“Son los partidos tradicionales los que han sufrido ese voto de castigo. Los dos candidatos se presentaban como alternativa a la clase política tradicional”, expone Anna Ayuso, investigadora sénior de CIDOB. “Además, a Petro le ha ayudado su esfuerzo en moderar su discurso y el hecho de presentarse como un candidato socialdemócrata enfocado no tanto en cambios estructurales grandes, si no en asuntos sociales”, subraya.
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