Enfrentando los desafíos de la desigualdad, la tecnología y la cohesión social
El sistema de distribución de ingresos del siglo XX se ha transformado irremediablemente. El mundo es testigo de una ola sin precedentes de progreso científico y tecnológico con la llegada de la digitalización, la robótica, la inteligencia artificial y la genómica, por citar los ámbitos más relevantes. Esta nueva era se conoce como la cuarta revolución industrial y desafía la sostenibilidad del empleo y la organización social del trabajo tal y como la conocemos. De hecho, algunos estudios científicos señalan que alrededor del 47% de los empleos actuales desaparecerán en 2025 (OCDE, Frey y Osborne). Ante este escenario, el interés de los responsables políticos, las empresas, los representantes académicos y los organismos de la sociedad civil ha ido en aumento dado el riesgo que esta tendencia supone para el actual estado del bienestar y la organización social.
Los niveles crecientes de desigualdad y desempleo ya son una realidad en muchos lugares del mundo, afectando seriamente a la cohesión social de ciudades, regiones y países. Cada vez más, los ingresos se vuelven más precarios y volátiles. Asimismo, la inseguridad crónica ya no podrá ser superada con leyes de salario mínimo, créditos tributarios o subsidios. Ante esto, surgen numerosos interrogantes: ¿Las nuevas tecnologías no sólo destruirán, sino que ayudarán a crear empleos a largo plazo? ¿Qué harán los gobiernos locales, regionales y nacionales para garantizar el acceso a los servicios básicos? ¿Recibiremos nuestro subsidio de jubilación? ¿Cuál es el papel del sector privado y de la sociedad civil ante este escenario? ¿Podemos encontrar nuevos mecanismos de gobernanza para abordar estos desafíos?
Las ciudades se han convertido no sólo en el lugar donde vive la mayoría de la población mundial, sino también en el núcleo de la innovación y las políticas experimentales. Algunas ciudades están implementando proyectos piloto para probar la factibilidad de una Renta Básica Universal (RBU), es decir, un ingreso mensual y fijo que todos los ciudadanos recibirían incondicionalmente, sin importar su estatus social y nivel de ingresos, con el objetivo de asegurar la cohesión social y salvaguardar el acceso a los servicios básicos, eliminando los costes de transacción vinculados a la burocracia y fomentando el espíritu empresarial, la innovación y el consumo. ¿Podemos decir que a esta vieja idea le ha llegado finalmente su momento? ¿Es la RBU un imperativo político?
En este contexto, CIDOB y la red "Wise Cities: a glocal Think Tank network" organizan una conferencia para discutir la factibilidad de la RBU con responsables políticos que actualmente están implementando proyectos piloto y académicos que están investigando este esquema de innovación social altamente decisivo.
Antoni Segura, presidente, CIDOB
Introducción
Josep M. Coll,coordinador científico de “Wise Cities: a glocal Think Tank network”; investigador sénior asociado, CIDOB
Helsinki
Pertti Honkanen, investigador sénior, Social Insurance Institution of Finland (KELA)
Utrecht
Timo Verlaat,doctorando, Universidad de Utrecht
Barcelona
Lluís Torrens,director de Planificación e Innovación, Área de Derechos Sociales, Ayuntamiento de Barcelona
Modera:
Josep M. Coll,coordinador científic de “Wise Cities: a glocal Think Tank network”; investigador sènior associat, CIDOB
Boyd Cohen, director de recerca, EADA Business School Barcelona
Lluís Torrens,director de Planificació i Innovació, Àrea de Drets Socials, Ajuntament de Barcelona
Timo Verlaat,doctorand, Universitat d’Utrecht
María Sisternas,sòcia i directora executiva, Mediaurban
Pertti Honkanen,investigador sènior, Social Insurance Institution of Finland (KELA)
Xavier Ferràs,degà, Facultat d’Empresa i Comunicació, Universitat de Vic