Pol Bargués, investigador senior del Área de Geopolítica Global y Seguridad de CIDOB, y autor del libro ‘La paz diferida’ (ICIP, 2021), sostiene que el movimiento pacifista se encuentra en estos momentos “un poco desorientado” porque ante una invasión “flagrante y con un discurso ruso muy belicista es difícil poder defender la posición de ‘ni un arma a Ucrania’”. “El movimiento pacifista defiende que nunca es el momento de la guerra y no tiene espacio aquí porque el discurso mayoritario es que Ucrania tiene derecho a defenderse”, subraya. La posición que ve a Rusia como una amenaza existencial con ambiciones expansionistas, es la que domina el discurso, explica Bargués, mientras que las voces más críticas que sin ser pacifistas piden buscar una negociación e intentar no escalar esta guerra son minoritarias. “Y esto es preocupante”, subraya. “Choca que la sociedad en este último año no haya sido más crítica cuando para nosotros, los europeos no hay un riesgo existencial inmediato”, subraya. Y respecto a las diferencias con la reacción a la invasión de Irak, afirma: “La invasión de Occidente a Irak fue una intervención para destituir a un régimen. Esto es diferente a apoyar el derecho de Ucrania a defenderse”.
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