Se puede decir que, entre los países de la región africana de los Grandes Lagos, Ruanda es un país excepcional, suponiendo la normalidad en el resto. Ruanda sigue siendo un Estado-nación poco habitual que se conforma a partir de complejas realidades etnológicas profundamente arraigadas. Los estudios de antropología social y la historia mítica sobre la sociedad ruandesa revelan que existen diferentes narrativas entre las tres «comunidades étnicas» principales de hutus, tutsis y twas, que ponen de manifiesto que el pasado de Ruanda se recuerde, se retenga y se transmita junto con un sentimiento de victimismo y heroísmo.