“2020 ha sido un anticipo de cómo funcionan las cosas, “un recordatorio” de que Marruecos es un país vecino, tiene la capacidad de influir en la agenda del Gobierno español a un nivel intenso y puede convertirse en "un potencial desestabilizador de la política interna cuando ésta no se gestiona bien", explica Eduard Soler, investigador sénior de CIDOB.
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