó los 180 escaños de la Asamblea Nacional.

La política exterior del presidente camerunés continuó punto por punto la trayectoria moderada y prooccidental de Ahidjo. Así, se subordinó a los intereses de Francia en el conflicto de Chad, dando soporte al presidente Hissène Habré frente a las guerrillas locales y el Ejército libio. También, formó con el zaireño Mobutu Sese Seko, el togolés Gnassingbé Eyadéma y el gabonés Omar Bongo (todos ellos bastante más veteranos que él en el ejercicio del poder) el cuarteto de aliados incondicionales de la antigua metrópoli en esta parte de África. Por otro lado, en agosto de 1986 Biya se reunió en Yaoundé con el primer ministro israelí, Shimon Peres, para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, rotas por Ahidjo cuando la guerra de Yom Kippur en 1973.

El 19 de diciembre de 1990, en respuesta a una serie de disturbios prodemocracia, contundentemente reprimidos por las fuerzas de seguridad, Biya promulgó el multipartidismo y puso en marcha un proceso de transición dirigido "desde arriba", sin acceder a las exigencias de la oposición, capitaneada por el anglófono Frente Socialdemócrata (SDF), de que se convocara una conferencia nacional del tipo de las celebradas en otros países de la región.

El mandatario sí realizó algunas concesiones y cambios más bien cosméticos. Así, el 26 de abril de 1991 el puesto de primer ministro fue restablecido y su nuevo titular pasó a ser Sadou Hayatou, un miembro del RDPC. Asimismo, Biya decretó una amnistía general y anunció elecciones legislativas anticipadas. Pero los partidos de la oposición siguieron exigiendo que se les consultara en la confección de un calendario de transición democrática. Pese al gran número de víctimas mortales, entre 200 y 300 en dos años, que la estrategia de la confrontación frente a un presidente renuente a transigir y resuelto a reprimir acarreaba, la oposición continuó organizando protestas y campañas de desobediencia.

El 1 de marzo de 1992 tuvieron lugar los primeros comicios pluralistas desde 1964. Con el boicot de una parte significativa de la oposición, empezando por el SDF, cuyos llamamientos tuvieron más acogida en las regiones de norte, el RDPC se adjudicó 88 escaños, esto es, tres por debajo de la mayoría absoluta, seguido por la Unión Nacional para la Democracia y el Progreso (UNDP) con 68 puestos y la Unión de los Pueblos de Camerún (UPC) con 18. El 9 de abril Simon Achidi Achu (RDPC) formó un Gobierno de coalición con el Movimiento por la Defensa de la República (MDR), que aportaba seis escaños en la Asamblea y aseguraba la mayoría absoluta del oficialismo. Al ser Achidi Achu un anglófono, Biya pretendía contrarrestar la popularidad de John Fru Ndi, el líder del SDF.

El 11 de octubre del mismo año tuvieron lugar las elecciones presidenciales, en las que Biya, con el 39,9% de los votos y una participación del 71,9%, 20 puntos menos que en 1988, obtuvo un nuevo mandato, de cinco años, que inauguró el 3 de noviembre. Los dos candidatos de entidad derrotados, Fru Ndi por el SDF y el ex primer ministro Bouba Maigari por la UNDP, denunciaron la comisión de un fraude a gran escala, imputaciones que fueron asumidas por los observadores internacionales hasta el punto de cuestionar la validez de la consulta. 

De hecho, la organización estadounidense Instituto Nacional Democrático publicó a finales del mes un informe concluyente sobre la adulteración de las elecciones. Ya antes de las mismas, Biya estaba en el disparadero por su presunta implicación directa en la quiebra de la Sociedad Camerunesa de Bancos (SCB), expuesta por el medio Jeune Afrique Economie. Según esta publicación, del desorden financiero de la SCB tampoco había sido ajena la primera dama Jeanne-Irène Biya, fallecida por causas naturales el 29 de julio de 1992 con 56 años. El viudo contrajo nuevas nupcias en abril de 1994 con Chantal Vigouroux, luego madre de sus hijos Brenda y Junior. Biya tenía un hijo mayor concebido con su primera esposa, Franck, nacido en 1971, convertido en hombre de negocios.

Tras las elecciones de 1992, Biya, con el respaldo de Francia, que ha financiado decisivamente una economía muy voluble por las tendencias a la baja en los precios del cacao, el café y el petróleo, principales exportaciones del país (entre 1987 y 1993 Camerún sufrió una durísima recesión que devoró un tercio de su PIB), y por el retraso de las reformas estructurales, se sintió autorizado para congelar el proceso democratizador iniciado en 1990 y restaurar un orden dictatorial a todos los efectos. 

El 18 de enero de 1996 el dirigente hizo promulgar una nueva Constitución que confirmaba la naturaleza unitaria del Estado, instituía el Senado como cámara alta del poder legislativo y ampliaba la duración del ejercicio presidencial de los cinco a los siete años. A diferencia del texto de 1972, que no fijaba topes, la flamante Constitución limitaba el número de mandatos presidenciales a dos consecutivos. Sin sorpresas, el oficialismo argumentó que con la entrada en vigor de la nueva ley suprema, el contador de mandatos de Biya se ponía a cero, luego el presidente podría presentarse a las votaciones de 1997 y, si así lo deseaba y su salud se lo permitía, también a las de 2004.

Durante la década de los noventa, la reputación internacional de Biya quedó disminuida por las conclusiones muy negativas sobre la situación de los derechos humanos en Camerún, fundamentalmente en lo tocante a la práctica de la tortura, publicadas por la Comisión ad hoc de la ONU y la ONG Amnistía Internacional. Por otro lado, el país ha encabezado habitualmente los informes de publicaciones económicas sobre índices de corrupción en el mundo.

En las elecciones legislativas del 17 de mayo de 1997 el RDPC aumentó su representación hasta los 109 escaños, relegando a la impotencia parlamentaria al SDF y a la UNDP, mientras que en las presidenciales del 12 de octubre del mismo año Biya se aseguró la continuidad en el cargo hasta 2004, con un abrumador 92,6% de los votos frente a ocho candidatos. Entre ellos no estaban ni Fru Ndi ni Bouba Maigari, quienes llamaron a la abstención por la negativa del Gobierno a crear una comisión electoral independiente y a cederles espacios de publicidad electoral en los medios de comunicación controlados por el Estado.

Ambos procesos electorales estuvieron marcados por la violencia interpartidista, el hostigamiento a votantes de la oposición y nuevas y airadas denuncias de fraude. A finales de año, sin embargo, se abrió una etapa de apaciguamiento con la entrada en el Gobierno de ministros de la UNDP (incluido su dirigente, Bouba Maigari, quien aceptó ser ministro de Estado para el Desarrollo Industrial y Comercial) y la recuperación de la actividad económica gracias a los éxitos de Biya en las negociaciones financieras con el FMI y el Club de París de países acreedores. El primer ministro desde septiembre de 1996, Peter Musonge Mafany, fue confirmado por Biya.

Desde finales de la década de los noventa, pese a la profusión de conflictos armados en casi todos los estados que rodean a Camerún —que, por contraste, se ha convertido casi en un remanso de estabilidad—, Biya no ha destacado tanto como otros presidentes de la zona en las misiones de mediación personal o de envío de tropas de interposición. En esta contención probablemente han tenido que  ver las malas relaciones con Nigeria, que ha asumido un rol de liderazgo en África Occidental, a causa de la disputa territorial de la península de Bakassi.

Yaoundé fue el escenario de la XXII Asamblea (cumbre) ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización para la Unidad Africana (OUA), en julio de 1996, en la que Biya fue elegido presidente de turno hasta junio de 1997, y de la XXI Conferencia Franco-Africana, en enero de 2001. Por otro lado, en noviembre de 1995 la Commonwealth británica admitió la petición camerunesa de ingreso.

El presidente camerunés está en posesión, entre otras distinciones, de la Gran Cruz de la Legión de Honor (Francia), la Medalla de San Jorge (Reino Unido), el Gran Collar de la Orden de Quissam Mohammadi (Marruecos) y la Gran Cruz de la Orden Nacional del Mérito de Senegal. Es asimismo doctor honoris causa por la Universidad de Maryland (Estados Unidos) y profesor honorario de la Universidad de Beijing. En 1999 el Centro de Estudios Políticos sobre la Sociedad (CEPS) de París le concedió su premio internacional.

(Cobertura informativa hasta 1/4/2001).

 

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