El año 2001 estuvo caracterizado por un deterioro progresivo de las expectativas de crecimiento mundial. Las incertidumbres, reflejadas en el descenso de los precios bursátiles y de la confianza de los agentes económicos, se agudizaron tras los atentados terroristas del 11 de septiembre en EEUU. En el conjunto del año, el crecimiento mundial se situó en el 2,4%, la mitad que en 2000 y el mínimo desde el comienzo de la década de los noventa. Por su parte, el comercio, tras un año de crecimiento excepcional, experimentó en 2001 el menor crecimiento de los últimos veinticinco años.