El ex primer ministro sondea sus posibilidades de competir por la sucesión por Liz Truss para lo que necesitaría el apoyo de al menos 100 diputados de los 357 del grupo parlamentario. El sistema político británico permite este cambio de liderazgo sin elecciones y el Partido Conservador no las va a convocar cuando está hundido en los sondeos. Sin embargo, hay quienes plantean los inconvenientes de un proceso interno en unas circunstancias excepcionales como las que vivimos. “Acaban eligiendo unos 180.000 afiliados en un país de 67 millones de habitantes. Es constitucional, pero dibuja un gobierno con un mandato débil. El Partido Conservador es el responsable de la grave crisis política, económica, y de reputación internacional. Se requiere un gobierno con un mandato fuerte”, señala Carme Colomina, investigadora sénior de CIDOB.
>> Acceder a la información