La californiana Kamala Harris, natural de Oakland, es hija del matrimonio interracial entre el economista postkeynesiano Donald J. Harris, oriundo de Jamaica, y la nutricionista y endocrinóloga Shyamala Gopalan, emigrada de India. Ambos poseían el título académico de doctores y alcanzaron prestigio y reconocimiento en sus respectivas áreas profesionales. Cuando Kamala tenía siete años, sus progenitores se divorciaron y ella y su hermana menor Maya continuaron viviendo en Berkeley bajo el cuidado de la madre, quien además de dedicarse a la biomedicina era activista del movimiento de derechos civiles. Más tarde mudaron su residencia a Montreal, Canadá, donde Gopalan trabajó varios años como investigadora de oncología. La joven completó la
high school en Westmount, Quebec, en 1981, tras lo cual comenzó estudios de Ciencias Políticas y Economía en la Universidad Howard de Washington, D.C. Una vez graduada en 1986 con el título de
Bachelor of Arts, regresó a su estado natal para formarse como abogada en el Hastings College of the Law de la Universidad de California.
En 1989 Harris se cualificó como
Juris Doctor y al año siguiente fue admitida en el Colegio de Abogados de California. En vez de dedicarse a la práctica privada, defendiendo a clientes en demandas civiles o acusaciones criminales, y de orientarse a casos relacionados con los derechos civiles de su comunidad, la afroamericana, la veinteañera prefirió el trabajo de fiscal público. Su primer cometido en este ámbito del derecho penal fue como fiscal de distrito adjunta en el condado de Alameda. Ella, en su presentación en la web de campaña para las elecciones de 2020 como compañera de fórmula de
Joe Biden y candidata a la Vicepresidencia, explica que en Alameda inició su "lucha en favor de las familias trabajadoras, enfocada a procesar los casos de agresión sexual de menores".
Carreras judicial en la Fiscalía y política en el Senado
Su siguiente servicio, a partir de 1998, fue en la oficina del Fiscal del Distrito de San Francisco, Terence Hallinan, quien la reclutó para supervisar los casos por crímenes tipificados como homicidios, robos, allanamientos y agresiones sexuales, particularmente si los acusados ya tenían historial delictivo. En 2000 Harris se concentró en los casos de maltrato infantil y negligencia parental circunscritos a la ciudad de San Francisco y en 2002 empezó a preparar su aspiración al puesto electivo de Fiscal del Distrito, que se sometía a votación en 2003. Contrincante de su anterior jefe, Hallinan, Harris se llevó la Fiscalía con el compromiso de lograr una mayor contundencia condenatoria en los juicios penales, sobre todo en los casos por delitos de sangre, sexuales y de violencia doméstica, y si los acusados eran reincidentes.
El 8 de enero de 2004 Harris tomó posesión como la primera mujer fiscal jefe de San Francisco, ciudad y condado que arrastraban una tasa de homicidios muy superior a la media nacional, y también como el primer titular de color de la oficina. En los siete años siguientes, Harris, contraria en principio a solicitar la penal de muerte -vigente en el estado de California- para los reos de crímenes particularmente graves y partidaria, en tales casos, de la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, materializó sus promesas de conseguir que los tribunales y jurados del distrito dictaran más sentencias condenatorias por delitos violentos y de narcotráfico, y que los acusados implicados en ilegalidades con armas de fuego tuvieran que pagar fianzas más elevadas.
Además, puso en marcha un programa de reinserción educativa y laboral destinado a jóvenes delincuentes condenados por primera vez por trapichear con droga o cometer robos sin violencia, y creó una Unidad de Delitos de Odio para proteger a hijos de padres LGBT. Otra iniciativa fue su campaña para concienciar de los peligros del absentismo escolar, problema que a su entender, en tanto que antecedente personal de muchos adolescentes y adultos jóvenes que cometían delitos o eran víctimas de los mismos, debía considerarse una cuestión de seguridad pública. En particular, instó a los fiscales a solicitar castigos de multa para los padres llevados a los tribunales por despreocuparse de la escolarización de sus hijos.
Ya en noviembre de 2008, con dos años de antelación, Harris anunció su intención de presentarse a la elección del Fiscal General de California. De nuevo, se trataba de una alta oficina estatal desde siempre ocupada por hombres de raza blanca. Harris confiaba en suceder a Jerry Brown, quien se postulaba para gobernador del estado (ya lo había sido entre 1975 y 1983) y que, como ella, era miembro del Partido Demócrata. En junio de 2010 la fiscal jefe de San Francisco se impuso en la primaria demócrata y fue nominada para disputar con el republicano Steve Cooley, su colega del condado de Los Ángeles, la elección estatal prevista para el 2 de noviembre del mismo año. La votación dio lugar a un escrutinio embarullado y a unos resultados parciales muy ajustados, pero situando a Harris en cabeza. El 24 de noviembre, cuando Harris seguía provisionalmente primera con el 46% de los votos y sacándole menos de un punto de ventaja a su oponente republicano, Cooley decidió no prolongar más el impasse y concedió su derrota, convirtiendo a la demócrata en fiscal general electa.
Desde la Fiscalía General de California, oficina con sede en Sacramento y en la que fue inaugurada el 3 de enero de 2011, Harris reeditó varias de sus posiciones conocidas en materia de derecho penal y en la promoción de los derechos de la comunidad LGBT, y perfiló otros enfoques jurídicos dentro de su elenco de competencias como máxima responsable del correcto cumplimiento de las leyes bajo la jurisdicción del Departamento de Justicia de California. Por lo general, sus instrucciones y diligencias apuntaban al castigo sin lenitivos de las infracciones de la ley proporcionalmente a su gravedad, actitud que en algunos juicios por delitos violentos habituales fue considerada reaccionaria en ambientes liberales de izquierda. La fiscal general urgió a perseguir y procesar con todo rigor los delitos contra el medio ambiente y la seguridad pública, intensificó la coordinación judicial con México en la lucha transnacional contra los carteles de la droga y las mafias del tráfico de personas, vigiló con celo los abusos de los grandes bancos en las ejecuciones hipotecarias y protegió los derechos de los consumidores en terrenos comerciales como la telefonía móvil y el software informático. Una de sus innovaciones en el estado fue la Unidad
eCrime para la persecución de delitos por Internet.
En noviembre de 2014 Harris fue reelegida para un segundo período de cuatro años frente al republicano Ronald Gold. Unos meses antes, la fiscal general contrajo matrimonio con Douglas Emhoff, abogado privado de Los Ángeles especializado en litigios de la industria del entretenimiento y padre de dos hijos fruto de un anterior matrimonio, Ella y Cole, a los que Harris adoptó como hijastros. La ceremonia civil fue oficiada en el tribunal de Santa Bárbara por la propia hermana menor de la novia, Maya Harris, asimismo abogada.
Precisamente ahora, tras 24 años de ejercicio en las fiscalías de San Francisco y California, Harris consideró que había llegado el momento de dar el salto a la política legislativa federal. La ocasión se planteó con el anuncio por la veterana Barbara Boxer, senadora por California desde 1993, de su retirada del Capitolio en las elecciones de 2016. Harris lanzó su precandidatura el 13 de enero de 2015 y el 7 de junio de 2016 disputó la elección primaria estatal, que en California tenía la particularidad de integrar en un único proceso competitivo a todos los precandidatos, independientemente de su partido. De acuerdo con el sistema, la primaria definía a dos candidatos, los cuales luego volvían a enfrentarse en la elección senatorial.
Harris fue el aspirante más respaldado con el 37,9% de los votos y en segundo lugar quedó Loretta Sánchez, miembro de la Cámara de Representantes y colega del Partido Demócrata. Un nutrido elenco de postulantes republicanos, ninguno de los cuales llegó al 8% de los votos, fue eliminado. Esta ausencia de candidatura republicana para la cámara alta del Congreso de Estados Unidos, la cual se renovaba en una tercera parte cada dos años, no tenía precedentes en California. El fracaso de los republicanos en las primarias californianas se veía magnificado por el hecho de que el otro senador del estado era igualmente una demócrata, Dianne Feinstein, en su escaño desde 1992 y cuyo mandato no tocaba renovar ahora. Dato añadido, también era demócrata el gobernador del estado, Jerry Brown, el fiscal general al que Harris había tomado el relevo en 2011.
Harris encaraba como favorita la elección legislativa del 8 de noviembre de 2016, condición que se vio reforzada tras recibir el apoyo de gran número de autoridades y mandatarios del partido, empezando por el presidente
Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden. Sin sorpresas, Harris batió a Sánchez con el 61,6% de los votos en la misma jornada que a nivel nacional resultó fausta para el Partido Republicano, pues retuvo la mayoría en las dos cámaras del Congreso y, sobre todo, vio llegar a la Presidencia a su candidato
Donald Trump. El 3 de enero de 2017 Harris cesó en la Fiscalía General de California y tomó posesión como senadora
júnior del estado. La prensa se apresuró a consignar que Harris, de 52 años, hacía el senador afroamericano número diez en la historia de Estados Unidos, el segundo mujer luego del registro de Carol Moseley Braun, senadora por Illinois en 1993-1999, y el primero de cualquiera de los dos sexos en California.
Kamala Harris es doctora honorífica en Derecho por la Universidad del Sur de California (2015) y en Humanidades por la Universidad Howard (2017). La senadora ha publicado dos ensayos encuadrados en sus trayectorias judicial y política,
Smart on Crime: A Career Prosecutor's Plan to Make Us Safer (2009) y
The Truths We Hold: An American Journey (2019). Además, es autora del texto del libro ilustrado para niños
Superheroes Are Everywhere (2019).
(Cobertura informativa hasta 3/1/2017)