Desde el 11 de septiembre de 2001, las ciudades han sido los principales objetivos del terrorismo yihadista en Europa. Los recientes ataques en París (2015), Copenhague (2015), Bruselas (2016), Niza (2016), Estocolmo (2017) y Londres (2017) han demostrado el daño que el terrorismo puede causar a la cohesión de las sociedades europeas. En particular, el hecho de que las ciudades europeas hayan sido atacadas tanto por terroristas nacionales como por retornados de guerras en el extranjero ha provocado un debate sobre cómo los centros urbanos pueden responder a la creciente amenaza del extremismo violento. 

A nivel europeo, algunas de las políticas de prevención más exitosas han tenido lugar a nivel local, como en el caso de Aarhus (Dinamarca), Estocolmo (Suecia) y Mechelen (Bélgica), mientras que algunas políticas estatales de prevención que no han tenido en cuenta el entorno local han sido criticadas. Así pues, ¿cómo deberían hacer frente al terrorismo yihadista las sociedades europeas? ¿Debe priorizarse un énfasis local? ¿Cuáles son los componentes clave de una estrategia eficaz de contra-radicalización? ¿Deberían trabajar juntas las entidades locales y las agencias estatales? ¿Si es así, cómo? ¿Y cómo pueden las partes interesadas evitar la estigmatización de los grupos sociales y con ello la irrupción de la cohesión social?

Para analizar estos y otros temas, CIDOB organiza una conversación entre el embajador Jorge Dezcallar, exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y Bart Somers, alcalde de la ciudad de Mechelen, moderada por Diego Muro, investigador senior asociado de CIDOB y profesor de Relaciones Internacionales en el Centro Handa para el Estudio del Terrorismo y la Violencia Política en la Universidad de St. Andrews.