“Nos identificamos como socios estratégicos, pero tenemos claro que no somos aliados”, afirma Yan Xuetong, decano de Relaciones Internacionales de la Universidad de Tsinghua, Beijing, y ponente en la 21ª conferencia anual de CIDOB ‘War and Peace in the 21st Century’, celebrada el pasado 11 de marzo bajo el título ‘China and the US: Can Bipolar Confrontation Be Avoided?’. “No tenemos la relación que tienen los Estados Unidos con la OTAN, que forman un frente común; nuestro apoyo a Rusia no es comparable al que puedan brindarle las antiguas repúblicas soviéticas, de ahí la neutralidad que China ha mostrado respecto a Ucrania”, añade. “Yo lo llamaría neutralidad prorrusa, y la prueba es que Pequín nunca habla de invasión, lo llaman crisis”, sostiene por su parte Bonnie S. Glaser, directora del Programa Indo-Pacífico del German Marshall Fund of the United States (GFMUS) y también ponente en esta jornada. “Por una parte, China defiende la soberanía de Ucrania sobre su territorio, al mismo tiempo que tiene una relación muy estrecha con Rusia. China ha intentado equilibrar esos dos intereses y ha evitado tener que elegir entre ambos”, concluye la experta.
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