Héctor Sánchez Margalef, investigador de CIDOB, analiza el resultado de las elecciones parlamentarias en Grecia: “La clave de la victoria para mí es, sobre todo, la economía. Es decir, los números macroeconómicos en Grecia son buenos, aunque una parte de la población no lo haya notado en su día a día, pero es verdad que la inversión extranjera ha vuelto a Grecia, el turismo postpandemia está de subida, el desempleo es más bajo que en España, aunque el juvenil es verdad que sigue siendo muy alto. Los griegos han confiado en que otro gobierno de Mitsotakis les dé el empuje necesario para que los números macroeconómicos se trasladen a las familias”. “Las escuchas a opositores y periodistas no le han pasado factura a Mitsotakis. Es sorprendente porque Nueva Democracia ha superado a Syriza entre los votantes más jóvenes; recordemos que la mayoría de las víctimas del accidente de tren del 28 de febrero fueron jóvenes. Pero lo que ha acabado pesando, sin ninguna duda, es la economía. Parece ser que los griegos no querían más experimentos, no querían un giro radical en quién los lideraba y, por tanto, han apostado por la estabilidad, que es un mensaje que Mitsotakis ha estado repitiendo durante toda la campaña electoral: estabilidad para seguir creciendo y que los buenos números macroeconómicos se consolidaran en Grecia”, concluye el investigador.
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