El expresidente se presenta como el portavoz de un frente democrático mientras el actual mandatario acusa a su rival de ser un corrupto que llevará a Brasil a una deriva como Venezuela. Bolsonaro ha despertado dudas sobre si aceptaría la derrota, ya que ha puesto en cuestión el sistema de votación electrónico. “Bolsonaro hará ruido y puede que haya disturbios. Es preocupante que seis de cada diez votantes de Bolsonaro dicen que no aceptarían la derrota. La clave es el Ejército y no parece que lo fuera a secundar”, indica Anna Ayuso, investigadora senior de CIDOB. En caso de que gane está dispuesto a modificar la composición del Tribunal Supremo Federal, que considera politizado. “También ha politizado la policía. Lula ha basado su campaña en el riesgo de retroceso institucional, pero han faltado propuestas claras”, añade Anna Ayuso.
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