Carme Colomina, investigadora senior de CIDOB especializada en Unión Europea, desinformación y política global analiza la deriva política en Hungría y sus consecuencias para el resto de la UE a raíz de la demanda de diversos Estados Miembros contra la ley anti-LGTBI de Viktor Orbán: “La importancia política de este movimiento es innegable. Supone un cambio de tendencia muy importante respecto a años de permisividad de la UE con Hungría”. “Hungría desafía a la UE a nivel de valores, pero también a nivel de políticas, a nivel de consensos. Y, en política exterior, se ha convertido en un electrón libre desde hace tiempo”, explica la experta. Colomina sostiene que: “La salida de Fidesz, el partido de Viktor Orbán, del Grupo Popular Europeo, hace que ya no tenga el respaldo, la connivencia silenciosa, de una de las grandes familias de la Eurocámara, y eso ha abierto también una predisposición política a marcarle unas líneas rojas mucho más contundentes”. “Ha acabado escindiendo una alianza tradicional entre Hungría y Polonia, y eso también ha hecho que Hungría sea, en estos momentos, una contra-diplomacia europea que va mucho más en solitario de lo que antes podíamos considerar como ese grupo de Visegrado que formaban Polonia, Hungría, la República Checa y Eslovaquia”, concluye.
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