Hija de un químico y una bióloga de sendos linajes judíos emigrados a México desde Lituania y Bulgaria (el padre pertenecía a la tradición ashkenazí y la madre a la sefardí), las ocupaciones de sus progenitores determinaron su inclinación lectiva y profesional hacia el mundo de la ciencia. Tras completar el ciclo escolar en el Colegio de México entró en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que en 1989 egresó como licenciada en Física. Su tesina de fin de carrera, llena de fórmulas matemáticas, consistió en un trabajo sobre la termodinámica de las típicas estufas de leña de los hogares rurales mexicanos.
Su mayor interés residía en el desarrollo de sistemas eficientes que permitieran economizar, mitigando de paso los efectos contaminantes en el aire, el consumo doméstico de energía térmica y eléctrica para cocinar, calentar agua o iluminar, y sus estudios e investigaciones en la materia sustentaron la Maestría en Ingeniería Energética y el Doctorado en Ingeniería Ambiental que su universidad le otorgó entre 1994 y 1995. Su tesis doctoral, titulada
Tendencias y perspectivas de la energía residencial en México, la preparó en el Lawrence Berkeley National Laboratory (LBNL) de la Universidad de California, donde disfrutó de una estancia académica becada. Por cierto que Sheinbaum fue la primera mujer en doctorarse en la novedosa especialidad de Ingeniería Ambiental en México.
Una científica en el Gobierno del DF
En el cambio de siglo, Sheinbaum tenía bien encarrilada su carrera científico-académica como investigadora y profesora en la UNAM. En su haber figuraban el Premio Joven Investigador de la UNAM en Innovación Tecnológica y el Premio Anual de Investigación Económica Maestro Jesús Silva Herzog, concedido por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEC) de su alma máter.
Sin embargo, sus inquietudes políticas de signo izquierdista, expresadas desde su etapa de activista y representante de los compañeros de aula durante las protestas estudiantiles de mitad de los años ochenta contra las tasas universitarias y las políticas educativas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el poder, la empujaron a poner un pie en el servicio público del Distrito Federal (DF) al abrigo del Partido de la Revolución Democrática (PRD), fuerza de oposición creada una década atrás por Cuauhtémoc Cárdenas,
Andrés Manuel López Obrador y otros disidentes del priísmo.
Como ellos, Sheinbaum había sido muy crítica con las reformas federales emprendidas por el PRI bajo los presidentes
Miguel de la Madrid y
Carlos Salinas; de hecho, Sheinbaum era militante del PRD, un partido en buena medida cristalizado al calor de las demandas de los estudiantes de la UNAM, desde su fundación en 1989, aunque a diferencia de los dirigentes perredistas ella nunca había pertenecido al PRI. Más aún, la identificación con las causas sociales le venía desde la infancia, ya que su madre había estado en la primera línea del gran movimiento estudiantil de 1968, bárbaramente reprimido por la Administración priísta de Gustavo Díaz Ordaz. En añadidura, desde 1987 estaba casada con otro perredista de primera hora, Carlos Ímaz Gispert, quien fuera compañero en el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) de la UNAM.
La ocasión de participar en la tareas de gobierno del DF le llegó a Sheinbaum en diciembre de 2000, cuando su marido ya llevaba un año desempeñando la función de presidente del PRD en la entidad federativa. Fue de la mano de López Obrador, ex presidente del PRD y recién elegido jefe del Ejecutivo local, cuyo mandato sucedía al ganado por Cuauhtémoc Cárdenas en 1997 y al asumido con carácter interino por Rosario Robles en 1999. López Obrador, cuyo plan de gestión presentaba un intenso calado social e incidía en la mejora de los estándares de vida de los mexiqueños, reclutó a la física e ingeniera para la Secretaría de Medio Ambiente (SMA).
Durante seis años, Sheinbaum jugó un papel destacado en la ejecución del programa de obras públicas diseñado por López Obrador y centrado en el desarrollo de una serie de infraestructuras de transporte urbano. La secretaria tuvo a su cargo la construcción y puesta en marcha de medios como el Metrobús, las Ciclopistas y el llamado segundo piso (o nivel elevado) del Anillo Periférico, la gran vía de carreteras que circunvala el Valle de México. El Metrobús y las Ciclopistas, junto a la masiva campaña de reforestación en zonas urbanas y el reacondicionamiento del Bosque de Chapultepec, vasto parque de arboledas y lagos en la delegación de Miguel Hidalgo y pulmón de la ciudad, contribuyeron a hacer descender de manera significativa los niveles de contaminación ambiental en una enorme megápolis de casi nueve millones de habitantes, población que llegaba a los 20 millones si se consideraba la Zona Metropolitana del Valle de México, donde confluían 60 municipios de los estados de México (Edomex) e Hidalgo.
Por otro lado, Sheinbaum vivió el conocido como
videoescándalo, la trama de prácticas irregulares y corruptas aflorada en el núcleo de la administración de la Ciudad de México que a punto estuvo de acarrearle la defenestración institucional a López Obrador, de una manera particularmente cercana porque uno de los máximos imputados y procesados en relación con el caso fue su propio esposo.
Así, en marzo de 2004 Carlos Ímaz se vio obligado a dimitir como jefe delegacional de Tlalpan (una de las 16 delegaciones, la más extensa aunque mínimamente urbanizada, del DF) al trascender su participación en el presunto esquema de compra de favores políticos montado por el empresario Carlos Ahumada, quien había entregado ingentes sumas de dinero al PRD defeño. Ímaz fue juzgado bajo la acusación de delito electoral, hallado culpable y condenado a tres años y seis meses de prisión con suspensión de derechos políticos, aunque finalmente la pena quedó reducida a una multa de 100.000 pesos. Luego, Ímaz, quien siguió proclamando su lealtad al PRD y a López Obrador, fue testigo de la acusación en el juicio penal contra Ahumada.
En julio de 2005, al poco de librarse del proceso político-judicial de destitución emprendido en su contra por los poderes federales a raíz del
videoescándalo,
AMLO renunció voluntariamente a la jefatura del Gobierno defeño para preparar su primera candidatura presidencial. Sheinbaum siguió por el momento al frente de la SMA a las órdenes del nuevo gobernante capitalino, Alejandro Encinas, pero el 15 de mayo de 2006 renunció al cargo para sumarse al equipo de campaña de López Obrador.
Celebradas las elecciones en julio, el candidato perredista rechazó su derrota a manos del adversario postulado por el Gobierno Federal del conservador Partido Acción Nacional (PAN),
Felipe Calderón, según los datos oficiales presidente electo de la República con apenas medio punto porcentual de ventaja. Entonces, López Obrador denunció un fraude masivo en favor del oficialismo, se proclamó en rebeldía "presidente legítimo" de México y lanzó una gran campaña nacional de "resistencia civil pacífica" que incluyó la presentación de un "Gobierno alterno" integrado por una docena de "secretarios"; entre ellos estaba su fiel Sheinbaum, a la que
AMLO confirió la
Secretaría de Defensa del Patrimonio Nacional con la misión de "proteger de una eventual privatización" a la empresa petrolera Pemex y el conjunto del sector energético.
El desafío del
Gobierno Legítimo de México lanzado por López Obrador no tardó en diluirse ante la falta de reconocimiento doméstico y exterior, y con ello el grado de involucramiento de Sheinbaum en la política partidaria e institucional, y eso pese a que el PRD siguió firmemente instalado en el Ejecutivo del DF, su gran bastión electoral, donde el nuevo gobernante era Marcelo Ebrard. Aunque apasionada por servir a la comunidad con despacho de funcionaria pública y, a falta de él, bien dispuesta a realizar activismo de calle, como su coordinación del lopezobradorista Movimiento en Defensa del Petróleo puso de manifiesto, ella seguía siendo ante todo una científica.
En 2007 Sheinbaum, acreditada como investigadora titular del Instituto de Ingeniería de la UNAM, consolidó su perfil de especialista en consumo energético y su impacto medioambiental al unirse al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), grupo internacional de expertos establecido en 1988 en el marco de las Naciones Unidas y que justo en este 2007 ganó el Premio Nobel de la Paz de manera conjunta con el ex vicepresidente estadounidense Al Gore. Sus compromisos intelectuales con el IPCC vinieron a enriquecer una copiosa bibliografía académica dedicada a evaluar los desafíos de diversa índole que entrañaban la reducción de las emisiones carbónicas y la sustitución paulatina de los combustibles fósiles por fuentes de energía renovables. Vincular de una manera precisa los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático por efecto del calentamiento global antropogénico y las necesidades del desarrollo sostenible venía a ser el epítome del pensamiento de Sheinbaum.
Postulante de MORENA a la jefatura de la CDMX
El virtual paréntesis político iniciado por Sheinbaum en 2006 pareció concluir al acercarse el final del sexenio presidencial de Felipe Calderón. López Obrador preparaba su segunda tentativa presidencial y anunció que su antigua colaboradora en el Gobierno del DF sería la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en caso de llegar a Los Pinos. Toda vez que el 1 de julio de 2012 el líder perredista resultó batido por el priísta
Enrique Peña Nieto, Sheinbaum vio prolongarse su apartamiento del primer plano de la política.
Entre 2012 y 2015 la científica repartió sus actividades profesionales entre la UNAM, el IPCC y dos organismos, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Banco Mundial, que la contrataron como consultora. Además, entró a formar parte del Comité de Políticas de Desarrollo (CPD), órgano asesor del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC). En casa, asistió la Gerencia de Estudios Económicos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (CONAE).
En 2014 Sheinbaum dio el paso de abandonar el PRD tras 25 años de militancia y unirse al Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), la nueva formación de izquierda nacionalista creada por López Obrador para aglutinar a sus muchos seguidores y vertebrar su plataforma política de oposición. Este viraje partidario de la experta en cuestiones de energía y sostenibilidad preludió su elección, el 7 de junio de 2015 y con el 30% de los votos, como jefa de Tlalpan, la delegación mexiqueña, conformada en cuatro quintas partes por parajes naturales ricos en biodiversidad, a cuyo cargo ya había estado su marido en la década anterior. Por cierto que la pareja disolvió en 2016 su relación conyugal tras 29 años de matrimonio. Sheinbaum e Ímaz habían criado a una hija concebida en común, Mariana, y a un hijo mayor de él, Rodrigo, fruto de un matrimonio anterior. Sheinbaum tenía su hogar en Tlalpan y tras el divorcio de Ímaz siguió viviendo aquí.
Sheinbaum en Tlalpan, Pablo Moctezuma en Azcapotzalco, Ricardo Monreal en Cuauhtémoc, Rigoberto Salgado en Tláhuac y Avelino Méndez en Xochimilco fueron en este 2015 los primeros jefes delegacionales conseguidos por MORENA en el DF, cuyo cabeza de Gobierno era, desde 2012 y en sucesión de Ebrard,
Miguel Ángel Mancera, un independiente elegido en la lista del PRD.
La batalla entablada por los lopezobradoristas con el partido del que se habían escindido por obtener la supremacía política en la segunda entidad federativa más populosa de México vino a coincidir con una profunda reforma política del marco jurídico local, orientada a dotar a este territorio de 1.500 km² de un estatus semejante al de los 31 estados de la Federación. Así, en enero de 2016 el Distrito Federal pasó a llamarse de manera oficial y exclusiva Ciudad de México (CDMX) y arrancó un proceso constituyente que entre otros cambios convertiría la Asamblea Legislativa en un Congreso local, las delegaciones en demarcaciones territoriales y a los jefes delegacionales en alcaldes.
Cuando las elecciones locales de 2015, MORENA se impuso al PRD en la Asamblea Legislativa, donde los de López Obrador y Sheinbaum ganaron 20 de los 66 diputados. Luego, en las elecciones del 5 de junio de 2016 a la Asamblea Constituyente de la CDMX los morenistas obtuvieron 22 representantes sobre 100. El 31 de enero de 2017 la Constitución Política de la CDMX vio la luz, si bien sus disposiciones no entrarían en vigor hasta después de las elecciones generales del 1 de julio de 2018, cuando habría votaciones tanto federales como locales.
En 2017 López Obrador confirmó su tercera postulación presidencial, primera con la bandera de MORENA, mientras que Sheinbaum, a los 55 años, destapó su precandidatura a la Jefatura del Gobierno capitalino. Sheinbaum pasó a librar entonces una competición interna con sus conmilitones Martí Batres, el presidente del partido en la Ciudad de México y hasta 2015 presidente de su Comité Ejecutivo Nacional, Ricardo Monreal, el jefe delegacional de Cuauhtémoc, y el senador Mario Delgado. Los tres eran figuras prominentes de MORENA.
La primaria se dirimió a través de una serie de encuestas abiertas a la población general y el 24 de agosto el partido anunció que la vencedora del proceso, falto de transparencia puesto que inicialmente los organizadores ocultaron los datos sobre el desarrollo de las encuestas, la metodología empleada y los detalles del escrutinio, era la delegada de Tlalpan. El 29 de agosto MORENA reveló el volumen de apoyos recabado por Sheinbaum: el 15,9%. Sheinbaum candidatearía en la CDMX en nombre de Juntos Haremos Historia, la coalición formada por MORENA, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES).
El 19 de septiembre de 2017, poco después de proclamar MORENA la candidatura local de Sheinbaum, el centro de México fue sacudido por un violento terremoto que a pesar de tener su epicentro en Puebla dejó el peor balance de víctimas y destrucciones en la Ciudad de México. La meridional Tlalpan no se libró de las devastaciones y el dolor fue mayor cuando se supo que el Colegio Enrique Rébsamen, un centro escolar de la barriada conocida como Nueva Oriental Coapa, se había venido abajo con decenas de personas en su interior; los equipos de rescate encontraron bajo los escombros los cuerpos sin vida de 21 niños y cuatro adultos.
Sheinbaum y su equipo se movilizaron sobre el terreno para organizar las labores de socorro y atender a las víctimas, pero ella fue blanco de acusaciones de negligencia, ante los indicios de que la Delegación había pasado por alto deficiencias en los protocolos de protección civil y en los planos de construcción de edificios cuyos fallos estructurales, como parecía ser el caso del colapsado Colegio Rébsamen, el terremoto había había sacado trágicamente a la luz. Esta polémica perseguía a Sheinbaum cuando en diciembre de 2017 la regidora morenista transfirió la Jefatura Delegacional a Fernando Aureliano Hernández y a continuación inscribió su candidatura electoral.
El plan de gobierno 2018-2024 de Claudia Sheinbaum para la CDMX, descrita por ella como la "ciudad de la innovación y la esperanza", partía del diagnóstico de que la superpoblada capital de México enfrentaba como grandes retos la prestación de servicios públicos equitativos, la ampliación de los derechos humanos y sociales de sus habitantes, y la preservación de sus recursos naturales y el medio ambiente. La gestión municipal requería una "planeación integral del desarrollo para instrumentar políticas públicas de largo plazo", dando cabida a cuestiones como el "sentido de comunidad", la transparencia, la integración, la inclusión y la seguridad. Se trataba de "construir ciudadanía", entendida como una tarea colectiva de todos los mexiqueños, y de hacer un "buen gobierno a partir de una óptica de relojero", para, por ejemplo, "frenar y revertir la corrupción donde sea que esté alojada."
Para Sheinbaum, su ejecutoria en la CDMX tendría como principios orientadores la "innovación", la "sustentabilidad", la "igualdad", la "honestidad" y el "gobierno abierto". Los conceptos de "austeridad republicana" y "cero tolerancia con la corrupción" eran asimismo ejes de la plataforma presidencial de López Obrador; precisamente, la ingeniera había participado en la elaboración del
Proyecto Alternativo de Nación 2018-2024, con el que
AMLO confiaba en ganarles la partida a sus adversarios del PRI y el PAN.
Como medidas concretas en la CDMX, Sheinbaum incidía en la "movilidad segura, limpia y que disminuya tiempos de traslado", para lo que se establecería una coordinación central de los diversos sistemas de transporte público y un centro de innovación y control de la movilidad. Además, se modernizarían y ampliarían las unidades y líneas del Metro y el Metrobús, y se pondría en marcha el Cablebús o tranvía. Con el fin de atajar el muy grave problema del déficit de acceso a agua potable en muchos puntos de la ciudad, se acometerían una modernización del sistema de distribución, para subsanar fugas y garantizar el suministro, así como un programa domiciliario de captación de agua de lluvia, ejes que serían de un Plan Maestro de Agua Potable, Drenaje y Saneamiento.
La alcaldía de MORENA promovería asimismo la autonomía económica de las mujeres a través de los Centros Comunitarios de Innovación; crearía unos protocolos especiales contra las violencias de género, homofóbica y transfóbica, entre otros mecanismos de emergencia para detener los feminicidios, así como un Centro de Gestión Integral de Riesgos en previsión de desastres naturales como los terremotos; duplicaría el número de cámaras de seguridad en los espacios públicos para disuadir la comisión de delitos; y, en aras del gobierno abierto y democrático, la propia alcaldesa sometería a una consulta pública la revocación de su mandato en el ecuador de su administración sexenal. Con Morena en el Gobierno local, los mexiqueños verían ampliados sus derechos sociales y no aumentados sus impuestos municipales, aseguraba Sheinbaum
En el programa electoral la cultura ocupaba un espacio destacado. Aquí, la candidata aspiraba a hacer de la Ciudad de México la "capital cultural de América" mediante la realización de festivales culturales, tanto de "gran envergadura" internacional como de dimensión comunitaria, enfocados a los barrios y vecindades, y con la promoción de todas las artes, así como del hábito de la lectura. Estaba el compromiso de, por lo menos, duplicar el presupuesto municipal destinado a la cultura. En particular, se crearían una red de Casas de Cultura y 300 Centros de Innovación Comunitaria dedicados a impartir talleres de artes y oficios, y a acoger libro-clubes y cine-clubes, y se brindaría mucho más apoyo a las asociaciones culturales y a los jóvenes creadores de los ámbitos cinematográficos y artístico callejero.
El 1 de julio de 2018, mientras López Obrador, al tercer intento, se hacía con la Presidencia de la República y su partido conquistaba la mayoría legislativa en las dos cámaras del Congreso de la Unión, Sheinbaum se convertía en el primer jefe de Gobierno capitalino de MORENA luego de seis titulares consecutivos del PRD con el abultado volumen de votos que ya aventuraban la mayoría de los sondeos, el 47%. Sus principales contrincantes, Alejandra Barrales por la coalición del PRD y el PAN y Mikel Arriola por el PRI, obtuvieron respectivamente el 31% y el 15,3%. MORENA redondeó su histórico triunfo en la CDMX al ampliar su cuota en el nuevo Congreso local hasta los 40 escaños, es decir, una holgada mayoría absoluta, y hacerse con 11 de las 16 alcaldías. Además de la Ciudad de México, ocho estados renovaron sus gubernaturas; MORENA, que hasta ahora no gobernaba en ninguna entidad federativa, ganó en Chiapas, Morelos, Tabasco y Veracruz, y perdió en Guanajuato, Jalisco, Puebla y Yucatán.
La toma de posesión de Sheinbaum iba a tener lugar el 5 de diciembre de 2018, cuatro días después de la inauguración de López Obrador en Los Pinos. En estos momentos, solo otra mujer, Claudia Pavlovich del PRI, gobernaba en un estado mexicano, Sonora, desde 2015. El mismo 1 de julio resultó electa Martha Érika Alonso, del PAN, en Puebla. Antes que ellas tres, únicamente seis mujeres habían mandando en una entidad federativa en la historia de México: Griselda Álvarez (PRI) en Colima en 1979-1985; Beatriz Paredes (PRI) en Tlaxcala en 1987-1992; Dulce María Sauri (PRI) en Yucatán en 1991-1993; la ya mencionada Rosario Robles (PRD) en el DF en 1999-2000; Amalia García (PRD) en Zacatecas en 2004-2010; e Ivonne Ortega (PRI) en Yucatán 2007-2012.
(Cobertura informativa hasta 13/7/2018)