Política e historia. Los problemas actuales de Sudáfrica tienen raíces históricas profundas. Aunque los asentamientos humanos en el subcontinente se remontan a miles de años atrás, el conflicto racial empezó con la llegada de los holandeses al cabo de Buena Esperanza en 1652, cuando la Compañía Holandesa de las Indias Orientales estableció allí un enclave para reabastecer a las flotas que viajaban de Holanda a los territorios colonizados en el sur y el sudeste de Asia. Los primeros 150 años de control de El Cabo por parte de la Compañía determinaron algunas de las características más persistentes de
la sociedad colonial. La colonia se amplió con la llegada de más colonos de origen holandés, francés y alemán y se convirtió en una ruta comercial estratégica cada vez más importante, con Holanda, Francia y Reino Unido disputándose su control. La adquisición británica de El Cabo en 1795 acentuó las divisiones entre los colonos locales y los gobernantes metropolitanos y
amplió el abismo racial entre blancos y negros.